La ¡®traici¨®n¡¯ de indultar a Puigdemont
Junts se arriesgar¨ªa a perder su principal bandera pol¨ªtica en el caso de hipot¨¦ticas medidas de gracia para el ¡®expresident¡¯ pr¨®fugo
Circula la opini¨®n de que indultar a Carles Puigdemont ser¨ªa el precio a pagar por la investidura de Pedro S¨¢nchez. Y la verdad es que Junts, el partido del expresident, afrontar¨ªa un peliagudo dilema dado ese hipot¨¦tico escenario. ERC se hundi¨® en las elecciones municipales y en las generales por haber logrado solo los indultos a los l¨ªderes del proc¨¦s, pero no el ansiado refer¨¦ndum. El votante independentista espera algo m¨¢s que otro trueque donde S¨¢nchez salve ¨²nicamente a su clase pol¨ªtica.
Todo ello ser¨ªa el coste de indultar eventualmente a Puigdemont: la base social del independentismo podr¨ªa vivirlo como una traici¨®n ¡ªla misma que algunos reprochan a Oriol Junqueras al grito de botifler, de traidor¡ª. No es solo que Junts se arriesgue a perder su principal bandera pol¨ªtica, la ret¨®rica anclada al 1 de octubre. Su problema es el agravio comparativo que alegar¨ªan algunos votantes y cuadros ¡ªactivistas, alcaldes¡¡ª, quienes siguen afrontando juicios, frente a un dirigente que lograra el perd¨®n por unos votos de investidura. De ah¨ª que Junts haya puesto como condici¨®n la ¡°amnist¨ªa¡± de todos los ¡°represaliados¡±, adem¨¢s del refer¨¦ndum ¡ªsu compromiso electoral¡ª, no un indulto.
As¨ª que Puigdemont tendr¨ªa ¡ªquiz¨¢s¡ª a mano su propia salvaci¨®n, pero no es tan cierto que ello le convenga de entrada. En la nueva pantalla posproc¨¦s, Junts aspira a ser el refugio del votante desencantado de ERC, aprovechando que el independentismo atraviesa sus horas m¨¢s bajas. La elevada abstenci¨®n del 28-M y el 23-J lanz¨® una advertencia: hay desafecci¨®n por el fracaso de 2017, y muchos ciudadanos no piensan salir a votar ya s¨®lo porque el constitucionalismo les parezca ¡°peor¡±. Su mayor anhelo sigue siendo un refer¨¦ndum.
Aunque, puestos a imaginar, la situaci¨®n procesal del l¨ªder de Junts no es de f¨¢cil resoluci¨®n sin pasar por la c¨¢rcel en alg¨²n momento. Para ser indultado, tendr¨ªa antes que ser condenado: regresar a Espa?a y enfrentar un probable ingreso en prisi¨®n, a la espera de juicio; luego la sentencia, sumada a lo que tardara el procedimiento para el indulto, el informe del tribunal sentenciador y la aprobaci¨®n por el Consejo de Ministros. Ser¨ªa raro pensar que el pol¨ªtico de Waterloo vaya a aceptar ese camino.
Hay otras posibilidades de que no ingrese en la c¨¢rcel, igual de dudosas. Los independentistas piden una ley de amnist¨ªa, pero la Mesa del Congreso ya rechaz¨® en 2021 su simple admisi¨®n a tr¨¢mite al considerarla inconstitucional. Cualquier otra v¨ªa, por imaginativa que fuese, pasar¨ªa por m¨¢s reformas legales con el enorme revuelo que causaron otras tomadas la pasada legislatura.
El caso es que ninguna legislatura como esta resulta m¨¢s propicia para que S¨¢nchez intente darle alguna pista de aterrizaje a Junts. Los socios del eventual Gobierno (Bildu, PNV, ERC) no tendr¨ªan demasiados inconvenientes en perge?ar f¨®rmulas para atraer el voto de los de Puigdemont. En t¨¦rminos de imagen p¨²blica, incluso el coste para S¨¢nchez parecer¨ªa amortizado, pese a la condici¨®n de pr¨®fugo del expresident. ?Con qu¨¦ motivo podr¨ªa la derecha reeditar una nueva manifestaci¨®n de Col¨®n? En defensa de la unidad de Espa?a, y con perspectiva, el Partido Popular y Vox debieron apoyar el indulto a los l¨ªderes del proc¨¦s: el constitucionalismo se ha impuesto en Catalu?a el 23-J por el ¨¦xito de la pol¨ªtica apaciguamiento.
Con todo, Espa?a asistir¨¢ a un primer test sobre la predisposici¨®n a negociar del independentismo el 17 de agosto, cuando se constituyan las Cortes y se forme la Mesa de la C¨¢mara, cuya presidencia quiere mantener el PSOE y asegurarse en ella una mayor¨ªa progresista. Los independentistas tendr¨¢n que hacer malabares para, si eso ocurre, explicarlo a sus bases.
Y es que eso de las traiciones siempre es relativo: la que la derecha atribuye a S¨¢nchez, pese a haber noqueado electoralmente a las fuerzas del proc¨¦s, y la que Junts teme frente a sus bases, por si se le acaba el relato del 1-O. La hora de la verdad se acerca.
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