Ayuso no es inmortal

Una de las virtudes de la democracia es que los l¨ªderes se agotan. Y otra es que podemos contemplarlo. En general, lo deciden los votantes, pero no es el ¨²nico factor en juego. A veces, ellos solos entran en autocombusti¨®n cual estufas viejas, como le ha ocurrido a Pablo Iglesias, que quiso saltar de vicepresidente a freno del fascismo en Madrid y que ha acabado abriendo un bar en Lavapi¨¦s. A veces, otros les empujan un poquito, como le pas¨® a Cristina Cifuentes cuando alguien divulg¨® el robo de cremas faciales en un Eroski cercano. As¨ª se escribe la historia.

Hoy, y m¨¢s all¨¢ de las maniobras de Miguel ?ngel Rodr¨ªguez para acaparar los focos como pararrayos fiel, comienza una nueva temporada de esta serie. La presidenta de Madrid sobrevivi¨® a las comisiones de su hermano y puede sobrevivir en el cargo incluso a las que su pareja ha ido cobrando mientras defraudaba a Hacienda e intentaba colocar vacunas a precio de oro en Costa de Marfil, pero es dudoso que pueda resistirlo todo. Tambi¨¦n ella tiene un l¨ªmite.

La gran baronesa del PP ha tenido y parece tener carta blanca ante la opini¨®n p¨²blica. Se meti¨® a los madrile?os en el bolsillo cuando proclam¨® la libertad en la pandemia y su imagen chulesca atrae a muchos espa?oles. Ayuso ni siquiera logr¨® sacar todos los Presupuestos y es dudoso que alguien pueda citar una sola de sus pol¨ªticas que haya dejado una huella memorable, pero es sin duda un fen¨®meno de masas, un animal pol¨ªtico. Atrae su forma de hablar, de provocar, de vestir, de comparecer, de tener imagen propia y de llevar la contraria, sea a S¨¢nchez o a Feij¨®o. Logr¨® derribar a Pablo Casado por cuestionar la ¨¦tica de los contratos de su hermano y a diario pone firme a su sucesor. Pero est¨¢ llegando la hora de preguntarse: ?cu¨¢nto dura la inmortalidad pol¨ªtica? ?Cu¨¢nto durar¨¢ la suya? Porque nunca es eterna.

Las amenazas directas a Eldiario.es y los bulos sobre EL PA?S pueden ser poco relevantes para sus seguidores, pese a su gravedad. El cierre de filas con su pareja la puede honrar como novia, pero la arrastra como l¨ªder pol¨ªtica. Y el olor a chamusquina que desprende todo lo que la rodea ya ha contaminado la ciudad. Ayuso libr¨® con buen resultado el esc¨¢ndalo de su hermano, pero es dudoso que su futuro, su carrera y su proyecci¨®n nacional salgan hoy indemnes. La noticia de que un Ayuntamiento de Madrid convoc¨® una oposici¨®n un tanto maloliente (por los plazos y requisitos; solo se present¨® su cu?ada, que la gan¨®) a?ade m¨¢s le?a al fuego.

Record¨¦moslo: por fortuna para la democracia, ning¨²n l¨ªder es inmortal. Con suerte, Feij¨®o podr¨¢ tener eso: suerte.