C. Tangana: la humildad detr¨¢s de la ambici¨®n

En 2016 estuve en el backstage de un concierto de C. Tangana. Le hice una entrevista que nunca lleg¨® a salir, porque mis jefes de entonces consideraron que era demasiado underground. Estaba a punto de ser reconocido como uno de los grandes artistas de su generaci¨®n, que es la m¨ªa. Pero entonces a¨²n no lo sab¨ªamos.

Con su siguiente trabajo, ?dolo, lleg¨® el ¨¦xito. En ¨¦l reflexionaba sobre un mercado que ya reconoc¨ªa su brillo y sobre s¨ª mismo como becerro de oro. Su pretensi¨®n era entonces ¡°actualizar la m¨²sica popular en Espa?a¡±, y lo consigui¨®. Pero cuatro a?os despu¨¦s hubo quien le super¨® con creces: ¨¦l mismo.

En la rec¨¢mara ten¨ªa dos discos: uno en el que continuaba transitando el rap y otro, llamado latin, que no sab¨ªa si sacar porque se le antojaba muy de nicho. En ¨¦l recog¨ªa el legado de la m¨²sica popular en espa?ol, con gui?os a la rumba o a la bachata y homenajes al Pesca¨ªlla o a Los Chichos. El becerro de oro se bajaba del pedestal para mirar a los que subieron antes que ¨¦l. Se reconoc¨ªa heredero y no descubridor; intu¨ªa que, en un sistema que le rinde culto a la novedad y a la subversi¨®n, la revoluci¨®n pasa de alg¨²n modo por la tradici¨®n.

La providencia y la paciencia de amigos y colaboradores hicieron lo suyo y el disco latin sali¨® adelante. Se llam¨® El Madrile?o y result¨® no ser tan ¡°de nicho¡±: el d¨ªa de su publicaci¨®n bati¨® r¨¦cords. Pero como seg¨²n ¨¦l no sabe cantar, tuvo sus remilgos a la hora de organizar la gira. Finalmente la hizo y casi se arruina el intento: mont¨® un show con m¨¢s de 30 m¨²sicos, realizadores y hasta un camarero, porque uno de los grandes talentos de C. Tangana es saber reconocer el talento ajeno. Y tener la humildad para darle cabida en el propio.

Ahora Little Spain estrena una serie documental donde nos muestra la gestaci¨®n del disco y la gira en la que casi se van a pique. Se llama Esta ambici¨®n desmedida y tiene valor por muchas razones, pero una de las principales es entender a Pucho, el hombre tras el artista, y que su ambici¨®n no tiene tanto que ver con la vanidad como con la trascendencia, por eso lo que hace es aut¨¦ntico. Tambi¨¦n porque no le teme a reconocer que el principal peligro para C. Tangana es C. Tangana, algo extra?o en un mundo que se parece cada vez m¨¢s a una competici¨®n de pla?ideras.

En 2022 estuve por segunda vez en el backstage de uno de sus conciertos. Esta vez no hice ninguna entrevista sino algo mejor: conoc¨ª a sus padres. Patri, su madre, me cont¨® que antes de morir, la abuela del cantante fue citando a hijos y nietos para encomendarles un recado, una peque?a misi¨®n que entonces les pareci¨® extra?a. Andando el tiempo, descubrieron que a trav¨¦s de esos recados hab¨ªa tejido una red para que, tras su muerte, no ocurriera lo que ocurre en algunas familias: que se distancian.

Con C. Tangana en el escenario rodeado de sus 30 m¨²sicos pensaba en ello. Porque en realidad lo que estaba haciendo su nieto no era muy distinto: decirle al mundo que ¨¦l no era sino luz reflejada, la de todos los que hab¨ªa a su alrededor, y que la comunidad trasciende al individuo. Dejar trocitos de s¨ª mismo para que alg¨²n d¨ªa otro Pucho haga otro Madrile?o. Reconociendo que, como escribi¨® Machado, en Espa?a lo aristocr¨¢tico es lo popular. Y, como advirti¨® Eugenio D¡¯Ors, lo que no es tradici¨®n es plagio.