Todo lo que Junts se parece a Vox

Est¨¢bamos concentrados en las sanciones que Junts quiere imponer a las empresas que no regresen a Catalu?a cuando, ?sorpresa!, la liebre salt¨® por otro lado: Puigdemont ahora quiere las competencias de inmigraci¨®n. Su partido no gobierna, sino que gobierna ERC, que ni las ha pedido ni ha reaccionado especialmente bien, pero lo que importa no es eso, sino apuntarse a la batalla cultural. Levantar nuevas banderas.

Mientras crece en Catalu?a una ultraderecha que llama a expulsar a inmigrantes que reincidan en la delincuencia, Junts agarra la pancarta y la agita m¨¢s fuerte. Est¨¢ en su derecho, faltar¨ªa m¨¢s, la boina nunca pasa de moda. El problema es que el Gobierno acceda a darle esas competencias y no precisamente para organizar mejor la acogida de los extranjeros, para contribuir a los salvamentos, gestionar la integraci¨®n o todas esas cosas que hacen las mayor¨ªas progresistas, sino para todo lo contrario. Para hablar de expulsiones mientras resuena la m¨²sica xen¨®foba que se extiende por Europa. Vox ya nos la hab¨ªa colado hasta nuestros o¨ªdos. Y ahora lo est¨¢ haciendo Junts.

Durante muchos a?os, la independencia parec¨ªa el ¨²nico programa de un partido al que muchas voces demandaban que se ocupara de problemas tangibles y de gesti¨®n. Ahora que el proc¨¦s es cosa del pasado y que su siguiente y ego¨ªsta aspiraci¨®n, la amnist¨ªa, est¨¢ encauzada, tiene una gran oportunidad. Es hora de conocer su plan. Y lo que encontramos es algo tan medieval como sancionar a las empresas que no quieran volver, tan ultraderechista como el poder de expulsi¨®n de inmigrantes y tan antieuropeo como la ambici¨®n de controlar fronteras.

Milan Kundera rabiaba ante aquellos que segu¨ªan viendo en la defensa de las fronteras mayor virtud que en su superaci¨®n. En su ensayo Un Occidente secuestrado, recuperado por Tusquets, el intelectual checo denunciaba a quienes antepon¨ªan ¡°sus intereses inmediatos a los intereses sustanciales¡±. Lo escribi¨® en los ochenta y se refer¨ªa a Europa Central, pero sus palabras mantienen la vigencia de la verdad que hoy debe tomar cuerpo frente a la ultraderecha da?ina.

Junts no enga?a a nadie, salvo a quien se deje enga?ar, en este caso el Gobierno. La opacidad de este acuerdo sobre inmigraci¨®n, conocido solamente por un comunicado del partido de Puigdemont, es indigna. Y su motivaci¨®n, tambi¨¦n.

La otra novedad ideol¨®gica que hemos sabido de Puigdemont es que, en una reciente fiesta en Bruselas, fue corriendo a sugerir a Manfred Weber su disposici¨®n a una moci¨®n de censura contra S¨¢nchez de la mano del PP. De momento, ya comparte alguna bandera con Vox. Veremos.