?Ya est¨¢ bien!
Si la carta de S¨¢nchez es solo la confesi¨®n de un mortal que duda, funciona. Y si es la estrategia de un presidente que llama a la resistencia frente a las derechas, tambi¨¦n es eficaz
La noticia lleg¨® a cada rinc¨®n en pocos minutos. El mundo entero, por medio de una carta personal ¡ªde usted a usted, sin intermediarios¡ª sabe a estas horas que el presidente da un pu?etazo en la mesa. ?Hasta aqu¨ª pod¨ªamos llegar!
En la que ya es seguro la carta personal m¨¢s le¨ªda de la historia de nuestra pol¨ªtica reciente, S¨¢nchez logra varias cosas.
Reitera la identificaci¨®n de sus adversarios, que son los enemigos de la Espa?a de bien. Aquella fachosfera se personaliza ahora: los ultras de Manos Limpias, ¡°la constelaci¨®n de cabeceras ultraconservadoras¡± y Feij¨®o y Abascal, ¡°colaboradores necesarios¡± en una burda ¡°operaci¨®n de acoso y derribo¡±.
Podr¨ªa haberse quedado ah¨ª y no le habr¨ªamos hecho tanto caso. Sin embargo, el presidente sabe que la noticia son su duda y su fragilidad, m¨¢s a¨²n cuando proceden de un gobernante de paradigm¨¢tica resiliencia.
A rastras de esa novedad ¡ªque el gobernante, ¡°profundamente enamorado¡± de su esposa, es un ser que duda, sufre y ama¡ª, lleva a la trinchera electoral a la Espa?a dem¨®crata frente a la que falsea, la burda, la de la derecha y la ultraderecha.
Y nos pone a esperar hasta el lunes. Nos deja a todos hablando entre nosotros sobre ¨¦l. Nos obliga a suponer lo que pasar¨ªa sin ¨¦l, que quiz¨¢ a muchos no les guste.
Si es solo la confesi¨®n conmovedora de un mortal que duda y de un esposo y padre que se refugia de los ataques a la familia, la carta funciona. Y si es m¨¢s bien la estrategia de un presidente que una vez m¨¢s llama a la resistencia frente a las derechas m¨¢s violentas, tambi¨¦n es eficaz.
Por lo dem¨¢s, ?qui¨¦n dijo que ambas intenciones son mutuamente excluyentes?
Si se queda, los suyos y los templados se sentir¨¢n aliviados y saldr¨¢n a votar en mayor n¨²mero que ayer.
Si anuncia que se va ¡ªya mismo o en cierto plazo¡ª entenderemos mejor sus motivos, tan humanos.
No se le ve a la carta, a esta viral y emocionante advertencia, objeci¨®n alguna, sea cual sea su desenlace: ni como franca confesi¨®n de un presidente, ni como t¨¢ctica electoral, que son ambas compatibles.
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