?Y si todos pens¨¢ramos igual? ?Un horror!
Deber¨ªa haber un l¨ªmite a la diversidad: la violencia, el desprecio por lo diferente, el ansia de dominar, la incapacidad de empat¨ªa, de entender el dolor ajeno
Si todos pens¨¢ramos igual, si a todos nos gustase siempre y solo lo mismo, el aburrimiento estar¨ªa asegurado. Ser¨ªa un horror. Lo bonito de la vida es el movimiento, el Panta rei del fil¨®sofo Her¨¢clito. Nunca pisamos dos veces por el mismo lugar ni el agua es la misma cada vez que metemos los pies en el r¨ªo.
Y eso sirve en todo: en la pol¨ªtica, en la religi¨®n y hasta en la gastronom¨ªa. La diversidad de gustos, de ideas, de credos es una riqueza sin la cual ser¨ªamos una triste caravana de piezas fr¨ªas y sin alma.
El gran Umberto Eco, a quien no le faltaba iron¨ªa, que es la sal de la inteligencia, en su libro sobre la fealdad, se divierte subrayando que mientras la belleza es limitada y mon¨®tona, la fealdad es infinita. ?Se imaginan a todos guapos en el mundo?
El hecho de que los humanos dominen por la amplitud de sus pensamientos es lo que nos distingue de otras especies. Los p¨¢jaros cantan siempre igual. Los animales hablan pero siempre en la misma lengua. No escriben sus pensamientos. El ser humano es un r¨ªo en movimiento. De ah¨ª, la paradoja de que siendo el m¨¢s inteligente de los seres creados es tambi¨¦n el que m¨¢s se equivoca. El que m¨¢s tropieza dos veces en la misma piedra.
Mientras tanto y antes de la posibilidad de que un ma?ana, que no sabemos cu¨¢ndo, el humano tenga poco que ver con lo que somos hoy, con nuestros mitos e historias, nuestros miedos y nuestras certezas, existe el forcejeo por ser diferentes e iguales a la vez. Es un curioso movimiento s¨ªsmico que a veces nos desconcierta y otras nos infunde curiosidad y temor.
El ser lo m¨¢s parecidos, la tentaci¨®n de la imitaci¨®n, el miedo a ser diferentes o el gusto por ser iguales, crea un movimiento que es el fundamento de las modas y el inicio de las identidades pol¨ªticas o religiosas. Y hasta literarias.
Vivimos un momento de la Historia de transici¨®n donde, por primera vez, el Homo sapiens se interroga sobre la posibilidad de dar un salto cu¨¢ntico para acabar siendo algo diferente de lo que es hoy. S¨ª, lo sabemos que todo ello depende de la manipulaci¨®n del cerebro. Fue el crecimiento de la masa encef¨¢lica lo que al parecer acab¨® distinguiendo al Homo sapiens de los neandertales, que acabaron desapareciendo.
Nunca los estudios de la neurociencia junto con la medicina y la rob¨®tica estuvieron tan actuales como hoy. El cerebro humano sigue siendo una fuente de descubrimientos y nadie se atreve a hacer profec¨ªas sobre nuestro futuro.
?Ser¨¢ mejor o peor? ?Y si en la nueva carrera ya en marcha en la conquista del cosmos se llegara a encontrar otros seres inteligentes? Hasta el Vaticano est¨¢ siguiendo con atenci¨®n, y yo dir¨ªa con aprensi¨®n, el nuevo movimiento que empieza a crecer fuera de nuestro planeta.
En la historia de la evoluci¨®n seguramente ha habido mucho m¨¢s de lo que hasta ahora hemos descubierto como lo revelan los arque¨®logos. Y se habla de millones de a?os. Cambios clim¨¢ticos y peores de los de hoy que dividieron hasta los continentes los hubo siempre, aunque es cierto que para nosotros y nuestros hijos nos debe interesar el hoy y el ma?ana.
Si todos pens¨¢ramos igual, si no hubiera culturas y filosof¨ªas, pol¨ªticas y artes diferentes morir¨ªamos de tedio. Lo bonito, lo interesante, lo creativo es la diversidad. Nada m¨¢s banal y fr¨ªo que la monoton¨ªa.
Hay, o deber¨ªa haber, solo un l¨ªmite a la diversidad y es la violencia, el desprecio por lo diferente, el ansia de dominar, la incapacidad de empat¨ªa, de entender el dolor ajeno. No, la multiplicidad de gustos, de ideas, de modas, de corrientes ideol¨®gicas no son peligrosas. El ser humano necesita, junto al ox¨ªgeno, sobrevivir, crear, intentar superarse. S¨ª, la curiosidad es la base de la creatividad. Que lo digan los poetas.
Hay quien se resiste a creer que el hombre ya lleg¨® a pisar la Luna y quienes se mueven ya a su gusto fuera de la Tierra en busca de novedades. Los que temen que no seamos los ¨²nicos seres inteligentes del cosmos se olvidan que la b¨²squeda de novedades hace parte de la capacidad del actual cerebro humano de inventar, de querer descubrir, algo que revelan hasta los ni?os que nacen ya curiosos.
En la lucha contra las ideolog¨ªas destructivas, contra el odio que devora y empobrece, contra el c¨¢ncer de la avaricia y la sed de acumular sin medida, es urgente saber distinguir entre creatividad y pluralismo, ya que si no existen dos personas en el mundo con las mismas rayas de la mano, tampoco es posible, sin empobrecernos, que todos pensemos igual ni necesitemos arrodillarnos ante un mismo dios.
Diversidad s¨ª, libertad de crear e inventar s¨ª, incluso ideolog¨ªas, formas distintas de pensar y de organizar la sociedad. Lo que destruye la convivencia y acaba con la alegr¨ªa de vivir es la tentaci¨®n de prevaricar, de imponerse con la fuerza, de querer aparecer como dioses liberadores aunque para ello sea necesario que el lobo se camufle bajo la piel de oveja.
S¨ª, estoy hablando de la devoradora ultraderecha que se escurre hoy por las venas del mundo y nos amenaza con un triste y dram¨¢tico retroceso empobrecedor y destructivo.
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