El cord¨®n sanitario de Vox
La aparatosa ruptura auton¨®mica del partido ultraderechista con el PP merma su poder institucional, pero no lo anula
El l¨ªder de Vox, Santiago Abascal, orden¨® este jueves el fin de los pactos de gobierno con el PP en cinco comunidades aut¨®nomas (Arag¨®n, Castilla y Le¨®n, Murcia, Comunidad Valenciana y Extremadura), lo que ha provocado la destituci¨®n o el cese de los vicepresidentes y consejeros de su partido. Las fugas contra esa decisi¨®n se circunscriben de momento a dos consejeros que no han acatado la orden. La sacudida supone un se¨ªsmo en los dos partidos de la derecha espa?ola, convertidos en t¨¢ndem de cara a los votantes desde que hace un a?o el PP pact¨® coaliciones con Vox para poder gobernar en esas cinco autonom¨ªas, en Baleares ¡ªdonde contaba con el apoyo parlamentario de la formaci¨®n ultra¡ª y en unos 140 ayuntamientos. Vox pierde mucho poder, pero sigue en las instituciones. Contin¨²a en el Congreso de los Diputados, en los parlamentos regionales, de momento amaga pero no rompe los acuerdos municipales que les han dado alcald¨ªas y concejal¨ªas y es un partido que hasta ahora ha tenido aparentes problemas de financiaci¨®n.
El motivo esgrimido es que el PP ha aceptado ¡ªa petici¨®n de los Gobiernos central y canario¡ª el reparto entre las comunidades aut¨®nomas peninsulares de 357 menores migrantes de los casi 6.000 que colapsan los recursos de acogida de las islas. La petici¨®n de ayuda de Canarias est¨¢ plenamente justificada y la cifra acordada por las comunidades es p¨ªrrica teniendo en cuenta que las islas necesitar¨ªan la salida de al menos 3.000 menores. Resulta escandaloso que un pa¨ªs que este a?o va a recibir a casi cien millones de turistas regatee la posibilidad de ubicar y acompa?ar a 3.000 ni?os y ni?as vulnerables. Pero al discurso antiinmigraci¨®n y racista de Vox esto le resultaba inadmisible.
Vox es un partido opaco y es dif¨ªcil saber con exactitud por qu¨¦ toma esta decisi¨®n ahora. Parece obvia la competencia que ha venido a hacerle Alvise P¨¦rez, que en las elecciones europeas consigui¨® 800.000 votos con un discurso tanto o m¨¢s racista que el suyo. Taponar esa fuga de votos ondeando la bandera de partido que no doblega su discurso ni ante la realidad es una explicaci¨®n. El alineamiento de Abascal con el extremismo antinmigraci¨®n de Le Pen y Orb¨¢n es otra.
En cualquier caso, la salida de la extrema derecha de cinco gobiernos auton¨®micos tiene que ser celebrada. Resulta parad¨®jico que quien levanta el cord¨®n sanitario en Espa?a frente al resto de los partidos sean los ultras y no al rev¨¦s. Los primeros beneficiados son los millones de ciudadanos que llevan un a?o sufriendo el bochorno de consejeros que cuestionan el derecho al aborto o torpedean las pol¨ªticas de medio ambiente. Si fuera coherente, Vox saldr¨ªa tambi¨¦n de los ayuntamientos, a los que averg¨¹enza con alardes de intolerancia tan absurdos como revertir carriles bici o negarse a poner la bandera arco¨ªris en el Orgullo. De no hacerlo, la coherencia deber¨ªa ponerla el beneficiario reputacional de la decisi¨®n limitada de Vox, el PP, cuya sinton¨ªa con las tesis ultras se mantuvo hasta horas antes del divorcio auton¨®mico, cuando el Gobierno valenciano celebr¨® con sus entonces socios la promulgaci¨®n de una de las llamadas leyes de concordia, toda una humillaci¨®n para las v¨ªctimas del franquismo.
La asociaci¨®n con Vox tras las elecciones municipales y auton¨®micas del 28 de mayo de 2023 fue clave para la movilizaci¨®n electoral que cerr¨® el paso de Alberto N¨²?ez Feij¨®o a La Moncloa el 23 de julio. Ning¨²n grupo parlamentario estuvo dispuesto a prestar al PP los cuatro diputados que le faltaban porque en la ecuaci¨®n estaba la posibilidad de que Santiago Abascal fuera vicepresidente. Desde entonces, ese lastre t¨®xico persigue al l¨ªder popular y supone una mina argumental para el Gobierno de izquierdas. Ojal¨¢, al contrario de lo que este viernes afirm¨® Feij¨®o, se abra una nueva etapa en la que la decisi¨®n de Vox mueva tambi¨¦n al PP y este abandone la sinton¨ªa argumental y los acuerdos institucionales con un partido alejado del consenso central europeo en materia de derechos humanos, clima, g¨¦nero o memoria democr¨¢tica. Un partido que ha dejado ahora en situaci¨®n parlamentaria precaria a cinco gobiernos regionales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.