Fracaso injustificable de los Mossos
La lamentable actuaci¨®n de los agentes que permiti¨® la fuga de Puigdemont obliga a tomar medidas para una renovaci¨®n del cuerpo
La segunda fuga de Carles Puigdemont, tras su ef¨ªmera aparici¨®n en Barcelona este jueves, no solo no ha aportado nada al nuevo clima pol¨ªtico que se respira en Catalu?a. Lo que ha provocado, sobre todo, es un grave problema de credibilidad de una de las instituciones m¨¢s importantes sobre las que se basa el autogobierno catal¨¢n, como son los Mossos d¡¯Esquadra. La incapacidad del cuerpo para detener al expresidente, sobre quien pesa una orden de b¨²squeda y captura nacional, ha despertado los viejos temores sobre la politizaci¨®n del cuerpo, unos temores abonados, sobre todo, porque los tres detenidos por su presunta colaboraci¨®n en la huida son, precisamente, agentes de este cuerpo.
Este viernes, el consejero de Interior en funciones, Joan Ignasi Elena, de ERC, ofreci¨® una conferencia de prensa de m¨¢s de dos horas y media de duraci¨®n para dar cuenta de lo ocurrido y tratar de justificar lo que parece injustificable: que Puigdemont pudiera huir tras pronunciar un discurso ante m¨¢s de 3.000 personas en pleno centro de Barcelona y con un dispositivo de nada menos que 602 agentes. Elena, rodeado de toda la c¨²pula policial, evit¨® asumir errores en el dispositivo, culp¨® de toda la situaci¨®n al comportamiento ¡°impropio¡± de Carles Puigdemont y admiti¨® que el operativo no estaba ¡°preparado¡± para la maniobra de escapismo del expresidente.
Los Mossos d¡¯Esquadra erraron al confiar en los mensajes del entorno del expresidente en el sentido de que pretend¨ªa dar un discurso para luego dirigirse al Parlament de Catalu?a donde, en teor¨ªa, no opondr¨ªa resistencia a su detenci¨®n. El plan pod¨ªa tener sentido para evitar un arresto ante una masa de centenares de fervientes seguidores que hubiesen provocado previsiblemente un problema de seguridad. Pero nadie hab¨ªa previsto que Puigdemont decidiera marcharse en un coche tras el mitin. Ni los agentes dispuestos en los alrededores, ni los medios t¨¦cnicos con drones y un helic¨®ptero evitaron la fuga. El bochorno acompa?ar¨¢ el historial del cuerpo policial por mucho tiempo.
La lamentable actuaci¨®n de los mandos de los Mossos obliga a tomar medidas dentro de un cuerpo que no ha conseguido quitarse de encima la sospecha de haber colaborado con un fugado de la justicia. Hasta hace pocas semanas, agentes de los Mossos participaban en la seguridad del expresident aprovechando sus horas libres y sin que la direcci¨®n haya tomado medidas concretas para evitarlo. Ahora, el consejero de Interior en funciones admite que, adem¨¢s de los polic¨ªas detenidos por colaborar en la huida, puede haber m¨¢s agentes implicados.
El cambio de Gobierno en Catalu?a es el momento ideal para dar carpetazo a esta situaci¨®n. Resulta necesario un cambio a fondo en el cuerpo para que los ciudadanos catalanes puedan confiar en una polic¨ªa a salvo de posiciones partidistas. Este cambio no puede traducirse solo en un relevo de los altos cargos, sino en el impulso de un verdadero cambio de la cultura interna de una instituci¨®n que debe desterrar cualquier comportamiento sectario. Antes de que esto ocurra, los todav¨ªa responsables de los Mossos, a¨²n est¨¢n a tiempo de dignificar su salida. Deben explicar con todo detalle en el Parlament todas sus actuaciones y comunicaciones durante todo el tiempo que Puigdemont estuvo en Barcelona sin ser detenido. Y, sobre todo, aunque les queden horas en el cargo, deben asumir la responsabilidad pol¨ªtica de lo ocurrido y no poner excusas ante una ciudadan¨ªa at¨®nita.
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