Sombras episcopales sobre la pederastia
El informe de los obispos sobre los casos de abusos sexuales en la Iglesia espa?ola revela de nuevo su falta de transparencia y su distancia con las v¨ªctimas
Los obispos espa?oles han reaccionado siempre a la defensiva y con falta de transparencia ante el mayor esc¨¢ndalo protagonizado por la Iglesia cat¨®lica en Espa?a en los ¨²ltimos a?os: los abusos sexuales a menores. El ¨²ltimo ejemplo lo muestra el an¨¢lisis detallado realizado por EL PA?S del informe que la Conferencia Episcopal (CEE) present¨® en diciembre.
El texto, titulado Para dar luz, excluye m¨¢s de 300 casos que ¨®rdenes y di¨®cesis ya comunicaron al Defensor del Pueblo en la investigaci¨®n que puso en marcha por orden del Parlamento; desde?a casos ya publicados ¡ªobviando la decisi¨®n del papa Francisco de que se investigue cada sospecha ante la menor informaci¨®n¡ª y muestra asombrosas lagunas, como que al menos 39 ¨®rdenes que reconocieron abusos al Defensor se hayan ca¨ªdo del documento.
La propia presentaci¨®n del texto a finales de diciembre estuvo rodeada de sombras: por sorpresa, sin admitir preguntas y con la sospechosa intenci¨®n de ningunear la auditor¨ªa externa que la propia CEE hab¨ªa encargado al despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo, que se?ala m¨¢s episodios y es m¨¢s cr¨ªtico con la actitud de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica.
El informe interno tambi¨¦n desde?a el trabajo que EL PA?S puso en marcha en 2018 y que ha dado origen a la ¨²nica base de datos p¨²blica que detalla todos los casos conocidos, con 1.460 acusados y al menos 2.608 v¨ªctimas.
No es solo el caos del texto o el desfase entre los hechos que ¨®rdenes y di¨®cesis dicen conocer y los que se conocen realmente. La falta de detalle sobre v¨ªctimas y abusadores impide contrastar y mejorar la investigaci¨®n. Adem¨¢s, establecer una categor¨ªa de ¡°casos probados¡± ¡ª152 de los 888 registrados en el texto episcopal, adem¨¢s de otros 84 ¡°no probados pero veros¨ªmiles¡±, seg¨²n la ¨²ltima actualizaci¨®n del informe¡ª muestra de nuevo la desconfianza hacia los damnificados con la que, en claro contraste con el de otros pa¨ªses, act¨²a el episcopado espa?ol.
El empe?o en subrayar la dificultad de ofrecer una cifra cerrada de v¨ªctimas y de victimarios, pero, al tiempo, rebajar las que existen o hablar de ¡°casos no probados¡± trat¨¢ndose de unos abusos de los que, por su naturaleza, casi nunca hay pruebas lleva a pensar en un intento de no hacer frente a indemnizaciones como las que han pagado otras conferencias episcopales del mundo.
Los obispos espa?oles elegir¨¢n la pr¨®xima semana a su nuevo presidente. Tras la desafortunada gesti¨®n que el actual, el cardenal Juan Jos¨¦ Omella, ha hecho de un esc¨¢ndalo que ha causado un grav¨ªsimo trauma a miles de personas, los prelados tienen en su mano decidir si quieren seguir tap¨¢ndolo o afrontar con todas sus consecuencias el reconocimiento del da?o y la reparaci¨®n a quienes lo sufrieron.
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