Futuro

En mi adolescencia le tuve cierta man¨ªa a Charlton Heston porque me impacientaban los inacabables peliculones tipo Los diez mandamientos o Ben Hur que sol¨ªa protagonizar. Despu¨¦s me fui reconciliando con ¨¦l y acab¨¦ indignado por la traicionera entrevista que en su vejez le hizo el repelente Michael Moore. Con motivo de su centenario he vuelto a ver con agrado varias de sus pelis, entre ellas una de las que guardaba mejor recuerdo: Soylent Green o Cuando el futuro nos alcance. La dirigi¨® el competente Richard Fleischer en 1973 y est¨¢ basada en una novela (?Hagan sitio, hagan sitio!) del escritor de ciencia ficci¨®n Harry Harrison, ganador del premio Hugo. Transcurre en 2022, o sea el a?o pasado, en un planeta superpoblado donde la gente vive amontonada, los espacios naturales pr¨¢cticamente han desaparecido, se fomenta la eutanasia voluntaria de los mayores y los restos humanos son reciclados para convertirse en alimento para los vivos. Para el cin¨¦filo, uno de los atractivos del film es ver la ¨²ltima actuaci¨®n de Edward. G. Robinson, un actor que justifica el s¨¦ptimo arte.

Parece que Heston, con fama (inmerecida) de reaccionario, se gan¨® con Soylent Green las simpat¨ªas de los ecologistas de entonces. Sin duda la pel¨ªcula es muy disfrutable, con su intriga y sus momentos macabros, pero como obra de anticipaci¨®n o de denuncia no acierta el tiro ni de lejos. Los que en 1973 cre¨ªan que medio siglo m¨¢s tarde el problema del mundo ser¨ªa la falta de espacio (?hagan sitio!) o la desaparici¨®n de todo lo comestible, estaban m¨¢s equivocados que Ione Belarra. Por cierto, con las predicciones catastrofistas del Club de Roma (publicadas el a?o anterior al estreno de Solylent Green) y las del laureado Al Gore en 2006 pas¨® lo mismo. Quiz¨¢ tambi¨¦n hoy convenga prevenir pero sin exagerar¡­