Acusarnos unos a otros no va a ayudar
Una guerra comercial entre la UE y China podr¨ªa hacer a la industria lo que Lehman Brothers hizo a las finanzas en 2008
A lo largo de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, la Uni¨®n Europea pas¨® a depender de Rusia para la energ¨ªa y de China para el comercio. De las dos, la dependencia de China es de un orden de magnitud mayor y va a convertirse en un gran problema geopol¨ªtico en el futuro.
Los datos comerciales no bastan para ilustrarlo. La cuesti¨®n es la manera en que las econom¨ªas europea y china est¨¢n interconectadas. Las empresas europeas se abastecen de insumos en China, producen componentes intermedios en terceros pa¨ªses, ensamblan el producto final tanto en su pa¨ªs como en China, y a trav¨¦s de la exportaci¨®n vuelven al mercado europeo. En otras palabras, es complicado.
Josep Borrell, Alto Representante saliente de la UE para Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad, dijo la semana pasada que una guerra comercial entre Europa y China estaba ¡°en la l¨®gica de las cosas¡±.
Estoy de acuerdo con su pron¨®stico. Pero su actitud indiferente me dice tambi¨¦n que no lo ha pensado bien. Una guerra comercial con China ser¨ªa un desastre absoluto para la UE.
Alemania se encuentra en el epicentro de la crisis china. Las econom¨ªas de Europa Central y del Este dependen en gran medida de Alemania, al igual que los pa¨ªses del Benelux. Una guerra comercial entre la UE y China podr¨ªa hacer a la fabricaci¨®n lo que Lehman Brothers hizo a las finanzas en 2008. El mundo de las finanzas estaba m¨¢s interconectado de lo que sab¨ªamos entonces. Lo mismo puede decirse hoy del sector manufacturero.
En estos ¨²ltimos veinte a?os, Alemania en particular ha ayudado a China a construir su base manufacturera, sin caer en la cuenta de que un d¨ªa China empezar¨ªa a competir. China ya no se dedica al negocio de las imitaciones. Se sit¨²a por delante de Europa en la mayor¨ªa de los ¨¢mbitos de la alta tecnolog¨ªa, excepto en defensa. Con la ayuda de Alemania, China tambi¨¦n ha conseguido adelantarse a los europeos en muchos segmentos industriales cl¨¢sicos, como los paneles solares. No son solo los coches el¨¦ctricos.
Estados Unidos identific¨® a China como un adversario estrat¨¦gico durante la presidencia de Donald Trump. El Gobierno de Joe Biden ampli¨® esa pol¨ªtica y restringi¨® las exportaciones de semiconductores de alto rendimiento a China. En mayo impuso un arancel del 100% a los coches chinos. La UE anunci¨® sus aranceles a los coches chinos en julio, aunque con tipos m¨¢s bajos, de entre el 17,4% y el 38,1%. La semana pasada, la C¨¢mara de Comercio China ante la UE afirm¨® que hab¨ªa sido informada de que China impondr¨ªa aranceles a los coches con ¡°motores de gran cilindrada¡±, que es otra forma de decir coches alemanes.
La guerra comercial ha comenzado. Cada vez veo m¨¢s noticias en los medios alemanes sobre empresas que advierten de que ya no pueden competir con China. Todo lo que iba bien para los europeos en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas ahora mismo va mal. El gas ruso barato ha desaparecido. El Reino Unido ya no forma parte de la UE. La Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n de Joe Biden ha atra¨ªdo a las empresas europeas a Estados Unidos.
Y ahora llega la sorpresa de China. China, la segunda mayor econom¨ªa del mundo, est¨¢ haciendo ahora lo que los europeos, y los alemanes en particular, hicieron en las d¨¦cadas anteriores: inundar el mundo con exportaciones de manufacturas supercompetitivas. No creo que, a la larga, sea una buena estrategia para China, pero ahora funciona a las mil maravillas. Tampoco fue una buena estrategia para Alemania. Los alemanes viven ahora en el trasmundo de una estrategia industrial ya desaparecida. No tienen plan B.
La mejor respuesta a una avalancha de importaciones chinas baratas no ser¨ªa imponer aranceles, sino reducir la dependencia de China. Disfrutar ahora de los precios baratos y empezar a construir relaciones comerciales s¨®lidas con otros pa¨ªses de Asia, ?frica y Oriente Pr¨®ximo. Con la Ley de Materias Primas Fundamentales, la UE ha empezado a avanzar en esta direcci¨®n reforzando las cadenas de suministro de materias primas esenciales como el litio, el cobalto y el n¨ªquel. Pero esto tiene que hacerse a escala industrial, literalmente.
La peor respuesta es imponer aranceles. El problema de los aranceles de la UE no es su legitimidad, sino su efecto. Una guerra comercial afectar¨¢ mucho m¨¢s a las empresas europeas que a las chinas, porque las empresas europeas dependen mucho m¨¢s de China para sus cadenas de suministro que a la inversa. Esta asimetr¨ªa fue el principal resultado de un estudio reciente de Richard Baldwin, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Internacional en la Escuela de Negocios IMD en Ginebra, que se sumergi¨® a fondo en las cadenas mundiales de suministro. Llega a la conclusi¨®n de que ¡°los pol¨ªticos que hablan por hablar de una desvinculaci¨®n de China necesitan observar con atenci¨®n los hechos¡±. https://cepr.org/voxeu/columns/china-worlds-sole-manufacturing-superpower-line-sketch-rise
Una guerra comercial con China tendr¨ªa muchas consecuencias imprevistas. Cuando la UE anunci¨® los aranceles a los autom¨®viles, qued¨® claro que las empresas no chinas tambi¨¦n se ver¨ªan afectadas. Los aranceles europeos se aplican igualmente a los coches producidos por Volkswagen y Tesla en China y reimportados desde all¨ª al mercado europeo. En ambos casos, la UE acab¨® reduciendo los aranceles tras las fuertes protestas.
Volkswagen recibir¨¢ un tipo m¨¢s bajo por el Cupra Tavascan en virtud de los aranceles previstos por la UE, seg¨²n una fuente.
Existe un paralelismo entre el car¨¢cter contraproducente de los aranceles y las sanciones econ¨®micas que Occidente impuso a Rusia. Tampoco est¨¢n funcionando, porque Occidente juzg¨® mal la complejidad de las rutas comerciales en el continente euroasi¨¢tico. Veo que los pol¨ªticos tienden a fiarse demasiado de las estad¨ªsticas del comercio mundial. El saldo neto del comercio entre dos pa¨ªses no nos dice lo que tenemos que saber. Rusia obtiene sus iPhones de Kazajist¨¢n. Y China tiene muchas formas de responder a nuestros aranceles.
En estos momentos, la geopol¨ªtica y la geograf¨ªa econ¨®mica imponen a la UE limitar los conflictos. Se tarda un instante en declarar a China adversario estrat¨¦gico, pero lleva d¨¦cadas construir cadenas de suministro, y d¨¦cadas desenredarlas. Si Estados Unidos y China entran en guerra por Taiw¨¢n, den por hecho que la UE no sabr¨¢ a qui¨¦n apoyar.
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