Por una interpretaci¨®n generosa del mundo
Un d¨ªa quiz¨¢ recordemos 2023 como el a?o que se torci¨® todo, la crisis clim¨¢tica se hizo irreversible y la inteligencia artificial se descontrol¨®. Podemos recordar 2024 como el a?o en que luchamos por algo distinto
Un d¨ªa quiz¨¢ recordemos 2023 como el a?o que se torci¨® todo. Entre noviembre de 2022 y octubre de 2023, la Tierra experiment¨® el periodo m¨¢s caluroso jam¨¢s registrado. Los meteor¨®logos encontraron tormentas de categor¨ªa 5 en todas las cuencas oce¨¢nicas del mundo. El Amazonas empez¨® a producir m¨¢s emisiones de las que captura. El hielo marino se desplom¨® hasta un m¨ªnimo hist¨®rico. El deshielo de glaciares terrestres y el suelo de los polos ¨¢rticos ha elevado notablemente el nivel del mar.
Sin embargo, las emisiones procedentes de combustibles f¨®siles alcanzaron un m¨¢ximo hist¨®rico: comimos m¨¢s carne, compramos m¨¢s ropa y viajamos en m¨¢s aviones que nunca. Objetivamente, ya hab¨ªamos descartado el plan de mantener el aumento de temperatura por debajo de 1,5 grados cent¨ªgrados cuando el presidente de la COP28, celebrada en Dub¨¢i, dijo que no hay evidencia cient¨ªfica que indique que es necesario eliminar los combustibles f¨®siles para limitar el calentamiento global.
En numerosas econom¨ªas mundiales, el n¨²mero de muertes hab¨ªa superado el n¨²mero de nacimientos. Ni la covid-19 ni la guerra: fueron la dieta y la contaminaci¨®n. La principal causa de muerte en el mundo son los accidentes cardiovasculares, causados por exceso de grasas hidrogenadas, az¨²car y carne roja y procesada; y ausencia generalizada de fibra, semillas, frutas y verduras frescas. Pero nos da m¨¢s miedo la inmigraci¨®n. Nos preocupa tanto que preferimos renunciar a los pactos universales de derechos humanos que a la mortadela. El nuevo Pacto Europeo de Migraci¨®n y Asilo cambia el sistema de cuotas por una acogida a la carta, donde los pa¨ªses pueden librarse de acoger migrantes pagando 20.000 euros por cabeza. La nueva ley europea de Inteligencia Artificial (IA) proh¨ªbe los sistemas autom¨¢ticos y remotos de reconocimiento biom¨¦trico, una tecnolog¨ªa racista, clasista y propensa a cometer errores, con excepci¨®n del contexto migratorio y policial.
Y nos preocupa la IA. Europa acord¨® esa primera ley de IA en noviembre, poco despu¨¦s de que Joe Biden emitiera una orden ejecutiva para someter su desarrollo a la seguridad nacional. El partido comunista chino prohibi¨® entrenar modelos con contenidos que promuevan ¡°el terrorismo, la violencia, la subversi¨®n del sistema socialista, el da?o a la reputaci¨®n del pa¨ªs¡± y acciones que ¡°socavan la cohesi¨®n nacional y la estabilidad social¡±. Reino Unido reuni¨® a 20 pa¨ªses en la primera Cumbre Internacional de Seguridad de la IA. Todos quieren controlar los usos y prevenir peligros que s¨®lo existen en la fantas¨ªa colectiva propagada por los ejecutivos de las grandes empresas y la ciencia ficci¨®n. Pero nadie quiere contener el verdadero peligro: su r¨¢pida, aparatosa, sedienta e inflamable expansi¨®n.
El cuerpo de la IA es insaciable. Sus enormes infraestructuras de almacenamiento y procesamiento masivo crecen como una bacteria interplanetaria, metiendo sus gordos tent¨¢culos en todas las fuentes de agua, energ¨ªa, minerales y procesos administrativos y cognitivos disponibles. Come de todo: minas y salinas, plantas el¨¦ctricas, instalaciones nucleares, granjas solares, pueblos ind¨ªgenas, estudiantes dispersos, periodistas estresados, poblaciones empobrecidas por la guerra, la sequ¨ªa, el capitalismo y la globalizaci¨®n. Norteam¨¦rica aument¨® un 25% su construcci¨®n de centros de datos, eso sin contar con los hiperescaladores: Google, Amazon, Meta y Microsoft. El CEO de Nvidia, el dealer de chips de alto rendimiento, calcula que van a gastarse mil millones de d¨®lares en la expansi¨®n de una infraestructura capaz de alterar gravemente el precio y el suministro del agua y la electricidad. Eso tendr¨¢ consecuencias predecibles en el precio de la luz, la calefacci¨®n y el aire acondicionado, el transporte, los alimentos y el resto de la cadena productiva. Crece m¨¢s r¨¢pido que las fuentes de energ¨ªa sostenibles. Bebe m¨¢s agua que la poblaci¨®n mundial. Todas estas paradojas no son los s¨ªntomas de un brote psic¨®tico colectivo ni los s¨ªntomas del declive c¨ªclico e inexorable de la civilizaci¨®n occidental. Tampoco son los defectos del capitalismo. Son parte indispensable de su plan.
¡°El capitalismo es una m¨¢quina de inseguridad, aunque rara vez lo percibimos de esa manera¡±, escribi¨® Astra Taylor en mayo de 2020 en la revista Logic Magazine. ¡°Junto con las ganancias, los bienes de consumo y la desigualdad, la inseguridad es un producto fundamental del sistema. No es un subproducto incidental ni una consecuencia secundaria de la concentraci¨®n de la riqueza; es una de las creaciones esenciales y habilitadoras del capitalismo¡±. La seguridad social favorece la empat¨ªa, la solidaridad entre vecinos y la colaboraci¨®n. Favorece la ambici¨®n intelectual y espiritual sobre la econ¨®mica y una interpretaci¨®n generosa del mundo. Son valores en conflicto contra los principios fundamentales del sistema capitalista, como la competencia, la exclusi¨®n y la individualidad.
La m¨¢quina de inseguridad empieza 2024 habiendo metido muchos goles: la crisis medioambiental, la crisis medi¨¢tica, el desencanto con la pol¨ªtica. Las campa?as oscuras de las plataformas digitales y la m¨¢quina de hechos alternativos de la inteligencia artificial. No es un buen a?o para que m¨¢s de 2.000 millones de personas de unos 70 pa¨ªses salgan a votar. Tambi¨¦n podr¨ªa ser que recordemos 2024 como el a?o que decidimos buscar una interpretaci¨®n m¨¢s generosa del mundo y luchar por ¨¦l.
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