Resurrecci¨®n de Puigdemont
Para que se cumplan las sagradas escrituras, ahora solo falta que el ¡®expresident¡¯ vuelva a Espa?a a lomos de un borrico, abri¨¦ndose paso entre los camiones de La Junquera
Y, al tercer a?o, resucit¨® y anunci¨® que se presentaba a las elecciones. Y la multitud estall¨® en v¨ªtores. Y, para que se cumplan las sagradas escrituras, ahora solo falta que Puigdemont vuelva a Espa?a a lomos de un borrico, abri¨¦ndose paso entre los camiones de La Jonquera.
Ni la pasi¨®n de Cervera despertar¨¢ esta Semana Santa m¨¢s expectaci¨®n en Catalu?a que la puesta de largo del expresident en Elna. En ambas obras, el final es de sobra conocido, pero el p¨²blico no est¨¢ ah¨ª por la intrigante trama, sino por la estimulante ¨¦pica; no por la apertura a nuevas experiencias y emociones, sino por la ritualizaci¨®n del viejo sentimiento de pertenencia, del esp¨ªritu del pueblo que renace tras la humillaci¨®n de la cruz. Cambia el Imperio Romano por el espa?ol, y a Pilatos por Garc¨ªa-Castell¨®n, y tienes la argamasa de una fe colectiva. No es casualidad que, tras la secularizaci¨®n acelerada que vivieron dos sociedades muy cat¨®licas, Escocia y Quebec, despertara ah¨ª el separatismo. La nueva religi¨®n reemplaz¨® a la antigua. Lo mismo ha sucedido en Catalu?a este siglo. El independentismo no es un sufl¨¦, sino un pan bendito.
Este diario calificaba a Puigdemont de candidato del pasado. Y esa es su ventaja: en el nacionalismo, el pasado mueve monta?as. No s¨¦ si el vino de la victoria simb¨®lica de Puigdemont transmutar¨¢ en la sangre de un triunfo electoral. Las profec¨ªas demosc¨®picas no son halag¨¹e?as, pero Junts siempre lo hace mejor en las urnas que en las encuestas. Ahora parte como tercero en liza, tras el PSC y ERC, pero ya ha remontado otras veces. A medida que suben los voltios de una campa?a, su mensaje heroico sobre la liberaci¨®n del pueblo vende mejor que reducir las listas de espera para las operaciones de cataratas.
Pero que el votante se mueva por emociones no quiere decir que no atienda a razones. Entre la densa oferta de opciones independentistas en el men¨² electoral, Junts acumula el mejor curr¨ªculo. Porque el 24-J todos pod¨ªamos imaginar un acuerdo PSOE-Junts, pero pocos que Puigdemont consiguiera todo lo que quer¨ªa (una amnist¨ªa a la carta) y c¨®mo lo quer¨ªa (controlando los tiempos, exprimiendo hasta la ¨²ltima gota la paciencia del interlocutor). Y es que una negociaci¨®n es una guerra psicol¨®gica en la que se lleva el gato al agua quien exhibe menos miedo. En teor¨ªa, el expresident lo ten¨ªa peor: si fracasaba, no podr¨ªa volver a su pa¨ªs. Pero Puigdemont demostr¨® menos miedo a quedarse en Waterloo que S¨¢nchez a irse de La Moncloa. Puigdemont no temi¨®. Esa es la fuerza del creyente. @VictorLapuente
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