Dos milagros
Ignoro qu¨¦ es m¨¢s dif¨ªcil de creer: que la Virgen fuera fecundada por el Esp¨ªritu Santo o que los espa?oles seamos libres e iguales ante la ley seg¨²n proclama la Constituci¨®n
El 6 de diciembre se ha celebrado el D¨ªa de la Constituci¨®n, votada en refer¨¦ndum en 1978. Despu¨¦s de 45 a?os, constituye un verdadero milagro el que todav¨ªa siga vigente. Dos d¨ªas despu¨¦s, el 8 de diciembre, en Espa?a se conmemora otro milagro, en este caso el de la Inmaculada Concepci¨®n. Entre estos dos milagros se tiende un puente que los espa?oles aprovechan para largarse de casa. En 1854, el papa P¨ªo IX proclam¨® el dogma por el cual los fieles est¨¢n obligados a creer que la Virgen Mar¨ªa fue concebida sin pecado original y permaneci¨® virgen con el himen intacto en el parto con el que dio a luz al hijo de Dios. Ignoro qu¨¦ es m¨¢s dif¨ªcil de creer, el que la Virgen fuera fecundada por obra y gracia del Esp¨ªritu Santo en forma de paloma o el que los espa?oles seamos libres e iguales ante la ley seg¨²n proclama esta Constituci¨®n, que en el momento de ser concebida fue negada y denostada por la extrema derecha, la misma que hoy la defiende como una creaci¨®n propia para convertirla en un arma arrojadiza. Entre la derecha y la izquierda han sido volados todos los puentes, salvo este que se apoya en dos milagros y que los espa?oles con gran placer han aprovechado para desparramarse por mares y monta?as, llenando hoteles, estaciones de esqu¨ª, casas rurales, restaurantes, bares y terrazas, mientras los l¨ªderes pol¨ªticos estabulados en un sal¨®n del Congreso han celebrado la Carta Magna, que nos une a todos, sin hablarse, mir¨¢ndose unos a otros con cara de perro, puesto que a algunos solo les falta aprender a mover el rabo y a ladrar. La gente com¨²n, aun cargada de problemas, ha tratado de cumplir con su deber de ser feliz.
De regreso a casa, al final del puente, podr¨ªa producirse un gran atasco, pero este no ser¨¢ comparable con el que provoca la ideolog¨ªa petrificada de los pol¨ªticos de cada bando que permanecen con los pies enterrados en la arena d¨¢ndose garrotazos.
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