Cuando los genitales hablan
Ese gesto en algunos hombres, sin ser reivindicativo en s¨ª mismo, es toda una pancarta, un eslogan, un manifiesto
En los ¨²ltimos d¨ªas hemos visto tantos art¨ªculos y escuchado tantos comentarios sobre las cantantes que ense?an sus pechos como m¨¦todo de protesta que acaso estamos descuidando el verdadero fen¨®meno que vivimos desde que tenemos memoria: la tocadita de huevos, ese gesto que, sin ser reivindicativo en s¨ª mismo, es toda una pancarta, un eslogan, un manifiesto. Los hombres que lo practican no lo usan para ondear banderas ideol¨®gicas, o al menos no de forma declarada, pero las ondean, vaya que s¨ª. Veamos c¨®mo el cuerpo habla por s¨ª solo.
Eva Amaral se destap¨® el torso en un concierto para reivindicar la libertad de las mujeres con sus cuerpos. Roc¨ªo Saiz sufri¨® en junio una intervenci¨®n policial al quitarse la camiseta en uno de los conciertos por el Orgullo de Murcia. Desde hace mucho tiempo, como recuerda Ricardo de Querol, el desnudo ha sido una importante arma de revoluci¨®n del pop, desde el musical Hair a los conciertos de Glastonbury o las fotos de John Lennon y Yoko Ono en la portada de su disco.
Pero hay mucho m¨¢s. El movimiento Femen naci¨® en 2008 en una Ucrania que ya entonces luchaba contra el intervencionismo de Rusia. Sus fundadoras sufrieron juicios y persecuci¨®n. Una de ellas se suicid¨® una vez exiliada en Par¨ªs. Sus creadoras dieron voz al cuerpo, lo utilizaron para protestar y exhibir sobre sus pechos las consignas de la libertad. Sus seguidoras multiplicaron los gestos contra Bolsonaro, contra Putin, contra Le Pen, contra el cambio clim¨¢tico, contra la ley mordaza e infinidad de causas que no habr¨ªan encontrado visibilidad sin la desnudez de sus activistas. Ellas nos ense?aron que el cuerpo es fragilidad, pero tambi¨¦n es arma, es instrumento. El cuerpo es tab¨², pero tan poderoso que hasta los artistas de los tiempos m¨¢s inquisitoriales lograron recurrir a la mitolog¨ªa griega para ense?ar pechos, torsos, gl¨²teos y piernas musculosas all¨¢ donde la censura moral prohib¨ªa descubrir los cuerpos de la gente real. Para disfrute de reyes y ricos, al menos.
Hoy hablamos de otra cosa. El uso que Rubiales ha hecho de su cuerpo tambi¨¦n es un manifiesto. La forma en que agarr¨® la cabeza de una campeona del mundo para estamparle un beso y el gesto de tocarse los genitales desde el palco de autoridades en plena celebraci¨®n no nos hablan de un movimiento de liberaci¨®n, sino precisamente de aquello de lo que a¨²n nos debemos liberar: el dominio masculino y la testosterona como bandera, como centro del mundo. Hay muchos m¨¢s. Michael Jackson, por ejemplo, tambi¨¦n se tocaba los huevos como parte del show, pero su problema era otro. Y adem¨¢s, al menos bailaba como nadie.
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