Cuando la salsa se hizo conciencia y literatura
Rub¨¦n Blades mezcl¨® hace 40 a?os la m¨²sica y la pol¨ªtica en un disco fundamental: ¡®Buscando Am¨¦rica¡¯
En 1962 Bob Dylan lanz¨® unas inquietantes preguntas al viento. ?Cu¨¢nto tienen que volar las balas de ca?¨®n antes de que sean prohibidas para siempre? ?Y cu¨¢ntos a?os deben vivir algunos antes de que se les conceda ser libres? ?Cu¨¢ntas veces un hombre volver la cabeza fingiendo no ver lo que ve? La respuesta, amigo m¨ªo, cant¨® Dylan, est¨¢ en el viento. Y por haber preguntado lo que tanto se necesitaba cuestionar, y aunque todav¨ªa no tengamos respuestas ¡ªni para las balas, ni para la libertad, ni para lo que se finge no ver¡ª, la Academia Sueca tuvo la osad¨ªa de conceder al m¨²sico norteamericano el Premio Nobel de Literatura de 2016.
Veinte a?os despu¨¦s de que se escucharan los reclamos de Dylan, un m¨²sico latinoamericano que en esos momentos ya estaba la c¨²spide de su popularidad, utiliz¨® su pedestal y puso las manos en el fuego para lanzar otras pesadas interrogaciones, y no precisamente al viento. Mientras con sus canciones se pon¨ªa en busca de una Latinoam¨¦rica escamoteada y herida, el paname?o Rub¨¦n Blades pregunt¨® ad¨®nde van los desaparecidos de muchos de nuestros pa¨ªses, y por qu¨¦ desaparecen y quiso saber cu¨¢ndo vuelven los desaparecidos y a esa ¨²ltima pregunta respondi¨®: solo vuelven al recuerdo de sus seres queridos. Rub¨¦n Blades escrib¨ªa algunas de sus letras quiz¨¢s m¨¢s radicales y las cantaba en el a?o de 1984, unos tiempos (otros m¨¢s) en que en el continente proliferaban las dictaduras y, como tantas veces, el valor de la vida se hab¨ªa desplomado. Las preguntas de Bob Dylan segu¨ªan teniendo todo su sentido y las de Rub¨¦n Blades, las contextualizaban.
Buscando Am¨¦rica cumple ahora 40 a?os de editado. Fue el primer disco en solitario del ya famoso Rub¨¦n Blades, con el que debutaba como director de banda con Los Seis del Solar y al frente de la producci¨®n, y fue adem¨¢s el primero que grababa al margen de la entonces poderosa disquera Fania Records, tan importante en la consolidaci¨®n de la llamada m¨²sica salsa.
En el momento que Blades lanza Buscando Am¨¦rica el movimiento art¨ªstico caribe?o y latinoamericano bautizado como salsa, forjado en la caldera del Nueva York hispano de los a?os de 1960, viv¨ªa su per¨ªodo de mayor esplendor creativo y de aceptaci¨®n en buena parte del continente y entre los hispanos de Estados Unidos. Semejante ¨¦xito se deb¨ªa, entre otras razones, a las propias aportaciones del paname?o, autor de las letras m¨¢s expresivas y mejor armadas, que lo hab¨ªan elevado a la categor¨ªa de ¡°poeta de la salsa¡±. Pero el m¨²sico quer¨ªa m¨¢s (en realidad, nunca hab¨ªa ni ha dejado de querer m¨¢s) y quem¨® sus naves y sali¨® a buscar a Am¨¦rica.
Con la producci¨®n de este disco, Blades corri¨® diversos y pesados riesgos pues aquel trabajo represent¨®, quiz¨¢s, su apuesta art¨ªstica y pol¨ªtica m¨¢s atrevida. El primero de esos desaf¨ªos era de car¨¢cter art¨ªstico pero de efectos comerciales. Seis a?os antes, gracias a su prodigiosa colaboraci¨®n con el director de banda Willie Col¨®n, estos dos pilares de la m¨²sica latina contempor¨¢nea hab¨ªan alcanzado el mayor ¨¦xito de p¨²blico y ventas de la m¨²sica salsa gracias al ¨¢lbum Siembra (1978). Considerado por muchos la obra m¨¢s acabada del movimiento, Siembra dio el primer gran impulso a la bautizada ¡°salsa consciente¡±, gracias al contenido de los textos del paname?o. Sin embargo, su propia evoluci¨®n art¨ªstica le exigi¨® a Blades no dormirse sobre el ¨¦xito, sino moverse por otros derroteros. Grabada ya su ¨®pera-salsa Maestra Vida (1980), otra apuesta en s¨ª misma, con historias que ocurren en Hispania, ese pa¨ªs latinoamericano que no es ninguno real y es todos en realidad, en el a?o 1984 el m¨²sico ordenaba siete piezas en las cuales se atrev¨ªa a desafiar todos los gustos, al extremo de incluir una canci¨®n-relato sin m¨²sica, GDBD (Gentes Despertando Bajo Dictaduras), hecha para escuchar e imposible de bailar, ese complemento festivo considerado consustancial a las piezas de la m¨²sica popular bailable.
Pero las otras composiciones del disco, todas creadas con un fuerte sentido narrativo, tambi¨¦n iban por m¨¢s. As¨ª, mientras Desapariciones se centraba en el tr¨¢gico asunto que provocaba las preguntas del compositor, una obra como El padre Antonio y su monaguillo Andr¨¦s recordaba el asesinato de un ¡°cura bueno¡±, el sacerdote salvadore?o Arnulfo Romero. Con Caminos verdes hablaba de los emigrados por la pobreza y la violencia. En Decisiones arremet¨ªa contra las m¨¢scaras de la moral burguesa. Y en la canci¨®n que daba t¨ªtulo al disco, Buscando Am¨¦rica, un canto a la identidad del continente, afirmaba que ¡°mientras no haya justicia no tendremos paz¡±.
Las consecuencias de este atrevimiento de un artista que, se supon¨ªa, deb¨ªa hacernos la vida m¨¢s alegre y no m¨¢s enrevesada, no se hicieron esperar. Emisoras de radio que, por consideraciones pol¨ªticas se negaron a pinchar el disco, sitios en los que su presencia fue rechazada o censuras expl¨ªcitas como la que sufri¨® en su propio pa¨ªs la canci¨®n Decisiones. Pero tampoco demoraron en llegar los elogios de los entendidos, la aceptaci¨®n de los mel¨®manos, la consolidaci¨®n de esas canciones como referentes sociales y culturales de una realidad convulsa. Y Buscando Am¨¦rica se convirti¨® en la obra imprescindible de la cultura latinoamericana que es desde entonces.
La trascendencia y permanencia de sus canciones se ha debido a dos factores, uno social y otro, art¨ªstico. Del primer lado est¨¢ la propia realidad del continente que, sin sufrir los embates de aquellas dictaduras militares (ahora se utilizan otros trajes), a¨²n padece muchos de los conflictos recogidos por el disco: ¨¦xodos, injusticia social, violencia, represiones, agresiones a su identidad. Del lado art¨ªstico, se debe al hecho de que Blades tampoco se conformara con lo que conseguido con Siembra, Maestra Vida o Buscando Am¨¦rica y mantuviera su compromiso social pero tambi¨¦n siguiera evolucionado, asumiendo riesgos creativos para ensanchar las fronteras de influencia de la salsa con sus colaboraciones con m¨²sicos de rock y el jazz, con temas cantados en ingl¨¦s o con esa mirada universalista muy manifiesta en un disco llamado Mundo (2002).
Y en ese tr¨¢nsito, Rub¨¦n Blades se ha instalado en el pedestal m¨¢s elevado. En los escalones est¨¢n los 14 Grammy Latinos y los 12 Grammys absolutos obtenidos aunque, significativamente, el primero de ellos solo lleg¨® por el disco Escenas, cuatro a?os despu¨¦s del lanzamiento del revulsivo Buscado Am¨¦rica. Por v¨ªas no tan paralelas ha estado tambi¨¦n su proyecci¨®n pol¨ªtica, que no se limit¨® a una frustrada aspiraci¨®n presidencial o al ejercicio de un ministerio paname?o, sino que se manifiesta en sus posturas respecto a las problem¨¢ticas de su pa¨ªs y del continente, a su defensa de las libertades sociales e individuales y la cr¨ªtica a desmanes, tanto de derecha como de izquierda. O sea, la postura del intelectual inconforme que siempre ha sido.
No debe extra?ar, por ello, que 40 a?os despu¨¦s de que Rub¨¦n Blades asumiera el reto que entra?¨® Buscando Am¨¦rica, unos j¨®venes artistas urbanos anden por varias ciudades de Latinoam¨¦rica ¡°pintando¡± en las paredes las canciones del ¨¢lbum. Es un modo, desde la cultura y la historia, de agradecer la osad¨ªa y el raigal compromiso que con su memorable disco sell¨® un artista con la cultura, la sociedad y su ¨¦poca. Haciendo m¨²sica con literatura y con conciencia y lanzando dolorosas preguntas que a¨²n flotan en el viento.
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