El clima no espera
El ¡®retardismo¡¯ puede contribuir a la crisis medioambiental tanto como el negacionismo
Si unas semanas atr¨¢s el secretario general de Naciones Unidas, Ant¨®nio Guterres, alertaba de que el cambio clim¨¢tico nos introduc¨ªa en la ¡°era de la ebullici¨®n¡±, en la inauguraci¨®n de la minicumbre clim¨¢tica que precedi¨® a la pasada Asamblea General, remachaba con todo el dramatismo: ¡°La humanidad ha abierto las puertas del infierno¡±. Guterres se mostraba as¨ª de tajante ante la evidencia de ver devastada la ciudad libia de Derna y miles de hect¨¢reas arrasadas en Grecia. Todo ello a consecuencia de la tormenta Daniel, uno de esos fen¨®menos extremos que cada vez son m¨¢s frecuentes y virulentos.
Mientras los efectos de la ¡°ebullici¨®n¡± se dejan sentir ya, el conocimiento sigue avanzando. El Instituto de Resiliencia de Estocolmo acaba de publicar un informe en el que advierte: de los nueve l¨ªmites planetarios que mantienen el equilibrio en la biosfera ya se han sobrepasado seis. Son dos m¨¢s que hace ocho a?os y el doble que en 2009, cuando se iniciaron estas investigaciones. Solo quedan tres dentro de lo razonable: la acidificaci¨®n de los oc¨¦anos, el agotamiento del ozono estratosf¨¦rico y la carga de aerosoles en la atm¨®sfera. Del calentamiento global al uso del agua dulce pasando por la conversi¨®n de bosques en cultivos y pastos, el resto est¨¢n en niveles alarmantes.
Ante este c¨²mulo de evidencias, urge acelerar la transici¨®n ecol¨®gica. Por eso es especialmente grave el retraso de dos a?os anunciado esta semana por Bruselas para la entrada en vigor de la norma Euro 7, que endurece los l¨ªmites para las emisiones de gases de efecto invernadero en el tr¨¢fico rodado, causante de 70.000 muertes prematuras al a?o. Adem¨¢s de acarrear costes ambientales y perjuicios para la salud, la moratoria introduce mayor incertidumbre en un mercado que ya sufre las consecuencias de encontrarse en plena transici¨®n, con aplazamientos en la compra de coches por parte de usuarios a la espera de un momento de mayor seguridad. A la par, el retraso anunciado resta empuje a la transformaci¨®n en Europa de un sector estrat¨¦gico que pierde capacidad de innovaci¨®n en el mercado global. Parad¨®jicamente ha sido la industria continental del autom¨®vil la que ha reclamado esta medida, primando el corto plazo sobre las estrategias de futuro.
En sentido contrario, sin embargo, se ha manifestado Lisa Brankin, presidenta de Ford en el Reino Unido, que protest¨® ante la rebaja de los compromisos ecol¨®gicos anunciados por el primer ministro, Rishi Sunak: ¡°El objetivo 2030 es clave para acelerar los planes de Ford hacia un futuro m¨¢s limpio. Nuestra industria necesita tres cosas por parte del Gobierno: ambici¨®n, compromiso y consistencia. La relajaci¨®n del objetivo 2030 socava las tres¡±. Con su ¨²ltimo giro, los conservadores brit¨¢nicos se alejan de los objetivos fijados, ya dentro de la UE, en el Pacto Verde ¡ªpromovido por sus hom¨®logos alemanes¡ª y en los convenios internacionales de reducci¨®n de emisiones.
Sea por el desgaste pol¨ªtico que supone la defensa del medio ambiente, por la influencia del populismo ultra o por las dos cosas, una parte de la derecha europea se est¨¢ sumando a esa nueva versi¨®n del negacionismo que es el retardismo. Era indudable que la transici¨®n ecol¨®gica iba a ser dif¨ªcil. Pero es una evidencia que, de no hacerse con criterios de justicia social, ser¨¢ m¨¢s complicada a¨²n. En lugar de frenar los compromisos medioambientales, es necesario profundizar en ellos mientras se emiten se?ales de estabilidad a los mercados para que ayuden a acelerar en la buena direcci¨®n.
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