El poder del juego
Los cient¨ªficos son admirados, los deportistas son adorados. Qu¨¦ grandes ser¨ªan Newton y Einstein si adem¨¢s supieran regatear como Mbapp¨¦
Al parecer el primate aprendi¨® a pensar y a desarrollar la inteligencia jugando. De hecho, al Homo sapiens actual sentado en las gradas del estadio le conmueve m¨¢s el cerebro el gol marcado de cabeza por la escuadra en el descuento que da la victoria a su equipo que haber levantado las Pir¨¢mides, construido el Parten¨®n, inventado el alfabeto, escrito la Odisea, elaborado el teorema de Pit¨¢goras, descubierto la ley de la gravedad, desarrollado toda la ciencia y la t¨¦cnica necesarias para poder viajar a Marte. Recuerdo aquella noche en que los tres astronautas norteamericanos llegaron a la Luna. La gente observ¨® la haza?a en silencio, entre incr¨¦dula y sobrecogida. No se oy¨® en los alrededores ni aplausos ni gritos. Los vecinos permanecieron callados. Algunos ni se lo creen todav¨ªa. En cambio, el famoso gol de Iniesta el 11 de julio de 2010 levant¨® una explosi¨®n casi planetaria de j¨²bilo salido de las entra?as. Los cient¨ªficos son admirados, los deportistas son adorados. Qu¨¦ grandes ser¨ªan Newton y Einstein si adem¨¢s supieran regatear como Mbapp¨¦. Al final de unos juegos ol¨ªmpicos de la antigua Grecia hubo que demoler parte de la muralla de Siracusa para que pudiera entrar en la ciudad la cohorte que acompa?aba a uno de sus atletas que volv¨ªa coronado con hojas de acebuche por haber vencido en la carrera de cuadrigas. Sin embargo, Arqu¨ªmedes, que acababa de descubrir en la ba?era el principio de f¨ªsica que lleva su nombre, recorri¨® desnudo las calles gritando ?Eureka! y lo tomaron por un loco. Hoy el mundo est¨¢ estructurado como un circo, de manera que media humanidad permanece sentada contemplando c¨®mo en la pista la otra mitad juega, hace el payaso y se deg¨¹ella sin m¨¢s. Puede que el dinero y la mafia instalada en los palcos de honor hayan podrido todo el deporte, pero hay un momento glorioso en la cancha en que el atleta arrebata ese segundo al tiempo, ese cent¨ªmetro al espacio que estaban en poder de los dioses. Y solo por eso son adorados.
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