C. Tangana mata a El Madrile?o: ¡°Estaba predestinado¡±
Dos a?os y medio despu¨¦s del lanzamiento del ¨¢lbum que lo convirti¨® en una estrella global sin necesidad de cantar ni mucho menos afinar, el artista se dispone a matar al personaje con un documental dirigido por Little Spain que narra el proceso vital y creativo detr¨¢s de esa aventura. Hablamos con ¨¦l de lo que se ha ido y de lo que viene.
Hay hijos buscados, hay hijos inesperados y hay hijos no deseados. El Madrile?o, que vio la luz el 26 de febrero de 2021, fue un hijo buscado por su padre, C. Tangana, probablemente no deseado por parte de la industria y de sus fans y muy inesperado para el p¨²blico general. De golpe, el m¨¢s brillante, chulo, listo y econ¨®micamente viable de aquella nueva generaci¨®n de raperos, que hab¨ªa irrumpido en el panorama musical m¨¢s de un lustro atr¨¢s con el fin de matar al padre y vender las joyas de la madre, se hab¨ªa convertido en cantante casi folcl¨®rico. Tras reclutar para su causa a Jorge Drexler, Andr¨¦s Calamaro, Kiko Veneno, Ni?o de Elche o Eliades Ochoa, hab¨ªa entregado un disco en el que la rumba, la copla y el son se encontraban con la modernidad, algo que otros estaban ya haciendo, sin duda, pero que nadie hab¨ªa afrontado con tama?a ambici¨®n.
El Madrile?o no era solo el nombre del proyecto, era un personaje casi tr¨¢gico. En su naturaleza solo cab¨ªa el ¨¦xito desmedido o el fracaso ¨¦pico. Si en 1972 David Bowie invent¨® a Ziggy Stardust, un extraterrestre bisexual que llevaba al glam rock el esp¨ªritu de los musicales de Broadway y que lo convirti¨® en estrella mundial y defini¨® su perfil como el de uno de los mayores y m¨¢s innovadores talentos de la historia, C. Tangana, un tipo nacido en 1990 y criado en Carabanchel, se sacaba de la manga a un madrile?o chulapo, amante de las sobremesas largas y amigo de sus mayores que llevaba al zeitgeist la m¨²sica que varias generaciones de espa?oles hab¨ªan escuchado en casa de peque?os y durante demasiado tiempo hab¨ªan entendido que la ¨²nica forma de agarrarse a su tiempo era ignorarla.
Su tema T¨² me dejaste de querer sobrepas¨® el mill¨®n y medio de escuchas en Spotify en apenas 24 horas. Un a?o despu¨¦s de ver la luz el ¨¢lbum, C. Tangana hab¨ªa ganado tres Grammy Latinos y hab¨ªa despachado 160.000 copias, convirtiendo El Madrile?o en el disco m¨¢s vendido en Espa?a aquel 2021. En abril de 2022 su gira Sin cantar ni afinar bati¨® el r¨¦cord de p¨²blico en el Palau Sant Jordi de Barcelona, 18.360 personas. Su tema Demasiadas mujeres acumula m¨¢s de 350 millones de escuchas en Spotify. En un aspecto menos contable, dot¨® de contenido a esa facci¨®n castiza pero no oficialista que ve¨ªa c¨®mo para poner Madrid de moda se recurr¨ªa solo a la libertad, las ca?as y la imposibilidad de cruzarte con tu ex en Ponzano. Pocas veces en la historia de la m¨²sica de este pa¨ªs, un disco tan art¨ªsticamente brillante y relevante ha sido tan exitoso en lo comercial y en lo cultural. Los modernos ya no lloran, los modernos facturan.
El 28 de septiembre se presentaba en el Vel¨®dromo de San Sebasti¨¢n ante 3.000 espectadores y en una pantalla de 400 metros cuadrados Esta ambici¨®n desmedida, el documental que narra la gestaci¨®n, nacimiento y conversi¨®n en fen¨®meno transoce¨¢nico de El Madrile?o. Dirigido por Cris Trenas, Santos Bacana y Rogelio Gonz¨¢lez, integrantes de la productora Little Spain (responsable del proyecto junto a Movistar+), llegar¨¢ a las salas el 26 de octubre. Con este filme, una suerte de funeral gitano audiovisual, se quiere dar sepultura a El Madrile?o.
Sentado en una min¨²scula sala de un estudio de fotograf¨ªa en Carabanchel, C. Tangana (Ant¨®n ?lvarez en el DNI) parece cansado. Viene de comer con su t¨ªo y esta noche ha quedado con dos amigos de toda la vida, los que le llaman Pucho y los que le han visto en la Gran V¨ªa trabajando en un restaurante de comida r¨¢pida y a?os m¨¢s tarde con su foto decorando una lona sobre la misma calle anunciando una colecci¨®n de Loewe. Los que le conocieron como Crema cuando rapeaba en el barrio de Puerta del ?ngel en su adolescencia, antes de mutar en 2017 en ?dolo, aquel trapero seductor, envuelto en billetes de muchos euros y tangas de encaje. Aquel m¨²sico que se ech¨® una novia catalana que se llamaba Rosal¨ªa y no cantaba mal. ¡°Mira, si cambias de amigos cuando te va bien, debes cambiar otra vez cuando te va mal. Prefiero quedarme con los m¨ªos¡±, afirma C. Tangana, quien no puede ocultar que estos d¨ªas previos al estreno del documental anda algo inquieto.
Siente que se expone demasiado en la cinta, que es mucho para alguien que jam¨¢s ha sentido la necesidad de narrar lo que ha desayunado en Instagram. ¡°No me gusta que se vea c¨®mo pierdo los papeles o c¨®mo hablo. Lo veo y quer¨ªa darle al pause y explicar: ¡®Mira, aqu¨ª, lo que hab¨ªa pasado es esto o aquello¡¯. Salgo desnudo, vomitando, llorando. Es mi puta vida. Se ven mis inseguridades. Y, bueno, debo aceptarme. Llevo un a?o sin entrenar, estoy m¨¢s gordo, a veces soy un gilipollas, como todo el mundo¡ Yo qu¨¦ s¨¦, que se vea. Y a quien no le guste¡ He envejecido mucho, estoy desgastado. Hay relaciones que se han llevado al l¨ªmite, palabras que se han dicho y no se pueden borrar¡¡±, confiesa entre arrepentido y orgulloso de no haber hecho ¡°el t¨ªpico documental del artista que es muy bueno y da mucho dinero a causas ben¨¦ficas¡±.
La narraci¨®n arranca en Cuba, cuando El Madrile?o era a¨²n un plan B, pues hab¨ªa un disco grabado m¨¢s en la onda continuista. Se convence al sello de que esta es la idea a seguir, se enrola a Santos Bacana como director creativo del proyecto y se abre una puerta que asoma a un abismo. Luego se entremezcla el costumbrismo de ir a la localidad madrile?a de Alcorc¨®n a por chorizos con armar un concierto con m¨¢s de 100 personas involucradas y un tel¨®n que cuesta 30.000 euros. Tragedias, discusiones, un esguince de tobillo jugando al f¨²tbol en Canarias, una tormenta, Calamaro en una azotea ejerciendo de Falstaff o Ni?o de Elche que no entiende por qu¨¦ en la puerta de su camerino no pone ¡°artista¡±. C. Tangana, con una cazadora de Los Soprano, comiendo espaguetis bolo?esa en el Chateau Marmont, hablando de dinero, necesitando ir a terapia con urgencia, padenciendo el trayecto, disfrutando cada fin de etapa. Por momentos se parece m¨¢s a Apocalipsis Now que a un documental sobre un cantante de ¨¦xito que una vez lanz¨® un tema llamado Yate y se retrat¨® en la cubierta de uno rodeado de 10 chicas que acumulaban m¨¢s de 100 millones de seguidores en Instagram. Si en aquella imagen ¨¦l grit¨® que lo ten¨ªa todo y el mundo pos-Me Too le respondi¨® ¡°Jes¨²s Gil¡±, ahora C. Tangana opta por justo lo contrario. El que iba a ser el cabecilla de la modernidad ha terminado siendo el que va a apagar la luz antes de dar puerta definitivamente al clasicismo. El Madrile?o como ¨¦xito mundial, pero tambi¨¦n como tr¨¢gica figura del fin de una era.
¡ªBuena estrategia¡
¡ªJoder, parece como si fuera todo parte de una estrategia, y no. Soy un artista que hace m¨²sica. No soy tan listo. Dentro de lo que hago introduzco discursos y uno de los temas con los que trabajo es el negocio, el dinero, el marketing. Hace un tiempo hice un estreno en una revista donde se hacen desnudos [hace una pausa]¡, Intervi¨², eso. Parec¨ªa que yo iba a hacer un desnudo. Eso no es solo para que te vean m¨¢s, sino que es una acci¨®n que habla de c¨®mo me expongo como artista. Lo que pasa es que se puede ver como algo mercantilista. Es la parte de dominar el negocio y que el negocio no te domine a ti. Esta es una industria que nos ha estafado mucho.
¡ªIncluso muerto, es complicado discernir si El Madrile?o era progresista o reaccionario.
¡ªNo s¨¦, creo que no hubo ambici¨®n de ser rupturista. Sin querer serlo puedes alcanzar algo original. Cuando buscas demasiado ser rupturista, eso se te ve. ?Vamos a hacer algo raro! Mejor dime algo que me emocione. Ens¨¦?ame las cosas desde un sitio distinto, porque que sea raro me es igual. Tambi¨¦n es cierto que yo siempre me he sentido muy fresco con lo nuevo y ahora veo cosas nuevas y no estoy seguro de entenderlas del todo.
¡ª?Qu¨¦ le ha dado y qu¨¦ le ha quitado El Madrile?o?
¡ªMe ha ayudado a ganarme mi sitio. Lo otro era m¨¢s juvenil. He asumido que no soy un rapero al uso. Soy un tipo que escribe canciones y se enfrenta al mundo como un deportista. Mis padres no escuchaban soul y g¨®spel. Ahora estoy en un lugar mucho m¨¢s natural. Las formas de expresi¨®n salen solas. Eso hace que la forma en que me expongo tambi¨¦n cambie.
¡ª?Echa de menos el rap?
¡ªMucho. El rap es un modelo de personalidad masculina. Fue dif¨ªcil lograr ser ese hombre cuando era un ni?o, y cuando lo logr¨¦ me dijeron que estaba mal. Pero me daba estabilidad. Hay pena en que eso ya no vuelva a ser, pero lo cierto es que me quise convencer de que yo era 100% cultura hip hop y no, honestamente, no lo soy.
¡ª?Ha conseguido con este proyecto hacer algo de lo que en 10 a?os no se arrepienta?
¡ªEs algo que me obsesiona, la idea de la trascendencia. Creo que he entrado a esa idea a trav¨¦s de la inquietud m¨¢s juvenil del ego y de querer hacer algo importante, del estatus. Y luego esa b¨²squeda me ha llevado a quitarlo todo. Se me ha dado la vuelta completamente. Quiero buscar a¨²n la trascendencia, pero ahora veo que es algo que tiene que ver m¨¢s con la comunidad, con el respeto. Ese es un mundo nuevo para m¨ª.
¡ª?Este proyecto era trascendente o era un fracaso?
¡ªEstaba predestinado. En Cuba vi que iba a ser legendario. No puede ser que tengas a Eliades Ochoa cantando por El Pescadilla y que no salga algo legendario. Yo luego siempre me rebajo y soy de no tener muchas expectativas, porque me mantiene a salvo. No gozo tanto, pero tampoco me decepciono. A pesar de esa naturaleza m¨ªa que tiende a bajarlo todo, ah¨ª lo vi.
Un cubo lleno de langostas, unas strippers y la suite de C. Tangana en Las Vegas. Con estos ingredientes se conocieron Rogelio Gonz¨¢lez y Santos Bacana. El autor de Ingobernable abandon¨® la habitaci¨®n para acudir a la gala de los Grammy Latinos y los dos cineastas se quedaron comiendo marisco y departiendo con las strippers. Ah¨ª naci¨® una amistad que los ha llevado hasta aqu¨ª. Junto a Cris Trenas, formaron el alma de Little Spain en Los ?ngeles los a?os previos a la pandemia. Armaron un ideario est¨¦tico alrededor de la Espa?a setentera, la cultura pop y el humor, hasta el punto de que Bacana saca su nombre art¨ªstico de un delirante edificio de Benidorm en cuyos bajos hay un Tony Roma¡¯s. ¡°Santos es mi artista favorito en el mundo¡±, confiesa C. Tangana. Son los directores de Esta ambici¨®n desmedida. Pero, en realidad, son mucho m¨¢s. ¡°Se estaban haciendo los n¨²meros de la gira de Pucho, y sal¨ªan mal. Su equipo tuvo la idea de hacer un documental para recuperar dinero, bueno, al menos, no perder. Aceptamos porque entendimos que era un proceso largo y, al ser tres, poder mantener la empresa y otros proyectos¡±, comenta Bacana. ¡°Lo que pasa es que lo que iba a salvar la econom¨ªa de Pucho, al final casi acaba con la de Little Spain¡±, interviene Gonz¨¢lez.
¡°Seguir a Pucho es interesante porque no es un artista al uso, se mete en todo. Tiene una forma de trabajar muy particular. Adem¨¢s, somos muy amigos. Ha sido una relaci¨®n que ha ido m¨¢s all¨¢ de lo laboral y una libertad que nos ha permitido meternos a nosotros cuando ve¨ªamos que necesit¨¢bamos m¨¢s historia, alegrarnos de las desgracias que eran buenas para el relato del documental sin sentir culpa¡±. La frontera entre realidad y ficci¨®n se cruzaba constantemente. Incluso en momentos pod¨ªa dar la sensaci¨®n de que la gira estaba montada para dotar de contenido al documental. ¡°Pucho se meti¨® tanto que a veces ven¨ªa y nos re?¨ªa por no haber grabado algo raro o curioso o dram¨¢tico que hab¨ªa pasado. Y nosotros, pues lo quer¨ªamos todo, tenemos horas de metraje de gente haci¨¦ndose pruebas de PCR¡±, recuerda Bacana. ¡°Le dieron una c¨¢mara a Roc¨ªo [Aguirre, fot¨®grafa chilena, actual pareja de C. Tangana] para que me grabara despert¨¢ndome. Me cabre¨®¡±, recuerda El Madrile?o. Esa imagen, obviamente, sale en el documental. Y sale porque C. Tangana es ya uno m¨¢s de Little Spain.
Ha dirigido el clip de Ateo con Nathy Peluso y el de la Oliveira dos cen anos, el himno para el centenario del Celta de Vigo (su padre le hizo seguidor) que rod¨® la pasada primavera. ¡°Le van las producciones gordas, ah¨ª se viene arriba y sabe lo que tiene que hacer¡±, comenta Bacana sobre el C. Tangana director. ?Quiere Pucho ser como vosotros? ¡°S¨ª¡±, responde Bacana. ¡°Y nosotros como ¨¦l¡±, remata Gonz¨¢lez. El futuro de Little Spain incluye integrar al artista musical m¨¢s relevante de su generaci¨®n, seguir haciendo publicidad, desarrollar proyectos de ficci¨®n y dar un giro a su est¨¦tica.
¡°Es que yo ahora deber¨ªa estar forrado¡±. En la sala de maquillaje del estudio, Pucho sigue d¨¢ndole vueltas a todo. Dice que ya se apa?a ¨¦l mismo el pelo con un poco de agua y contin¨²a por la senda de la autoflagelaci¨®n financiera. ¡°La gesti¨®n no es lo m¨ªo. Yo tengo visi¨®n e intuici¨®n para arriesgar y decirles a mi madre y a los dem¨¢s del equipo que esto que propongo puede parecer un suicidio, pero no lo es, se trata de una inversi¨®n loca que vale la pena. De momento me ha salido bien. Esto que he hecho con El Madrile?o es lo m¨¢s arriesgado que he afrontado en mi vida. Cuando lleg¨® el momento de la gira y tocaba ganar pasta, apost¨¦ por convertir la gira en una inversi¨®n. Econ¨®micamente fue un fiasco, pero art¨ªsticamente es lo mejor que he hecho. Estoy ahora en una posici¨®n en que puedo currar con quien quiera, ha cambiado la percepci¨®n que se tiene de m¨ª, siento orgullo. Con un micro pod¨ªa hacer que la gente saltara y gritara y montara una fiesta. Pero eso no era arte. Mi show es una experiencia art¨ªstica fuerte, como ir a una obra de teatro, a un concierto de cl¨¢sica, a ver una peli. Hay algo con peso cultural y con influencia, algo que emociona¡±.
Para alguien que arranc¨® todo este proceso sin saber cantar, inseguro y algo desubicado, el resultado final parece satisfactorio, y la forma en que se ha gestionado, a pesar de todas las vicisitudes, ha redundado en un artista a¨²n dolorido pero que parece atisbar la paz. Que no se mudar¨¢ a Miami, que seguir¨¢ en su casa de Madrid haciendo pescado al horno y charlando horas al tel¨¦fono con sus amigos. El sistema se lo comi¨®. O ¨¦l se comi¨® al sistema. El desenlace de eso viene en el siguiente cap¨ªtulo. Se llame como se llame, tenga el formato que tenga.
¡ª?Desde su estatus de estrella ya casi familiar se puede a¨²n ser radical?
¡ªQuiero seguir tocando los cojones. Me da gusto. Creo que los artistas deben hacer cosas inc¨®modas. Un doctor no debe molestarte, no deber¨ªamos ir por la calle molest¨¢ndonos, pero si alguien apuesta por la creatividad, debe incordiar. Dicen algunos que el artista tiene que ser un educador, un ejemplo, que debe decirnos c¨®mo comportarnos. Falso. Esto lo propon¨ªa antes la derecha y ahora la izquierda. Y, claro, as¨ª ahora los de la derecha se creen revolucionarios. Y no. El artista no debe ser guardi¨¢n de ninguna moralidad. No creo en el artista que quiere caer bien a todos. Eso es marketing.
¡ª?Debe el artista tomar partido pol¨ªticamente?
¡ªMira, lo que s¨¦ es que cuando un periodista te pregunta por algo pol¨ªtico es solo para sacar la declaraci¨®n que reafirma su postura o la de su medio. Eso es as¨ª.
¡ª?Tiene sentido esta entrevista para usted? Despu¨¦s de todo, si quiere decir algo, ya tiene su cuenta de Instagram.
¡ªEs que en el fondo me gusta charlar y ver si me llevan a sitios en las conversaciones, pero s¨ª es cierto que los formatos son ahora cortos y ya no hay pausa ni reflexi¨®n.
¡ª?Volver¨¢ a El hormiguero?
¡ªClaro, para darle visibilidad a Little Spain. Es el escaparate de Espa?a m¨¢s importante.
¡ª?Su futuro pasa por Little Spain?
¡ªMi futuro est¨¢ absolutamente ligado a Little Spain. Es un hecho.
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