El efecto Wilders
El giro a la derecha de Pa¨ªses Bajos se va a sentir con intensidad en la UE, especialmente en lo que respecta al Pacto Verde y a la ampliaci¨®n al Este
Italia tiene a Giorgia Meloni, Hungr¨ªa a Viktor Orb¨¢n, Eslovenia a Robert Fico y Pa¨ªses Bajos pronto tendr¨¢ a Geert Wilders. Es dif¨ªcil imaginar una alternativa a un Gobierno presidido por Wilders, uno de los l¨ªderes de la derecha europea m¨¢s conocidos y extravagantes. Su Partido por la Libertad (PVV, por sus siglas en holand¨¦s) pas¨® de 17 a 37 esca?os en el Parlamento holand¨¦s, que tiene un total de 150. Los distintos partidos liberales y conservadores obtuvieron peores resultados de lo esperado. En teor¨ªa, todos ellos podr¨ªan unirse contra Wilders y formar una coalici¨®n con el centroizquierda de Frans Timmermans, excomisario europeo. Pero todos se han derechizado con los a?os.
La victoria de Wilders no puede reducirse al aumento de la inmigraci¨®n. Pa¨ªses Bajos tiene, en comparaci¨®n con Alemania, Reino Unido y Francia, una tasa de inmigraci¨®n neta relativamente baja. Es posible que el atentado terrorista de Ham¨¢s haya influido. Wilders es un firme defensor de Israel, pa¨ªs al que se refiri¨® en una ocasi¨®n como ¡°un faro y la ¨²nica democracia en una regi¨®n oscura y tir¨¢nica¡±. Creo que su oposici¨®n a las pol¨ªticas de los verdes es un factor importante. Y tambi¨¦n lo son los cambios geopol¨ªticos y la contrarrevoluci¨®n frente a los concienciados progres en las sociedades occidentales.
Pero Wilders tambi¨¦n necesitar¨¢ socios para gobernar. El aliado m¨¢s importante ser¨¢ Peter Omtzigt, exdemocristiano que fund¨® su propio partido el pasado agosto, llamado Nuevo Contrato Social. Al igual que Wilders, tambi¨¦n es euroesc¨¦ptico.
Otro socio importante ser¨¢ el Movimiento Campesino-Ciudadano, opuesto a las pol¨ªticas de los verdes. Ha aumentado su porcentaje de votos y pasado de tener un diputado a siete. Pero su mayor golpe pol¨ªtico fueron las elecciones del pasado marzo al Senado, en las que se convirtieron en el partido m¨¢s votado. Los gobiernos necesitan mayor¨ªas en ambas c¨¢maras del Parlamento holand¨¦s para aprobar leyes. El gran asunto del Movimiento Campesino-Ciudadano en aquel entonces fue una protesta contra los planes del Gobierno de reducir a la mitad las emisiones de nitr¨®geno de aqu¨ª a 2030, lo que exigir¨ªa un descenso masivo de la ganader¨ªa y del uso de fertilizantes.
En ning¨²n sitio se sentir¨¢ con tanta intensidad el giro a la derecha de la pol¨ªtica holandesa como en Bruselas. La UE tiene experiencia en tratar con populistas, como Orb¨¢n o el Gobierno polaco saliente. Wilders es una amenaza mucho m¨¢s potente porque Holanda es el tercer mayor contribuyente neto al presupuesto de la UE.
Con sus 37 esca?os, Wilders no podr¨¢ desencadenar un Nexit, es decir, la salida de Pa¨ªses Bajos de la UE. Pero ¨¦l y otros l¨ªderes de la derecha europea han cambiado de estrategia. Ya no hacen campa?a por la salida de la UE o del euro. Ahora prefieren luchar contra la Uni¨®n desde dentro. Sin el apoyo de Pa¨ªses Bajos en particular, ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil para la UE llevar a cabo sus proyectos insignia.
El m¨¢s importante de todos ellos es el Pacto Verde, un paquete legislativo para garantizar el objetivo de emisiones netas cero de aqu¨ª a 2050. Ese paquete se acord¨® en 2020, una ¨¦poca en la que los tipos de inter¨¦s eran bajos y el dinero crec¨ªa en los ¨¢rboles verdes. Tambi¨¦n era una ¨¦poca en la que los gobiernos no se enfrentaban a las mismas presiones presupuestarias que hoy.
Lo que ha ocurrido tambi¨¦n desde entonces es que la gente ha empezado a contar los costes. Los propietarios de viviendas se ven obligados a financiar la cara sustituci¨®n de calefacciones de gas¨®leo y gas. Muchos agricultores ir¨¢n a la quiebra. Una coalici¨®n entre Wilders y el Movimiento Campesino-Ciudadano intentar¨¢ bloquear el programa. Incluso el centroderecha del Parlamento Europeo, que antes apoyaba el Pacto Verde de Ursula Von der Leyen, ha empezado a oponerse a la agenda de la UE para combatir el cambio clim¨¢tico. A principios de este a?o, votaron en contra de la Ley de Restauraci¨®n de la Naturaleza. Es muy posible que el a?o que viene surja una mayor¨ªa antiecologista en el Parlamento Europeo.
El otro gran proyecto amenazado es la ampliaci¨®n. La Comisi¨®n recomend¨® recientemente iniciar las negociaciones de adhesi¨®n con Ucrania, Moldavia y Bosnia-Herzegovina. La ampliaci¨®n exigir¨¢ una reforma de las finanzas y los procedimientos de votaci¨®n de la UE. Wilders no aceptar¨¢ de ninguna de las maneras la ampliaci¨®n si esta implica un nuevo aumento de las contribuciones netas de Pa¨ªses Bajos al presupuesto de la UE. Italia y Francia tampoco tienen margen de maniobra fiscal. Orb¨¢n ya ha amenazado con vetar el ¨²ltimo paquete de ayuda financiera de la UE a Ucrania. No hay nadie a la vista con capacidad y voluntad de financiar a Ucrania. Y tampoco creo que los actuales receptores netos de fondos de la UE ¡ªencabezados por Polonia, Grecia y Hungr¨ªa¡ª quieran renunciar a las cuantiosas entradas de capital para su pa¨ªs.
Las elecciones europeas de junio del a?o que viene posiblemente ser¨¢n el gran momento para los partidos de la derecha. Todos obtienen buenos resultados en los sondeos. El partido alem¨¢n AfD, posiblemente el m¨¢s extremista de todos, alcanza el 21% seg¨²n las ¨²ltimas encuestas. Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni, sigue siendo el partido m¨¢s popular en Italia, con un 29%. Reagrupamiento Nacional, de Marine Le Pen, consigue el 24%. Estas cifras, si se mantienen, apuntar¨ªan a un gran aumento de la cuota de los dos bloques de derechas en el Parlamento Europeo.
Wilders y Meloni tambi¨¦n tendr¨¢n la oportunidad de enviar a sus propios comisarios europeos a Bruselas. La ¨²ltima vez, ambos pa¨ªses mandaron a pol¨ªticos de centroizquierda. Los populistas invadir¨¢n todos los niveles: Comisi¨®n, Consejo y Parlamento.
Supongo que el Pacto Verde se diluir¨¢, como acaba de ocurrir en Reino Unido. Tambi¨¦n me cuesta ver la unanimidad necesaria para que Ucrania se convierta en miembro de la UE. Ha habido periodos en los ¨²ltimos 70 a?os en los que la integraci¨®n europea se fren¨® en seco. Ahora, por primera vez, amenaza con dar marcha atr¨¢s.
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