No somos una cuota
Mal que les pese a algunos sagaces pensadores, siempre atentos a la promoci¨®n injusta de mujeres, nuestro camino no acaba m¨¢s que empezar
De entre los muchos lamentos de Fernando Savater sobre c¨®mo ha cambiado EL PA?S est¨¢ su queja sobre una ¡°desafortunada invasi¨®n femenina¡±. Y yo sin enterarme. Tambi¨¦n anticipaba, con disgusto, que en su colaboraci¨®n semanal era m¨¢s que probable que lo sustituyera ¡°una¡± en vez de ¡°uno¡±. Claro, ser¨ªa m¨¢s justo que el espacio que ha dejado lo ocupara alguien a su gonadal altura. No es el ¨²nico intelectual que patalea contra la igualdad en una rebeli¨®n rid¨ªcula sin otra causa que la de negar lo que es de justicia. Cegados est¨¢n y por eso no han visto la sistem¨¢tica discriminaci¨®n positiva por la que han sido agraciados por el simple m¨¦rito, al parecer importante, de tener los genitales colgantes. Cuando todas la firmas de los diarios eran masculinas no clamaron al cielo por tan flagrante injusticia ni repararon en nuestra ausencia. En su c¨®moda fratr¨ªa debieron creer que la mesa puesta, las camisas planchadas y los muy amados hijos bien cuidados eran cosas que se hac¨ªan solas mientras ellos conquistaban el mundo, fundaban peri¨®dicos y se hac¨ªan con los puestos de mayor poder y visibilidad.
Pues mal que les pese a estos sagaces pensadores, siempre atentos a la promoci¨®n injusta de mujeres, nuestro camino no acaba m¨¢s que empezar. Tenemos formaci¨®n y conocimiento, ambici¨®n y ganas de comernos el mundo exactamente igual que ellos. No somos cuota, somos la mitad de la humanidad y a por la mitad de todo hemos venido, no nos vamos a conformar con migajas. No se han enterado a¨²n de que llevamos trescientos a?os sin cejar en nuestro empe?o de ser algo m¨¢s que la costilla de esos se?ores tan fabulosos que solo nos quieren y nos aprecian si les adulamos sin contradecirles. ?Y qu¨¦ si entre nosotras hay alguna mediocre? ?Acaso se han quejado de los numerosos varones in¨²tiles que ocupan sillones que les van enormes? ?Pero qu¨¦ quieren? ?Que teniendo m¨¢s formaci¨®n acad¨¦mica y expedientes brillantes nos encerremos en las labores que anta?o dec¨ªan que eran las nuestras? ?Quieren jugar con la mitad de la competencia neutralizada para que el campo sea solo para los chicos? Ya lo siento por ellos porque no les va a quedar otra que aceptar que no hemos venido a este mundo a servirles el caf¨¦ y ya pueden quejarse todo lo que quieran que no vamos a renunciar a lo que es nuestro y nos arrebataron gracias a eso que no ven nunca que se llama machismo.
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