Odio creciente
El aumento de condenas por delitos contra el colectivo LGTBI reclama de toda la sociedad acciones m¨¢s decididas contra la intolerancia
Los delitos de odio suponen la expresi¨®n m¨¢s severa de la discriminaci¨®n y un ataque a las normas fundamentales de la convivencia, recalca la Fiscal¨ªa General en su ¨²ltima memoria, que precisa que las condenas por atentar contra la orientaci¨®n y la identidad sexual y de g¨¦nero crecieron el a?o pasado un 23,3% (37 casos frente a 30 en 2021). Es el motivo m¨¢s repetido en las 125 sentencias condenatorias que se impusieron por esos casos, por encima del racismo y la xenofobia. Uno de cada cuatro de los 1.869 delitos de odio que Interior registra en su informe sobre 2022 afect¨® al colectivo LGTBI, cifras similares a las de hace una d¨¦cada tras un repunte en 2021.
Que haya m¨¢s condenas apunta a que las agresiones f¨ªsicas o verbales contra la identidad sexual crecen en Espa?a, pero tambi¨¦n a un mayor rechazo social a estos comportamientos. Pero las cifras son solo la punta del iceberg: ocho de cada diez actos de odio contra el colectivo LGTBI no se denuncian. Y cientos denunciados pueden quedar fuera de la estad¨ªstica porque van acompa?ados de delitos de otro tipo, lo que llev¨® en junio a la Federaci¨®n Estatal LGTBI+ a reclamar a Interior que revise los protocolos de identificaci¨®n de los delitos de odio. La Fiscal¨ªa incide en las dificultades para esta contabilidad espec¨ªfica y para el seguimiento de las denuncias. Tambi¨¦n subraya la necesidad de un registro oficial que recoja pormenorizadamente todas las particularidades de los motivos de discriminaci¨®n. La brutal muerte a golpes en A Coru?a del joven Samuel Luiz Mu?iz en 2021 tras ser increpado por ¡°maric¨®n¡± supuso una verdadera conmoci¨®n en toda Espa?a y un momento clave hacia la toma general de conciencia respecto a un problema tradicionalmente minimizado o invisibilizado. Que sigan perpetu¨¢ndose la violencia y la exclusi¨®n hom¨®fobas, expl¨ªcitas o soterradas, revela que la sociedad tiene un enorme problema. Es intolerable el rechazo de quien no se identifica con una determinada condici¨®n sexual.
El odio tambi¨¦n se legitima con discursos negacionistas como el que Vox ha conseguido introducir en las instituciones gracias a sus pactos con el PP en autonom¨ªas y ayuntamientos. De este ¨²ltimo partido depende que la intolerancia ret¨®rica no se traduzca en medidas que alienten el desprecio al diferente. Pretensiones como reformar la ley aragonesa de no discriminaci¨®n o revertir en Baleares la inversi¨®n de la carga de la prueba no contribuyen, sin embargo, a la defensa de derechos que se cre¨ªan consolidados.
Espa?a es uno de los pa¨ªses con la legislaci¨®n m¨¢s avanzada en la protecci¨®n de la comunidad LGTBI y son innegables las mejoras en esa lucha. Mantenerlas implica perfeccionar la gesti¨®n de los poderes p¨²blicos, pero tambi¨¦n reflexionar sobre ciertos discursos sociales y pol¨ªticos cuando crece el desprecio al diferente y su derecho a existir. Est¨¢ en juego la convivencia.
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