Derecho a informar desde Gaza

La desinformaci¨®n se combate con informaci¨®n. En la guerra entre Israel y Ham¨¢s, que comenz¨® el pasado d¨ªa 7, se est¨¢ produciendo una din¨¢mica desinformativa que polariza a la opini¨®n p¨²blica mundial y crea un clima que prescinde de todos los matices, tanto de este enfrentamiento en concreto como del conflicto hist¨®rico entre israel¨ªes y palestinos. Causa importante de esta radicalizaci¨®n es la imposibilidad para gran parte de la prensa de trabajar sobre el terreno, es decir, en el interior de Gaza. Tal situaci¨®n no deriva solo del peligro de informar desde un escenario de guerra, sino tambi¨¦n de la decisi¨®n de los gobiernos israel¨ª y egipcio de no permitir la entrada de periodistas a la Franja, privando a sus audiencias del acceso a fuentes directas que permitan verificar una parte fundamental de los hechos que all¨ª suceden.

Es de justicia destacar la labor de los profesionales que actualmente trabajan en el interior de Gaza, palestinos en su mayor¨ªa. Lo hacen en condiciones extremadamente dif¨ªciles en las que sus vidas y las de sus familiares corren peligro por los bombardeos del ej¨¦rcito israel¨ª. De acuerdo con las cifras publicadas por el Comit¨¦ para Protecci¨®n de los Periodistas, en apenas dos semanas han muerto en Gaza 17 informadores palestinos ejerciendo su trabajo. Son m¨¢s de los que hab¨ªan fallecido violentamente en el mismo territorio en los ¨²ltimos 23 a?os. A esa cifra hay que sumar tres periodistas israel¨ªes y un liban¨¦s muertos en otros escenarios del conflicto. Pero esta presencia de periodistas locales en la Franja no puede justificar el veto a la entrada de otros. Su presencia ayudar¨ªa a paliar la oleada de desinformaci¨®n que acompa?a a la actual situaci¨®n de violencia. Episodios como el bulo de los 40 beb¨¦s israel¨ªes supuestamente decapitados por Ham¨¢s o la autom¨¢tica atribuci¨®n a Israel de la autor¨ªa del bombardeo del hospital Al Ahli ¡ªobjeto de debate todav¨ªa y de importantes consecuencias en la opini¨®n p¨²blica internacional¡ª podr¨ªan haberse evitado con m¨¢s medios como testigos directos en los escenarios de los hechos.

El trabajo period¨ªstico no es un privilegio de los profesionales, sino un derecho del p¨²blico, que de otra manera queda a merced de estrategias de propaganda que manipulan datos, relatos e im¨¢genes, distorsionan la realidad y agravan la tensi¨®n en un escenario regional ya de por s¨ª inflamable. Cuando no hay informaci¨®n, es la desinformaci¨®n la que ocupa su lugar. Y cuando esta cala en la ciudadan¨ªa, poco importan el rigor o la ¨¦tica. La misi¨®n de los corresponsales y enviados especiales resulta vital para conocer los hechos con todos sus matices. Los gobiernos responsables de los pasos fronterizos con Gaza est¨¢n obligados a respetarla y a establecer los mecanismos necesarios para que los medios que lo consideren oportuno puedan enviar a sus profesionales a la Franja. En esta guerra la verdad libra sus propias batallas.