El recorte como ideolog¨ªa

Dos semanas despu¨¦s del comienzo del curso escolar, las autonom¨ªas gobernadas por el PP y sus socios han anunciado o comenzado a aplicar recortes en educaci¨®n que suponen en conjunto menos facilidades para los colegios p¨²blicos y un mayor respaldo a la ense?anza concertada. Se trata de medidas como suprimir la gratuidad universal de los comedores, cuestionar el exceso de profesores, reducir plazas en la etapa de 0-3 a?os o extender los conciertos y ampliar las subvenciones al transporte de los alumnos de la concertada. En las comunidades que han cambiado de color pol¨ªtico tras las elecciones del 28 de mayo, estas medidas llegan cuando las administraciones anteriores ya hab¨ªan aprobado los presupuestos para este curso, detallando variables como la ratio de estudiantes o la contrataci¨®n de docentes. Las novedades aplicadas de forma urgente por los conservadores son pues un aviso de lo que podr¨ªa venir en los pr¨®ximos a?os.

Esas novedades se producen en un contexto en el que el curso se ha iniciado con 11.000 profesores menos de los que se incorporaron a la ense?anza p¨²blica para hacer frente a la pandemia. En cinco a?os, la red p¨²blica ha suprimido 3.490 aulas de infantil y primaria. La concertada solo ha suprimido 72, pese a que ambas han perdido un porcentaje similar de alumnos en dichas etapas. El descenso acumulado de la natalidad ya est¨¢ teniendo un impacto relevante en los colegios. En la ¨²ltima d¨¦cada, las dos etapas que son tradicionales en los centros p¨²blicos (segundo ciclo de infantil y primaria, de 3 a 11 a?os) han perdido casi 359.000 alumnos, un proceso que se acelera, pero que afecta de forma desigual a ambas redes: la escuela p¨²blica ha perdido en esos 10 a?os m¨¢s del doble de escolares que la privada; en ese periodo, 112 colegios p¨²blicos de primaria han cerrado mientras que han abierto 80 privados.

El PP y sus socios han hecho de ¡°la neutralidad ideol¨®gica de la ense?anza¡± una bandera de sus ejecutivos, en una perversi¨®n de conceptos seg¨²n la cual una gesti¨®n que recorta la escuela p¨²blica no ser¨ªa ideol¨®gica. Los populares cuentan desde mayo con su mayor cuota de poder auton¨®mico y ya han dado muestras de su intenci¨®n de usarlo para poner trabas al despliegue efectivo de la actual ley educativa (la Lomloe).

Nadie cuestiona la necesidad de la escuela concertada, pero no se pueden perder de vista datos como que los colegios de esa red, donde cursa sus estudios en torno a un 28% del alumnado de las etapas obligatorias, acogen a la mitad de los escolares de familias desfavorecidas que le corresponder¨ªan si su distribuci¨®n con la escuela p¨²blica fuese equilibrada. O que esta matricula a 2,2 veces m¨¢s escolares de bajo nivel socioecon¨®mico que la concertada, una vez corregida su evidente diferencia de tama?o. Creer en la igualdad de oportunidades, la cohesi¨®n social y el apoyo a los m¨¢s desfavorecidos pasa por el refuerzo de los servicios p¨²blicos, m¨¢s a¨²n cuando en Espa?a sigue creciendo la poblaci¨®n escolar en situaci¨®n de vulnerabilidad y la carest¨ªa se ceba en las familias de rentas m¨¢s bajas.

La mejora de la ense?anza p¨²blica como pilar del Estado del bienestar ha de figurar en lugar relevante en la pol¨ªtica de cualquier partido de gobierno. Alberto N¨²?ez Feij¨®o detallar¨¢ dentro de cinco d¨ªas c¨®mo pretende gobernar Espa?a. La ocasi¨®n es inmejorable para que aclare si comparte los recortes nacidos de las filas de su partido y para que los ciudadanos conozcan sus ideas sobre un ¨¢mbito donde el pa¨ªs se juega su futuro.