Primeras se?ales

El presidente en funciones, Pedro S¨¢nchez, dio el lunes la primera se?al clara de que piensa buscar apoyos para lograr su investidura para presidir el pr¨®ximo Gobierno tras las elecciones del 23-J, con una intervenci¨®n en la que anunci¨® que buscar¨¢ trasladar la ¡°mayor¨ªa social¡± registrada en las urnas a una ¡°mayor¨ªa parlamentaria¡±. Ese mismo d¨ªa, el l¨ªder del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, le hab¨ªa enviado a S¨¢nchez una carta en la que lo emplazaba a tener esta semana una conversaci¨®n encaminada a lograr su investidura como l¨ªder del partido m¨¢s votado. El l¨ªder popular est¨¢ en su derecho de intentarlo, pero no se deben confundir las reglas de la democracia espa?ola: su candidatura no la validar¨¢ el hecho de liderar la lista m¨¢s votada, sino los apoyos que sea capaz de reunir en el Congreso de los Diputados. En esa direcci¨®n fue la respuesta a la misiva del secretario general del PSOE, Pedro S¨¢nchez. Ese intercambio epistolar certifica de nuevo la voladura de puentes entre ambas formaciones, como hab¨ªa acreditado ya el modelo de oposici¨®n del PP a lo largo de esta legislatura, y durante la campa?a que acabamos de vivir. S¨¢nchez posterga cualquier conversaci¨®n formal a la constituci¨®n de las Cortes, el 17 de agosto.

Pero las fichas de los hipot¨¦ticos socios de investidura de cualquier futuro presidente han empezado ya a moverse. Andoni Ortuzar, presidente del PNV ¡ªpartido que anticip¨® a Feij¨®o que no aceptaba ni sentarse a negociar¡ª, avis¨® a S¨¢nchez en una entrevista con este peri¨®dico de que es necesario un acuerdo sobre el modelo territorial. Y el l¨ªder de ERC, Pere Aragon¨¨s, reclamaba ayer un pacto fiscal para mejorar la financiaci¨®n, una mejora de las infraestructuras y lo que denomina la resoluci¨®n del conflicto pol¨ªtico de Catalu?a: un refer¨¦ndum para que los catalanes voten sobre su futuro y ¡°se acabe la represi¨®n¡± (una ley de amnist¨ªa que archive las causas a¨²n vivas relacionadas con el proc¨¦s). No parece que esa agenda de m¨¢ximos pueda encajar en las posibilidades que S¨¢nchez maneja para salir investido. Es inevitable que los grandes asuntos que articulan las se?as de identidad de los partidos est¨¦n presentes en cualquier conversaci¨®n para apoyar la investidura; pero para que las negociaciones progresen, tendr¨¢n que ajustarse al marco que establece la Constituci¨®n. Los empresarios catalanes, por su parte, han reclamado a los partidos nacionalistas que aprovechen su posici¨®n para atender los problemas concretos.

Mar¨ªa Jes¨²s Montero, ministra de Hacienda en funciones y vicesecretaria general del PSOE, apuntaba como respuesta a Ortuzar que existen terrenos por explorar para reforzar las pol¨ªticas que permitan vivir mejor a los espa?oles. Las ¨²ltimas elecciones han confirmado que Espa?a est¨¢ partida en dos bloques y que el modelo territorial es una cuesti¨®n que sigue dividiendo a los ciudadanos. La posici¨®n de Vox, que cuestiona incluso el Estado de las autonom¨ªas, ha vuelto a colocar este asunto sobre la mesa y dificulta los apoyos que pueda conseguir el PP.

Hay una amplia agenda sobre la que s¨ª parece posible avanzar. La financiaci¨®n auton¨®mica tiene que dejar atr¨¢s un modelo obsoleto desde hace ya casi una d¨¦cada. Lo mismo sucede con la inversi¨®n en infraestructuras o con las deudas auton¨®micas pendientes. La idea de proponer una quita parcial a la deuda de las autonom¨ªas con el Fondo de Liquidez Auton¨®mica (FLA) podr¨ªa ir en esa direcci¨®n. Tras los problemas financieros de la d¨¦cada pasada y la soluci¨®n de urgencia que impuls¨® el Gobierno de Rajoy con el FLA, la mayor¨ªa de las autonom¨ªas, especialmente la valenciana y Catalu?a, se endeudaron enormemente con la Administraci¨®n central. Toca decidir ahora si se hace borr¨®n y cuenta nueva, lo que perjudicar¨ªa a las comunidades que entonces decidieron no endeudarse. La pista del dinero ser¨¢ una de las fundamentales en esta negociaci¨®n, pero hay otras: una reforma del Estatuto vasco sincronizada con alg¨²n movimiento relacionado con el Estatuto catal¨¢n, algo que, para llegar a buen fin, necesita un ingrediente que ¨²ltimamente aparece con cuentagotas en la pol¨ªtica espa?ola: el consenso. Es tiempo de moverse y les toca hacerlo tambi¨¦n a las fuerzas pol¨ªticas de las nacionalidades hist¨®ricas, que deben corresponsabilizarse: han contribuido a gobernar el pa¨ªs en otras legislaturas, y pueden ayudar a bajar la polarizaci¨®n y a potenciar pol¨ªticas m¨¢s sensibles con las realidades que desde Madrid no siempre se saben tratar con eficacia.