Es grave el incumplimiento en el ¡®caso Baltasar Garz¨®n¡¯
He visto y cuestionado ataques y socavamientos de autoridad a jueces y juezas en distintas partes del mundo. No es usual encontrar que algo as¨ª ocurra en la Europa democr¨¢tica
Vista desde Am¨¦rica Latina, Europa ha sido -y contin¨²a siendo- un modelo inspirador para la protecci¨®n de los derechos humanos y la democracia. Y estimo que as¨ª debe seguirlo siendo. Esto requiere, sin embargo, no solo una pertenencia formal sino una viva interacci¨®n con las decisiones de los ¨®rganos pertinentes. Tanto del sistema regional como del sistema universal.
Dentro de ese marco universal, el sistema europeo de derechos humanos ha sido en los ¨²ltimos setenta a?os un referente conceptual fundamental. As¨ª, la primera regi¨®n del mundo en establecer un sistema de derechos humanos -en 1959- un tribunal regional para ese efecto, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que empez¨® a funcionar en 1959. El sistema interamericano cre¨® a?os despu¨¦s -1969- su propio tribunal regional, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que se instal¨® en 1979. Le sigui¨®, a?os despu¨¦s, la Corte Africana de Derechos Humanos que se instal¨® el 2006.
El ¡°tel¨®n de fondo¡±, sin embargo, era -y sigue siendo- el sistema universal de derechos humanos dentro del cual destaca el Comit¨¦ de Derechos Humanos. Generado por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Pol¨ªticos (1966), que tiene en la actualidad 173 Estados miembros. El Comit¨¦ de Derechos Humanos es el ¨®rgano de expertos independientes que supervisa la aplicaci¨®n del Pacto y dicta decisiones vinculantes, es decir, de obligatorio cumplimiento.
Como se record¨® recientemente en este peri¨®dico el Comit¨¦ de Derechos Humanos de la ONU hab¨ªa dictaminado en agosto de 2021, que la condena contra el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garz¨®n por las escuchas del caso G¨¹rtel, por la que fue inhabilitado y apartado de la judicatura, fue ¡°arbitraria¡±.
Estableci¨® el Comit¨¦, adem¨¢s, que la actividad del juez Garz¨®n ¡°no constituy¨® una conducta o incompetencia grave que pudiera justificar su condena penal resultando en la p¨¦rdida definitiva de su cargo¡± y que, por tanto, Espa?a deb¨ªa borrar sus antecedentes penales, ¡°compensar¡± al magistrado y tomar medidas para que nada parecido volviera a suceder.
En su dictamen de 2021, el Comit¨¦ consider¨® que el Tribunal Supremo vulner¨® el art¨ªculo 14.1 de dicho pacto, ratificado por Espa?a en 1977, y no respet¨® el derecho de Garz¨®n a un proceso ¡°con las debidas garant¨ªas por un tribunal competente, independiente e imparcial¡±.
El exjuez de la Audiencia Nacional hab¨ªa recurrido a este organismo de la ONU en enero de 2016 despu¨¦s de haber sido condenado a 11 a?os de inhabilitaci¨®n por prevaricaci¨®n al ordenar las escuchas del caso G¨¹rtel, la trama encabezada por Francisco Correa y que implic¨® a numerosos cargos p¨²blicos del PP.
Han transcurrido dos a?os desde la decisi¨®n del Comit¨¦. Y este asunto que, por su naturaleza sustantiva le hace a la estabilidad en la funci¨®n judicial, uno de los aspectos medulares del Estado de Derecho. Pese a ello, sigue pendiente de cumplimiento. Llama seriamente la atenci¨®n la conducta omisiva del Estado espa?ol frente a la decisi¨®n adoptada el 2021 por este ¨®rgano clave de Naciones Unidas.
El hecho de que Espa?a no haya tomado a¨²n ninguna de las medidas dispuestas por el Comit¨¦ ha generado una nueva resoluci¨®n condenatoria en la que ha establecido que la respuesta del Gobierno espa?ol es ¡°insatisfactoria¡±, porque ¡°no es relevante o no implementa la recomendaci¨®n¡±.
Como fue recordado en este diario en la edici¨®n ya mencionada, desde el despacho de la abogada de Garz¨®n, Helen Duffy, directora jur¨ªdica de la organizaci¨®n internacional Interights, Espa?a ¡°ha mostrado un flagrante desprecio por la autoridad del Comit¨¦ de Derechos Humanos y las obligaciones internacionales vinculantes que tiene en virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Pol¨ªticos¡±.
En el dictamen donde el Comit¨¦ pidi¨® una ¡°reparaci¨®n integral¡± para Garz¨®n, recordaba que otros jueces tomaron medidas similares y no fueron castigados por ello.
He terminado hace pocos meses mi segundo per¨ªodo misi¨®n como Relator Especial de las Naciones Unidas sobre Independencia de Jueces y Abogados. No puedo decir que el caso Baltasar Garz¨®n es ¨²nico en el mundo. Con ¡°guante blanco¡± o de manera descarnada, he visto y cuestionado ataques y socavamientos de autoridad a jueces y juezas en distintas partes del mundo.
No es usual, sin embargo, encontrar que algo as¨ª ocurra en la Europa democr¨¢tica. Lo que llama m¨¢s la atenci¨®n, es que se presente en la democr¨¢tica Espa?a nada menos que con una reacci¨®n omisiva -que despu¨¦s de dos a?os, ya es ¡°confrontacional¡±- frente a una decisi¨®n vinculante adoptada por el ¨®rgano pertinente de las Naciones Unidas para supervisar el cumplimiento del principal tratado internacional y derechos humanos.
Nunca es tarde para rectificar.
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