Los excesos de lo ¡®trans¡¯

Un informe se?ala que el NHS, el sistema p¨²blico de salud del Reino Unido, no prest¨® a miles de ni?os la atenci¨®n que merec¨ªan. Les administr¨® tratamientos hormonales y bloqueadores de la pubertad sin que se conocieran bien sus efectos. El informe, dirigido por la pediatra Hilary Cass, dice que faltan datos sobre los resultados de esos tratamientos (y m¨¢s cuando se aplican a pacientes de sexo femenino al nacer): las pruebas de que mejoren el bienestar de los j¨®venes son ¡°extraordinariamente d¨¦biles¡±. Cass se?ala que la toxicidad del debate ha dificultado que los profesionales m¨¦dicos expresaran abiertamente su opini¨®n. La investigaci¨®n que se ha realizado estos ¨²ltimos a?os en el Reino Unido ha llevado a que se cierren centros y se proh¨ªba la administraci¨®n de bloqueadores de la pubertad a menores. Se recomienda un tratamiento m¨¢s general, con asistencia psicol¨®gica, en vez de intervenciones m¨¦dicas. Es decir, durante a?os se ha sometido a ni?os a tratamientos que tienen consecuencias para toda la vida, y eso se ha hecho sin tener informaci¨®n suficiente para evaluar las consecuencias o el estado mental de los pacientes.

Para proteger a una minor¨ªa vulnerable ¨Del colectivo trans¨D que debe disfrutar de los mismos derechos que los dem¨¢s, se ha puesto en peligro a otra minor¨ªa vulnerable ¨Dlos menores¨D. Se ha menospreciado el efecto contagio, que se da sobre todo en chicas. En la discusi¨®n, se han deslegitimado las cr¨ªticas, y se ha negado que fueran a suceder cosas que han pasado: el conflicto en el ¨¢mbito deportivo, los agresores en c¨¢rceles de mujeres, las historias de personas que se arrepent¨ªan de tratamientos o que intentaran beneficiarse de las protecciones legales (algunos han dicho en el caso espa?ol que es un fraude de ley, sin caer en que, como ha escrito Najat El Hachmi, la ley es el fraude). Todo eso no ocurrir¨ªa o ser¨ªa cosa de una minor¨ªa ¨D?una an¨¦cdota!¨D, dec¨ªan quienes descalificaban a quien se?alara que la demanda trans era minoritaria. En aras de la fluidez se imponen ideas r¨ªgidas de lo masculino y lo femenino, en nombre de la protecci¨®n de los menores se defienden medidas irreversibles para gente que no puede comprender su alcance ni puede tomar decisiones mucho menos determinantes, en la sociedad que defiende la atenci¨®n a la salud mental la evaluaci¨®n psicol¨®gica se convierte en ¡°patologizaci¨®n¡±, se apela a la emancipaci¨®n para limitar la libertad de expresi¨®n, y en nombre de un supuesto feminismo activistas vehementes hostigan y tratan de silenciar a las mujeres que tienen la osad¨ªa de estar en desacuerdo.