Los fantasmas de las derechas
Ante la falta de argumentos y propuestas reales, necesitan apelar al miedo para atemorizar a las gentes, demonizar a los gobiernos contrarios y, as¨ª, obtener votos y llegar al poder
Uno. Un d¨ªa de febrero de 1848 dos pensadores alemanes publicaron un manifiesto que comenzaba as¨ª: ¡±Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo¡±. Efectivamente, se trataba de un espectro o ¨¢nima, pues en la realidad de las cosas de este mundo el comunismo no exist¨ªa, ni ha existido nunca como un posible estadio de la sociedad. No obstante, cu¨¢nto p¨¢nico ha desatado su simple menci¨®n a lo largo del ¨²ltimo siglo y medio. Hasta tal punto que sirvi¨® de coartada para intentar justificar el apoyo a las fuerzas fascistas con el fin de frenar o abortar reformas sociales que de comunistas no ten¨ªan nada. Despu¨¦s de la terrible contienda (1939-1945) y en el ambiente de la llamada Guerra Fr¨ªa se sigui¨® utilizando con el fin de malograr cualquier avance pol¨ªtico o social, como fueron los casos de Mossadegh, en Ir¨¢n; Arbenz, en Guatemala; Lumumba, en el Congo Belga; Getulio Vargas, en Brasil; Allende, en Chile; o sostener las dictaduras de Espa?a, Portugal o cualquier otra que se declarase anticomunista. Es, desde luego, el espectro que m¨¢s juego ha dado en la historia de la humanidad, en general al precio de r¨ªos de sangre. Lo curioso y siniestro del asunto es que han transcurrido 176 a?os desde aquella famosa frase del manifiesto, el ¡°comunismo¡± por lo visto ha sido derrotado y, sin embargo, ese mismo fantasma, o quiz¨¢ su hijo o nieto, sigue pululando por el ancho universo y las mismas fuerzas de oga?o contin¨²an enarbol¨¢ndolo de muy similar forma y manera que lo usaban las de anta?o. As¨ª, el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, acusa a la candidata del Partido Dem¨®crata, Kamala Harris, de peligrosa comunista, incluso represent¨¢ndola con un gorro que en vez de decir Make America Great Again aparece con la hoz y el martillo. A un nivel muy inferior, pero en la misma direcci¨®n, tambi¨¦n la se?ora Ayuso, flamante presidenta de la Comunidad de Madrid, sostiene que el presidente S¨¢nchez nos est¨¢ conduciendo al comunismo. En la ¨²ltima campa?a electoral a la autonom¨ªa madrile?a manifest¨® que hab¨ªa que elegir entre el comunismo ¡ªun fantasma¡ª o la libertad, que en la concepci¨®n ¡°ayusista¡± no deja de ser un espejismo.
Dos. Sin embargo, la derecha no satisfecha solo con un fantasma se ha sacado de la manga otros no menos fantasmag¨®ricos. Todo el mundo deber¨ªa de saber que ETA desapareci¨® de nuestras vidas hace ya 13 a?os. No obstante, destacados voceros de las derechas siguen sosteniendo que la organizaci¨®n terrorista contin¨²a existiendo transmutada, por lo visto, en partido pol¨ªtico plenamente legal y con representaci¨®n parlamentaria, como es el caso de Bildu. Incluso llegan a decir, llevados de sus delirios anti S¨¢nchez, que ETA ha triunfado y, en consecuencia, el actual Gobierno se mantiene gracias al apoyo de terroristas, un nuevo fantasma armado de metralletas.
Tres. Otro tanto est¨¢ sucediendo con el tema del separatismo en Catalu?a. Es conocido que en 2017, bajo un Gobierno del PP, la Generalitat declar¨® durante unos minutos la independencia; las fuerzas separatistas eran mayor¨ªa en el Parlament; la sociedad catalana estaba dividida y enfrentada y el Gobierno de Espa?a tuvo que ejercer una represi¨®n, que fue una de las mayores chapuzas que contemplaron los siglos. Pues bien, ahora en la Generalitat gobierna un socialista que se llama Salvador Illa; los indepes han perdido la mayor¨ªa; por primera vez en a?os se coloca la bandera constitucional de Espa?a y el president recibe con normalidad al jefe del Estado, el Rey. Nadie habla ya de secesi¨®n y los partidarios de la independencia han descendido de forma considerable. Sin embargo, la derecha y sus socios medi¨¢ticos siguen diciendo que el Gobierno socialista de Catalu?a significa el triunfo, p¨®stumo o no, del proc¨¦s y que su presidente es un consumado separatista, seg¨²n algunos, el peor de todos.
Cuatro. Por no hablar de ese otro fantasma que, en este caso, recorre el mundo, el fantasma de las migraciones, que por causa del mendaz ¡°efecto llamada¡± y la irrefrenable tendencia de los desplazados a la delincuencia est¨¢ socavando las ricas, blancas y pac¨ªficas sociedades occidentales. Mover¨ªa a risa si no fuese tan tr¨¢gico y costase tantas vidas. La realidad es que esos desheredados de la tierra se juegan la vida porque no tienen nada que perder; porque esta globalizaci¨®n es un desastre de desigualdad; porque los pa¨ªses de donde proceden han sido esquilmados, durante siglos, por el colonialismo y porque, aunque se afirme lo contrario, los necesitamos como el comer y forman ese nuevo ¡°ej¨¦rcito de reserva¡±, sin el cual el capitalismo realmente existente no mantendr¨ªa la tasa de beneficios.
Cinco. Todo ello es demostraci¨®n de que a las derechas les faltan argumentos y propuestas reales y necesitan de estos fantasmas para atemorizar a las gentes, demonizar a los gobiernos contrarios y, de esa manera, obtener votos y llegar al poder. Cuando en realidad lo ¨²nico fantasmag¨®rico es su propio pensamiento y se les podr¨ªa aplicar el dicho popular de ¡°sois unos fantasmas¡±.
Ahora bien, el m¨¦todo para crear tantos espectros o trasgos es bastante parecido a los del pasado. Se dice que fue Joseph Goebbels, el jefe nazi encargado de la propaganda, el que dijo que una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad. Seguramente, otros lo dijeron antes, pues la mentira tiene una larga historia. Ahora, ciertas derechas hacen lo mismo, con medios mucho m¨¢s sofisticados. Sin embargo, entonces como en la actualidad, la mentira necesita medios para triunfar y penetrar en la mente de los humanos. El doctor Goebbels, o ¡°huevels¡± como en la estupenda pel¨ªcula La ni?a de mis ojos de Trueba, controlaba la prensa y, sobre todo, la radio, que era la reina de los medios de aquella ¨¦poca. Ahora, adem¨¢s de los anteriores, tenemos la televisi¨®n, las redes sociales, las plataformas, muchas de las cuales bombardean todos los d¨ªas y a todas horas con informaciones falsas, tergiversadas o difamaciones puras y duras. Todo ello amparado en la libertad de informaci¨®n, que por supuesto hay que preservar. No obstante, en el art¨ªculo 20.1.d) de la Constituci¨®n Espa?ola ¡°se reconocen y protegen los derechos de comunicar o recibir informaci¨®n veraz por cualquier medio de difusi¨®n¡±. Es decir, que los ciudadanos tenemos derecho a recibir informaci¨®n veraz y no a tragar mentiras o difamaciones a las que estamos sometidos.
Quiz¨¢ habr¨ªa dos medidas que podr¨ªan mitigar este universo de mentiras en el que vivimos: la transparencia absoluta de quien transmite y la luminosidad de la financiaci¨®n de todo instrumento de cualquier clase que cree o transmita informaci¨®n. Dicho de otra manera, la prohibici¨®n del anonimato personal o societario y de la ocultaci¨®n de la procedencia de los fondos de todo tipo de medios de comunicaci¨®n. Y cuando me refiero a medios e instrumentos incluyo las plataformas digitales de cualquier naturaleza, que so capa de considerarse simples transmisores en realidad son medios de comunicaci¨®n, que deben de estar sometidas a las mismas reglas de transparencia y regulaci¨®n que los tradicionales. De no hacerlo as¨ª, los resultados empiezan a ser nefastos para la propia supervivencia de una democracia sana y robusta, pues esta no puede estar basada en la mentira y la difamaci¨®n. Un ejemplo pr¨¢ctico de c¨®mo hay que actuar es lo que ha hecho un magistrado del Tribunal Supremo de Brasil contra la plataforma X y su propietario Elon Musk, al clausurar dicha plataforma en el pa¨ªs por suponer una aut¨¦ntica amenaza para la democracia con sus falsedades y actividades que fomentan el odio y las pol¨ªticas de ultraderecha.
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