Las incertidumbres de Francia
La peor herencia que podr¨ªa dejar Macron, cuya sucesi¨®n para 2027 ya se ha abierto, ser¨ªa una victoria de Le Pen
Francia abre un curso pol¨ªtico marcado por la incertidumbre sobre la capacidad del presidente, Emmanuel Macron, para gobernar sin mayor¨ªa absoluta en el Parlamento, y por el inicio de la batalla para sucederle en las elecciones de 2027. Macron, ante la imposibilidad de construir una coalici¨®n de Gobierno estable, quiere buscar alianzas puntuales con la izquierda y la derecha moderada. El presidente franc¨¦s fren¨® en 2017 y 2022 el acceso de la extrema derecha al poder; ahora, sin aliados y sin la posibilidad de presentarse a la reelecci¨®n, se arriesga a convertirse en un pato cojo sin capacidad para impulsar reformas de calado.
Macron ha vuelto de las vacaciones con una sensaci¨®n de deberes hechos. Su balance econ¨®mico incluye la reducci¨®n de la tasa de desempleo al 7%, el nivel m¨¢s bajo en 15 a?os. Pese a una masiva oposici¨®n, el presidente impuso en la primavera pasada la reforma de las pensiones, que aumenta la edad de jubilaci¨®n de los 62 a los 64 a?os. Lo logr¨® tras meses de manifestaciones y huelgas y tras un proceso legislativo accidentado, que incluy¨® el uso del pol¨¦mico art¨ªculo 49.3 de la Constituci¨®n, art¨ªculo que permite eludir el voto parlamentario. El desgaste, para el presidente, fue considerable, pero cre¨ªa que Francia, por motivos financieros y tambi¨¦n de credibilidad internacional, necesitaba una reforma que otros pa¨ªses del entorno hab¨ªa hecho a?os atr¨¢s. Era una promesa electoral y la cumpli¨®.
El estallido de violencia en los extrarradios pobres y multiculturales, tras la muerte de un joven de origen magreb¨ª por el disparo de un polic¨ªa, abri¨® al inicio del verano una nueva crisis. Durante algunas noches de disturbios y saqueos, Francia pareci¨® un pa¨ªs fuera de control. El despliegue de 45.000 polic¨ªas y gendarmes y la movilizaci¨®n en las mismas barriadas contra los agitadores contribuyeron a apagar el incendio. Al final, los disturbios duraron menos de una semana y la calma regres¨®.
Pero los problemas de desigualdad, discriminaci¨®n y violencia policial, que explican en parte el estallido violento, est¨¢n enquistados, y Macron todav¨ªa no ha ofrecido un diagn¨®stico ni ha propuesto soluciones. La reforma de las pensiones y su adopci¨®n por decreto han puesto sobre la mesa los l¨ªmites de un sistema, el de la V Rep¨²blica, que privilegia el poder vertical e hipercentralizado en detrimento del consenso y las coaliciones. Los resultados econ¨®micos, relativamente buenos, tampoco son motivo de celebraci¨®n: la econom¨ªa se desacelera, como le ocurre a toda la eurozona, y la inflaci¨®n sigue complicando los finales de mes a millones de franceses.
El error consistir¨ªa en resignarse al bloqueo pol¨ªtico y al deterioro de la cohesi¨®n social en los pr¨®ximos cuatro a?os. Francia no puede permitirse perder este tiempo. La peor herencia de Macron ser¨ªa una victoria de la l¨ªder de la extrema derecha, Marine Le Pen. No es inevitable.
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