Acuerdo entre PSOE y Bildu en Pamplona
Los lectores escriben sobre la moci¨®n de censura en la capital de Navarra, las medidas pactadas entre PSOE y Sumar, el turismo masivo y la salida de Do?ana de la Lista Verde de la Uni¨®n Internacional de Conservaci¨®n de la Naturaleza (UICN)
No me molesta que Bildu vaya a ocupar la alcald¨ªa de Pamplona. Aunque est¨¦ muy lejos ideol¨®gicamente, prefiero una administraci¨®n progresista que, adem¨¢s, coincide con la voluntad popular mayoritaria (el conjunto de opciones de izquierda super¨® a aquellas de derecha en las ¨²ltimas municipales). Considero, adem¨¢s, un enorme logro de nuestra democracia la transformaci¨®n de la izquierda abertzale que, como reclamamos, ha abandonado las armas y aceptado las urnas, lo que deber¨ªa ser motivo de orgullo y celebraci¨®n. Lo que s¨ª resulta muy molesto es que el PSOE intente vendernos a sus votantes unas explicaciones ¡ªcomo la de la amnist¨ªa, que personalmente tambi¨¦n apoyo¡ª que nada tienen que ver con la realidad. Es como si se avergonzasen de estas decisiones cuando en realidad deber¨ªan asumirlas con la cabeza muy alta, pues son propias de un partido de consenso, de Estado y de altura democr¨¢tica. Asumido (imagino) el posible coste electoral de estas decisiones, ?por qu¨¦ no asumir el relato a las masas con valent¨ªa?
David Barbas Garc¨ªa. Pamplona
¡®Pacta sunt servanda¡¯
Yolanda D¨ªaz ha aludido recientemente al principio pacta sunt servanda (lo pactado obliga). Cuando se aborde la anunciada reducci¨®n de la jornada laboral semanal de 40 horas, resultar¨¢ fundamental tomar en consideraci¨®n dicho principio. Hay que subrayar que una vez se produzca tal reducci¨®n, esta, si afectase a los convenios colectivos vigentes, vendr¨ªa a romper el equilibrio interno que las partes han convenido en dos aspectos tan b¨¢sicos como son el salario y la jornada de trabajo. Desbordar desde ¡°arriba¡± y sin el debido consenso de los agentes sociales el contenido de lo ya por ellos negociado supondr¨ªa invadir el conjunto de derechos y obligaciones pactados, desconociendo la indiscutida fuerza vinculante de los convenios; y naturalmente contraviniendo el invocado pacta sunt servanda.
Francisco Santos Mart¨ªn. Madrid
Turismo masivo
La paradoja del turismo sin l¨ªmites es que se intenta reclamar a los turistas con aquello mismo que se destruye: autenticidad y encanto. Al tiempo que se promociona el ambiente agradable y genuino que se respira en las calles de una ciudad, se destruyen los edificios y las tiendas que generan dicho clima para establecer hoteles de lujo, apartamentos tur¨ªsticos y tiendas de souvenirs. Mientras llamamos a los visitantes, expulsamos a la poblaci¨®n local y, de paso, olvidamos mencionar en los anuncios tur¨ªsticos que, debido a la sequ¨ªa, no hay agua para tantas personas.
Martina Serrano Garc¨ªa. Aranjuez (Madrid)
Hasta la vista, Do?ana
No por esperado, produce menos indignaci¨®n el deterioro extremo del mayor humedal de Europa, otrora declarado Patrimonio Mundial por su riqueza y biodiversidad, Do?ana, que ha llevado a su exclusi¨®n de la prestigiosa Lista Verde de la Uni¨®n para la Protecci¨®n de la Naturaleza, como consecuencia de la negligencia y desidia de pol¨ªticos y negacionistas. Reflexionemos y tomemos nota de ello tambi¨¦n para una mejor gesti¨®n del mar Menor, las Tablas de Daimiel y el delta del Ebro. Tenemos una responsabilidad ante las generaciones venideras. Obremos en consecuencia y que la salida de la Lista Verde no sea un adi¨®s, sino un hasta la vista.
Francisco J. Eguibar Padr¨®n. Madrid
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.