El cambio de hora y las se?ales de otro mundo
Solo ma?ana, cuando abramos los ojos, sabremos si hemos atravesado el bucle y el mundo sigue igual o ha triunfado una alteraci¨®n que convierta a Putin en pacifista
Ser¨ªa fant¨¢stico vivir una experiencia parecida a la de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas al caer en un universo donde uno se agranda o mengua mientras ve reinas y conejos al trote. Habitar por una vez en una de esas fisuras que dise?a Murakami para deslizarnos en una realidad alterada. Incluso lanzarnos al and¨¦n 9 y ? de King¡¯s Cross y no chocarnos con un muro, sino entrar en Hogwarts, como Harry Potter, aunque sea para librar terribles batallas subidos a una escoba. Creo que todos, demasiado acostumbrados a la cruda realidad, desear¨ªamos caer en un bucle irreal en alg¨²n momento de la vida. En este momento de la vida.
Estaba pensando en esto cuando me pareci¨® que hab¨ªa llegado el d¨ªa. Hoy cambian la hora, es el momento propicio. Durante 60 minutos en los que ya no tenemos nada que hacer porque nuestros m¨®viles trabajan por nosotros como esos duendecillos que cos¨ªan los botines para un pobre zapatero, se activar¨¢ ese bucle, esa grieta.
Ha habido se?ales. Las hemos visto. Stranger things.
La primera es ver a Putin erigirse en defensor de los civiles de Gaza. Propone el presidente ruso aplicar la soluci¨®n de dos Estados, que podemos entender como el respeto de cada uno a la existencia del otro. La organizaci¨®n terrorista aplaudi¨® la postura del Kremlin y sus esfuerzos para que cesen ¡°los cr¨ªmenes de Israel respaldados por Occidente¡±. En la breve fisura espacio temporal que se abr¨ªa en el mundo real en 1Q84 (Murakami) la denominada Little People entraba a hacer de las suyas para cambiar las reglas del mundo. En este bucle abierto por el cambio de hora ha debido de entrar Putin, un Putin renacido que hoy defiende a los civiles de Gaza frente a los excesos de Israel como si no estuviera pasando nada en Ucrania. ?Ucrania? ?Qu¨¦ es eso?
La segunda se?al del bucle de fantas¨ªa ¡ªsalvando todas las distancias, claro¡ª ha sido ver a Feij¨®o ensalzando a Puigdemont como un l¨ªder que al menos dice la verdad. Le tiene gran respeto, ha dicho. El l¨ªder fugado al menos tendr¨¢ quien le defienda de Vox. M¨¢s stranger things.
Habr¨ªamos preferido un bucle m¨¢s on¨ªrico, una fantas¨ªa digna de desconectar, de recorrer madrigueras y vivir una aventura con el sombrerero de Alicia, pero es lo que hay. Solo ma?ana, cuando abramos los ojos sabremos si el cambio de hora ha funcionado como un gran cambio de agujas, si hemos atravesado el bucle y el mundo sigue igual, o ha triunfado una alteraci¨®n que convierta a Putin en pacifista. Y a la derecha espa?ola en algo m¨¢s tolerante a los diferentes. Y, si no, en marzo.
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