Geert Wilders, el reto ultra en el coraz¨®n de la UE
El islam¨®fobo y euroesc¨¦ptico ganador de las legislativas en Pa¨ªses Bajos encuentra dif¨ªcil formar Gobierno ante las dudas de sus socios de derecha
Geert Wilders, el l¨ªder holand¨¦s de ultraderecha que gan¨® el pasado 22 de noviembre las elecciones en Pa¨ªses Bajos, es un viejo conocido de la pol¨ªtica holandesa. De 60 a?os, lleva 25 como diputado y es f¨¢cilmente reconocible por su cabellera oxigenada. De no haber cambios, ser¨¢ el miembro m¨¢s veterano del Congreso, que debe constituirse el 6 de diciembre. Su rechazo al Islam, que considera ¡°una ideolog¨ªa fascista¡±, ha vertebrado su ideario antes incluso de 2006, fecha de estreno de su Partido por la Libertad (PVV). Al frente del mismo ha obtenido la primera victoria de la extrema derecha en su pa¨ªs desde 1945. Todo un desaf¨ªo en uno de los miembros fundadores de la Uni¨®n Europea.
Con 37 diputados en un Parlamento de 150, Wilders ¡ªpron¨²nciese Vilders¡ª est¨¢ ya en primera fila con su extremismo irredento y quiere formar un Gobierno de centro derecha que no cristaliza con la rapidez que desea. El Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) solo est¨¢ dispuesto a apoyarle desde fuera del Ejecutivo. El conservador Nuevo Contrato Social, el otro posible socio natural, no se f¨ªa del respeto a las leyes profesado ahora por un Wilders que declara haberse moderado. El Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB), la voz del populismo agrario, no tiene reparos en pactar pero esperar¨¢ a que haya una nueva ronda de tanteo.
La insatisfacci¨®n ciudadana con la pol¨ªtica le ha favorecido a pesar de haber sido declarado culpable en 2020 de haber insultado a los ciudadanos de origen marroqu¨ª. Todos le conocen en su tierra, pero ?qui¨¦n es realmente Geert Wilders?
Naci¨® en Venlo, al sur del pa¨ªs, en una familia de clase media con dos hermanas y un hermano. Su padre era el director adjunto de la f¨¢brica de fotocopiadoras Oc¨¦. Su madre naci¨® en la actual Indonesia durante la colonizaci¨®n holandesa y es de origen indo holand¨¦s. Wilders ha declarado que sus padres eran ¡°muy trabajadores¡± y le ense?aron ¡°a perseverar¡±, y evita profundizar en su historia personal. Su hermano Paul, diez a?os mayor, rechaza sus ideas aunque asegura que ¡°le abrazar¨ªa si nos vi¨¦ramos porque le quiero¡±.
Seg¨²n explica al tel¨¦fono la antrop¨®loga holandesa Lizzy van Leeuwen, la historia familiar de Wilders puede explicar en parte su actitud hacia el islam. El abuelo, Johan Ording, se cas¨® con Annie Meijer, de ra¨ªces indonesias. En 1934 le despidieron de su trabajo como funcionario en Java por un caso de fraude. En un ensayo publicado en 2017 en la revista progresista De Groene Amsterdammer, la experta relata que tuvieron ocho hijos ¡ªentre ellos la madre del pol¨ªtico¡ª y la familia fue enviada a Europa sin posibilidad de regresar. Cayeron en la pobreza y pasaron por Francia para recalar luego en Pa¨ªses Bajos. Solo pudieron remontar cuando Johan consigui¨® trabajo a?os despu¨¦s en el servicio de prisiones.
En la era colonial, Indonesia se llamaba Indias Orientales Neerlandesas, y seg¨²n Van Leeuwen, ¡°en las familias suelen contarse estas historias del pasado, y Pa¨ªses Bajos nunca ha reconocido la influencia postcolonial en la vida pol¨ªtica nacional¡±. ¡°Tampoco ha habido un debate cr¨ªtico sobre esa etapa como s¨ª hicieron Francia, B¨¦lgica o Reino Unido¡±. En opini¨®n de Van Leeuwen, Wilders expresa una voz revanchista. ¡°Y no s¨¦ si ese trauma familiar es su motor, pero est¨¢ ah¨ª. Por otro lado, tiene una prevenci¨®n natural hacia el islam¡±, se?ala.
Tras la independencia, reconocida por Pa¨ªses Bajos en 1949 despu¨¦s de una cruenta lucha armada, Indonesia se convirti¨® en una rep¨²blica cuya poblaci¨®n es hoy de mayor¨ªa musulmana. La antrop¨®loga apunta que ¡°con sus facciones javanesas y su cabello oscuro natural, Wilders pudo haber sido discriminado en su propio pa¨ªs, y de ah¨ª que se lo aclare¡±. ¡°De todos modos, hay que tener cuidado con este tipo de conjeturas¡±, advierte. El l¨ªder ultraderechista ha asegurado en televisi¨®n que lo lleva oxigenado desde que era veintea?ero
Una vez concluida la secundaria en Venlo, Wilders, mal estudiante y rebelde, como admite sin rodeos, march¨® a Israel con 17 a?os. Entre 1981 y 1983 estuvo trabajando en un moshav, un asentamiento agr¨ªcola cooperativo, y la experiencia sell¨® sus simpat¨ªas por el pa¨ªs. En esa misma ¨¦poca viaj¨® por Oriente Medio y empez¨® a consolidar una opini¨®n contraria al islam. Despu¨¦s del servicio militar hizo un curso sobre seguros m¨¦dicos, sigui¨® otros de Derecho en la Universidad Abierta y trabaj¨® para dos institutos gubernamentales de salud.
Despu¨¦s se traslad¨® a Utrecht, a un barrio que se llen¨® de inmigrantes, y en 1997 fue concejal de la ciudad por el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD). En 1998 logr¨® un esca?o en el Parlamento y hasta 2004 fue un diputado m¨¢s. Ese a?o, un islamista holand¨¦s de origen marroqu¨ª asesin¨® en ?msterdam al cineasta Theo van Gogh, que hab¨ªa dirigido Sumisi¨®n, una cinta sobre la opresi¨®n de la mujer en el islam. El guion estaba escrito por la diputada de ascendencia somal¨ª Ayaan Hirsi Ali, amenazada tambi¨¦n de muerte. Wilders pidi¨® entonces que se frenase la inmigraci¨®n musulmana, se lanz¨® contra el Cor¨¢n y empez¨® a ganar adeptos. Est¨¢ amenazado por Al Qaeda y el Estado Isl¨¢mico (ISIS) y vive rodeado de escoltas.
Su carrera dio un vuelco cuando el VVD apoy¨® en 2004 la entrada de Turqu¨ªa en la UE: devolvi¨® su carn¨¦ y trabaj¨® como diputado independiente. En 2006 fund¨® el Partido por la Libertad, y en 2010 obtuvo 24 esca?os, convirti¨¦ndose en la segunda fuerza por detr¨¢s del VVD mismo. En 2017 logr¨® 20 y, hasta los pasados comicios, ten¨ªa 17. Su programa sostiene que la manera occidental de vivir ¡°est¨¢ siendo amenazada por la llegada de grandes cantidades de gente, a menudo de pa¨ªses isl¨¢micos¡±. Y afirma que ¡°el flujo el asilo cuesta 24.000 millones de euros anuales al contribuyente y es hora de poner por delante a los holandeses¡±. Pero ¨¦l proclama haberse atemperado. Ello le ha permitido superar con creces al resto de los partidos. El segundo en votos ¡ªla alianza de ecologistas y socialdem¨®cratas (GroenLinks-PvdA)¡ª tiene 25 esca?os.
Matthijs Rooduijn, polit¨®logo de la universidad de ?msterdam, apunta: ¡°Su estilo es m¨¢s templado, pero la sustancia de su programa es tan radical como siempre. Ha sido muy h¨¢bil al presentarse como un socio potencial en una coalici¨®n, y muchos de los que antes votaban al VVD se han inclinado por Wilders¡±. De los sondeos se desprende que el voto estrat¨¦gico ha beneficiado al PVV. ¡°Los electores saben que si eligen a partidos m¨¢s radicales que ellos mismos, es posible que las pol¨ªticas vayan en la direcci¨®n que desean cuando llegue un compromiso. Y la inmigraci¨®n es un asunto esencial para muchos¡±, dice. En cuanto al Nexit ¡ªla salida de Pa¨ªses Bajos de la UE¡ª que ha propuesto Wilders, el polit¨®logo expresa su escepticismo: ¡°Un nuevo Gobierno podr¨¢ tener dudas acerca de la integraci¨®n europea, pero sin salir de la UE¡±. Wilders se distingue de algunos de sus hom¨®logos europeos por su apoyo a los derechos de los homosexuales o la ausencia de antisemitismo.
Casado desde 1992 con Krisztina Marfai, una diplom¨¢tica de origen h¨²ngaro, no pasa dos noches en la misma casa para evitar un atentado. No tiene hijos y, en la jornada electoral, su primer recuerdo fue para ella. En estas condiciones, ?podr¨ªa ejercer el cargo de primer ministro? ¡°Lo m¨¢s probable es que quiera serlo, pero en un pa¨ªs de coaliciones no puede decidir por su cuenta¡±, recuerda Rooduijn. La antrop¨®loga Lizzy van Leeuwen opina: ¡°Todo lo que propone, como cerrar mezquitas y escuelas musulmanas y prohibir el Cor¨¢n no es legal. Si bien se ha perdido la verg¨¹enza de muchos para votarle, ser primer ministro no ser¨ªa bueno para ¨¦l ni para Pa¨ªses Bajos¡±.
De cerrarse un acuerdo de Gobierno, el PVV de Geert Wilders tiene a¨²n un problema. T¨¦cnicamente es una asociaci¨®n con un solo miembro: ¨¦l. Por su af¨¢n de control, no hay conferencias anuales del partido o debates democr¨¢ticos. Tampoco existe una rama juvenil. Con sus 37 esca?os, el Congreso se llenar¨¢ de diputados del PVV sin experiencia, ¡°y algunos tendr¨¢n que dejar el Ayuntamiento o el gobierno provincial donde operan; sin olvidar a los ministros que intente nombrar, porque hay quien declina acercarse a este partido¡±, asevera Rooduijn. Por su parte, la antrop¨®loga Lizzy van Leeuwen se pregunta si Wilders pretender¨¢ ser a la vez ¡°primer ministro, l¨ªder del PVV y portavoz en el Congreso¡±.
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