Ambici¨®n con incertidumbre
El PSOE y Sumar ponen los cimientos de un nuevo gobierno progresista cuya agenda social depender¨¢ de los dem¨¢s socios
El PSOE y Sumar escenificaron ayer su acuerdo para gobernar cuatro a?os m¨¢s en caso de que Pedro S¨¢nchez consiga ser investido presidente del Gobierno antes del 27 de noviembre. El acuerdo profundiza en los principales ¨¦xitos del primer Gobierno de coalici¨®n, especialmente en derechos laborales, pol¨ªtica fiscal y de transformaci¨®n energ¨¦tica, adem¨¢s de reiterar compromisos sin cumplir. En general, recoge aspiraciones del votante progresista y enlaza coherentemente con el modelo de pa¨ªs por el que apost¨® el Ejecutivo saliente. En medio de un clima general de confrontaci¨®n partidaria, S¨¢nchez y D¨ªaz exhibieron la ¨²nica sinton¨ªa p¨²blica evidente que en estos momentos presenta la pol¨ªtica espa?ola. Una sinton¨ªa que no puede obviar, sin embargo, que la investidura no est¨¢ garantizada porque depende de otros partidos cuyas reivindicaciones trascienden el programa presentado ayer.
La propuesta m¨¢s llamativa del acuerdo es la reducci¨®n de la jornada laboral por ley a 37,5 horas semanales. Se trata de una de las medidas estrella de Sumar: la primera reforma de la jornada de trabajo desde que se limit¨® a 40 horas hace cuatro d¨¦cadas. La rebaja se producir¨ªa en dos etapas hasta 2025. El Gobierno ya hab¨ªa iniciado un programa piloto para estudiar la medida, que conecta con las nuevas demandas surgidas de la era digital y de un mayor aprecio social de la conciliaci¨®n familiar. Trabajar menos de 40 horas ya es una realidad en muchos sectores (la media real en Espa?a es 37,8, seg¨²n Eurostat) sin que se vea afectada la productividad. Queda, sin embargo, un largo recorrido para extenderla a los aproximadamente 12 millones de asalariados a los que afectar¨ªa.
Las medidas que tienen que ver con el empleo, el ¨¢rea de influencia de D¨ªaz como ministra del ramo, son el coraz¨®n del acuerdo entre su plataforma y el partido socialista. Incluyen una nueva subida del salario m¨ªnimo interprofesional, una reforma del despido y un estatuto del becario que pretende atajar la precariedad sist¨¦mica. Todas son propuestas que afectan directamente al tiempo y al bolsillo de los ciudadanos. Su ¨¦xito depender¨¢ de su concreci¨®n y de lograr el mismo consenso entre los agentes sociales que permiti¨® aprobar la trascendental reforma laboral de la pasada legislatura. Ayer los sindicatos celebraron la propuesta; la patronal la rechaz¨®.
La presentaci¨®n, que incomprensiblemente se realiz¨® sin permitir que los periodistas preguntaran, deja en el aire cuestiones que reducen el margen de maniobra del futuro gobierno. Es bienvenida la ambici¨®n en material social y de empleo, pero se pasa por alto el contexto econ¨®mico: nuevas normas fiscales en la UE que obligar¨¢n a ajustes, una larga etapa de tipos de inter¨¦s altos y la imprevisibilidad de dos guerras con efectos globales. Por otro lado, la mayor¨ªa de las pol¨ªticas sociales en Espa?a dependen de las comunidades aut¨®nomas, y 12 de ellas est¨¢n gobernadas por la oposici¨®n. Cualquier proyecto de ley depender¨¢ en el Congreso de los apoyos de ERC y PNV, que gobiernan sus respectivas comunidades y defender¨¢n su ¨¢mbito competencial. Los nacionalistas vascos ya se expresaron ayer en ese sentido.
En clave interna, Sumar cuenta con la distancia de Podemos, que tiene cinco diputados y ayer dijo desconocer los t¨¦rminos del acuerdo. Finalmente, el texto no incluye la palabra Catalu?a cuando los dos firmantes defienden la amnist¨ªa como uno de ejes para recuperar la normalizaci¨®n territorial. Una ausencia que parece indicar que la negociaci¨®n con el independentismo catal¨¢n est¨¢ a¨²n lejos de cerrarse.
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