Netanyahu quiere otra guerra

Oriente Pr¨®ximo est¨¢ al borde de una guerra regional debido, en buena parte, a las decisiones de Benjam¨ªn Netanyahu. La explosi¨®n de los buscas y walkie-talkies de militantes de Hezbol¨¢ acaecida esta semana fue un ataque indiscriminado ¡ªalgo que la Convenci¨®n de Ginebra considera una violaci¨®n del derecho internacional¡ª cuyo fin no parec¨ªa otro que desencadenar un conflicto total en L¨ªbano.

Esta din¨¢mica se inici¨® con la respuesta al brutal ataque terrorista de Ham¨¢s del 7 de octubre. Desde entonces, el primer ministro israel¨ª ha transitado una senda ajena al sentido de la proporcionalidad y a la m¨¢s elemental humanidad con la poblaci¨®n civil de Gaza. El l¨ªder del Likud ha visto en la guerra no solo una tabla de salvaci¨®n ante su complicada situaci¨®n pol¨ªtica interna sino tambi¨¦n una estrategia para consolidar el expansionismo censurado por la ONU, cuya Asamblea aprob¨® el mi¨¦rcoles por amplia mayor¨ªa (124 votos a favor, 12 en contra y 43 abstenciones) una resoluci¨®n en la que se pide el fin de la ocupaci¨®n ¡°ilegal¡± de los territorios palestinos.

A la injustificable decisi¨®n de arrasar Gaza ¡ªcon m¨¢s de 40.000 fallecidos, un mill¨®n largo de refugiados y miles de viviendas completamente destruidas¡ª, se ha unido la brutalidad en Cisjordania, con el asesinato de decenas de civiles, la carta blanca de la que gozan los colonos ultras para ejercer la violencia y las m¨²ltiples escenas de odio, como la profanaci¨®n ayer de tres cad¨¢veres arrojados desde una azotea por militares israel¨ªes.

Casi un a?o despu¨¦s de poner el foco militar de la destrucci¨®n en la Franja, Netanyahu parece dispuesto ahora a mantener encendido el fuego de la guerra en L¨ªbano. Como si su futuro pol¨ªtico en el interior de Israel ¡ªmuy cuestionado ya antes del 7 de octubre¡ª dependiera de perpetuar el conflicto exterior para asegurarse la aquiescencia de sus conciudadanos en nombre de una seguridad que ¨¦l no deja de poner en peligro una y otra vez.

Todo ello mientras ignora las peticiones de alto el fuego de los familiares de los rehenes de Ham¨¢s, descalifica las resoluciones de Naciones Unidas, desprecia los procesos judiciales internacionales abiertos contra ¨¦l por grav¨ªsimos cr¨ªmenes y tacha de colaborador con el terrorismo a cualquier pa¨ªs u organizaci¨®n que no acepte acr¨ªticamente su relato. Ni siquiera su principal aliado, Estados Unidos, ha sido capaz de llevar a Netanyahu a desistir de la opci¨®n b¨¦lica sin l¨ªmites. Junto a Egipto y Qatar, la administraci¨®n dem¨®crata llevaba meses tratando de convencerle de que aceptara un plan de paz para Gaza. Lejos de hacerlo, Netanyahu pretende desencadenar una guerra en L¨ªbano, con su principal obsesi¨®n, Ir¨¢n, al fondo.

Ayer Hezbol¨¢ lanz¨® decenas de cohetes contra el norte de Israel, que respondi¨® bombardeando Beirut. La parte de responsabilidad de la milicia proiran¨ª en un enfrentamiento que, con mayor o menor intensidad, dura ya a?os, est¨¢ fuera de duda, pero al principal dirigente de un Estado democr¨¢tico le corresponde guardar la proporci¨®n en la respuesta militar y no recurrir a acciones indiscriminados, es decir, respetar el derecho internacional. Lejos de evitar la escalada b¨¦lica, Benjam¨ªn Netanyahu no ha hecho m¨¢s que alimentarla.