Golpe a Ham¨¢s
El asesinato de un alto dirigente de la milicia en Beirut y el atentado en Ir¨¢n elevan el riesgo de escalada en Oriente Pr¨®ximo
Con el asesinato del dirigente de Ham¨¢s Saleh al Aruri en Beirut, donde presumiblemente actuaba como enlace con Hezbol¨¢ y el r¨¦gimen de Ir¨¢n, Israel se ha anotado un ¨¦xito militar acorde con el objetivo de liquidar a la organizaci¨®n terrorista que anima su guerra en Gaza, pero ha incrementado a la vez el riesgo de extensi¨®n del conflicto al pa¨ªs vecino. El Gobierno de Benjam¨ªn Netanyahu bien podr¨ªa aprovecharlo para atender los requerimientos de Estados Unidos para que pase a una fase de la guerra menos cruenta para la poblaci¨®n gazat¨ª, compatible con la llegada de la ayuda humanitaria y concentrada en operaciones quir¨²rgicas en la Franja. Pero esta acci¨®n selectiva en el extranjero, efectuada con un misil desde un dron, no elimina tan solo a un destacado comandante militar como Al Aruri, sino que quita de en medio a uno de los dirigentes con mayor experiencia en negociaciones pol¨ªticas.
El primer ministro israel¨ª se halla cercado por todos los lados. Su Gobierno trufado de supremacistas mesi¨¢nicos y racistas presiona para que aproveche la guerra para robar m¨¢s territorio palestino en Cisjordania y quedarse con la entera franja de Gaza, aun a costa de expulsar a la mayor¨ªa de los gazat¨ªes. Las familias de los rehenes exigen situar la liberaci¨®n de los secuestrados como objetivo principal de su Gobierno a trav¨¦s de la negociaci¨®n con Ham¨¢s. La Casa Blanca le pide que atempere sus impulsos militaristas y expansionistas, evite la escalada y se fije como objetivo pol¨ªtico para el final de la guerra la negociaci¨®n de un Estado palestino en los territorios ocupados. La comunidad internacional clama ¡ªcasi por entero¡ª por el alto el fuego inmediato y permanente. El Tribunal Supremo de Israel, finalmente, acaba de desautorizar la reforma judicial de su Gobierno por la que pretend¨ªa eludir cualquier control judicial sobre la conformidad de sus decisiones con la ley b¨¢sica del Estado, que, a falta de Constituci¨®n escrita, exige al Ejecutivo atender al criterio de razonabilidad de sus iniciativas legales. La respuesta de Netanyahu ante tantas dificultades pol¨ªticas y judiciales es mantener la tensi¨®n b¨¦lica e incluso incrementarla. Al asesinato de Al Aruri, a pesar de que no haya sido reivindicado, se suman los atentados de este mi¨¦rcoles en Ir¨¢n, que han causado m¨¢s de 95 v¨ªctimas mortales y de los que se sabe poco por el momento, salvo que tienen potencial para contribuir tambi¨¦n a elevar peligrosamente la escalada en la regi¨®n.
Netanyahu no tiene mucho margen para reaccionar ante el rev¨¦s judicial, una sentencia que contiene el germen de una crisis de Estado, puesto que el Supremo rechaza una ley hecha a medida para quitar a los jueces su actual poder de arbitraje sobre las decisiones del Gobierno. El actual Ejecutivo del primer ministro, calificado un¨¢nimemente como el m¨¢s extremista de la historia de Israel y en el momento m¨¢s bajo de expectativas electorales, ha penetrado en el territorio de las democracias iliberales, justo cuando aparece como sospechoso ante organizaciones e incluso instancias judiciales internacionales de cr¨ªmenes de guerra, de genocidio y de construir un sistema de apartheid. Especialmente relevante es la demanda presentada por el Estado de Sud¨¢frica, como firmante de la Convenci¨®n para la Prevenci¨®n y la Sanci¨®n del Delito de Genocidio, contra el Estado de Israel, que tambi¨¦n se adhiri¨® con todas las consecuencias a dicho texto legal de Naciones Unidas, y se encuentra ahora en el brete de responder por sus acciones en Gaza y someterse al arbitraje del Tribunal Internacional de Justicia (ICJ, en sus siglas en ingl¨¦s) que resuelve los diferendos entre pa¨ªses socios.
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