S¨¢nchez habla con claridad
El aspirante a la reelecci¨®n defiende la amnist¨ªa para evitar un Gobierno con la extrema derecha y superar la crisis catalana
![Pedro S¨¢nchez, en el comit¨¦ federal del PSOE, el s¨¢bado.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YAZCL6TIOFCELLOP2BKLMO6AYI.jpg?auth=d58cbd33bc0a39ab0dfd17d66b2bbe1f51afced912e0afb6d6743db01523c5f3&width=414)
El anuncio en defensa de la amnist¨ªa que Pedro S¨¢nchez hizo, por fin, el pasado s¨¢bado en el comit¨¦ federal del PSOE cuenta con dos virtudes pol¨ªticas, la de cambiar el foco de la conversaci¨®n ¡ªhasta ahora al albur de la especulaci¨®n¡ª y la de enviar un mensaje constructivo: es el paso decisivo para salir del bloqueo pol¨ªtico en el que en estos momentos se encuentra Espa?a y evitar un Gobierno de la derecha con la extrema derecha. S¨¢nchez se enfrentaba al reto de construir una explicaci¨®n veros¨ªmil ante el cambio de criterio sobre una medida que hasta antes de las elecciones del 23-J era inaceptable para ¨¦l y para muchos dirigentes socialistas que el s¨¢bado lo aplaudieron, y que ahora pasa por la raz¨®n pol¨ªtica de ¡°hacer de la necesidad virtud¡±. Mirar esa contradicci¨®n de frente era inexcusable por un ejercicio de responsabilidad pol¨ªtica que no solo implica valent¨ªa, sino tratar a la ciudadan¨ªa con la madurez y transparencia que merece.
La rendici¨®n de cuentas obliga a la presentaci¨®n y justificaci¨®n de las decisiones tomadas y a una evaluaci¨®n de sus posibles costes. M¨¢s a¨²n cuando lo que est¨¢ en juego como moneda de cambio de una investidura es una medida de gracia como una amnist¨ªa que deber¨¢ tener un encaje constitucional y desarrollarse con un absoluto rigor legislativo. S¨¢nchez habl¨® sobre todo esto con claridad y sin eufemismos, mostrando que una negociaci¨®n nunca se hace en un laboratorio: siempre depende del contexto y eso no implica renunciar a las convicciones. Si en la legislatura anterior las circunstancias llevaron al PSOE al entendimiento y colaboraci¨®n con Podemos ¡ªante el posible coste pol¨ªtico de una repetici¨®n electoral y la subida de la ultraderecha¡ª, en esta ocasi¨®n lo empujan al entendimiento con las fuerzas independentistas, y es imprescindible que esto se diga. En pol¨ªtica siempre se negocia sobre la base de unas consecuencias que dependen del contexto, determinado hoy por la pura aritm¨¦tica parlamentaria que obliga a contar con la abstenci¨®n de Junts. En la anterior legislatura exigi¨® acuerdos con Esquerra, con resultados palpables que la ciudadan¨ªa ya conoce. El contexto, seg¨²n S¨¢nchez, tambi¨¦n obliga a no aislar su decisi¨®n de la voluntad de evitar un Gobierno que incluya a la extrema derecha. De la misma manera que el candidato socialista asume riesgos en cada una de las mayor¨ªas que busca, hoy se sabe que Alberto N¨²?ez Feij¨®o est¨¢ dispuesto asumir el riesgo de gobernar con Vox si los n¨²meros le hubieran dado o le dan en el futuro.
Estas son las variables que el presidente expuso abiertamente, dejando claro que toda decisi¨®n pol¨ªtica implica costes y que ahorrar a los ciudadanos los dilemas y los riesgos de elegir entre pol¨ªticas alternativas ser¨ªa infantil e irresponsable. S¨¢nchez defendi¨® la coherencia de las medidas de gracia con la doctrina hist¨®rica del PSOE en relaci¨®n con Catalu?a: di¨¢logo, normalizaci¨®n institucional y acuerdos que encaucen la crisis de 2017 hacia un marco de convivencia, que adem¨¢s han sido refrendados por su electorado. Sobre la base de estas coordenadas se llamar¨¢ a la militancia a pronunciarse en una consulta que ser¨ªa conveniente formular con la misma claridad con la que el s¨¢bado habl¨® el presidente.
Hay otra variable importante que la ciudadan¨ªa tendr¨¢ que valorar. El pacto de investidura abrir¨¢ un importante desaf¨ªo en el sector independentista. Entrar en la negociaci¨®n implica admitir que tanto Junts como Esquerra renuncian a la estrategia del ¡°cuanto peor, mejor¡±, y se enfrentan a la elecci¨®n decisiva de escoger entre reforzar el nacionalpopulismo espa?olista que abrazan Vox y un PP empujado por la agenda ultra ¡ªy persistir, por tanto, en el nacionalpopulismo catal¨¢n¡ª o bien iniciar una salida pol¨ªtica para Catalu?a que tambi¨¦n es buena para Europa y para Espa?a.
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