La espiral del odio
Mientras las bombas caen sobre Beirut, todos los p¨¢jaros se me llevan hasta la tupida cabellera de Wajdi Mouawad para buscar su l¨²cida desolaci¨®n
Mientras las bombas caen sobre Beirut, todos los p¨¢jaros se me llevan hasta la tupida cabellera de Wajdi Mouawad para buscar su l¨²cida desolaci¨®n. Hace algo menos de un a?o escuch¨¦ su nombre por primera vez en la redacci¨®n y semanas despu¨¦s publicamos una entrevista memorable que ?lex Vicente le hizo en el teatro La Colline que este dramaturgo liban¨¦s dirige en Par¨ªs. La he rele¨ªdo para intentar comprender la dimensi¨®n humana de la tragedia, la de siempre y la que destruye otra vez el pa¨ªs del que huy¨® con su familia cuando ten¨ªa 10 a?os, y ahora no hay forma de conseguir una entrada para ver en Barcelona Tots ocells. Esta obra de 2017 es un Romeo y Julieta contempor¨¢neo: el argumento principal es la relaci¨®n entre un cient¨ªfico de ascendencia jud¨ªa y una estudiante de posgrado de Estados Unidos cuyos or¨ªgenes son marroqu¨ªs, pero el tema de fondo es vivir con la herencia de la violencia en tiempos de guerra de identidades. A finales de 2022 se representaba en M¨²nich y, tras cuatro noches sobre las tablas, se cancel¨® por la protesta de asociaciones de estudiantes jud¨ªos apoyada por la Asociaci¨®n Federal de Centros de Investigaci¨®n e Informaci¨®n sobre Antisemitismo financiada con dinero p¨²blico. La paradoja es que la misma obra se hab¨ªa estrenado en Tel Aviv sin protesta alguna y su traductor al hebreo afirm¨® que la decisi¨®n de prohibirla ayudaba a los islamistas radicales. Ten¨ªa raz¨®n. La otra paradoja es que el pasado abril Mouawad tuvo que huir del L¨ªbano, sobre el que no ha dejado de meditar, pocos d¨ªas antes del estreno de una de sus obras, acusado de estar vinculado al enemigo, es decir, a Israel.
Los p¨¢jaros me llevan a la cabeza de Mouwad y veo su rostro actuando en la pel¨ªcula Bajo los cielos del L¨ªbano, cuando la guerra destroza la vida de una familia como la suya. ?C¨®mo sobrevivir despu¨¦s?
El jueves un grupo de periodistas discutimos sobre la responsabilidad de nuestro oficio convocados por la Fundaci¨®n Formentor. Ante la amenaza de la inteligencia artificial para profanar nuestra individualidad, pensaba que conoc¨ª a Mouawad gracias a esa entrevista. Rele¨ªa el art¨ªculo de opini¨®n No tendr¨¢n nuestro odio que ¨¦l public¨® en Lib¨¦ration poco despu¨¦s del 7 de octubre. Es impresionante. ¡°?Qu¨¦ puedo hacer contra Ham¨¢s? ?Qu¨¦ puedo hacer contra la franja supremacista del Gobierno israel¨ª? ?Qu¨¦ puedo hacer contra Hezbol¨¢? ?Qu¨¦ puedo hacer contra el Gobierno iran¨ª? ?Qu¨¦ puedo hacer contra la pol¨ªtica estadounidense en Oriente Pr¨®ximo? ?Qu¨¦ puedo hacer con el cinismo sangriento de Vlad¨ªmir Putin? ?Qu¨¦ puedo hacer con la discordia que est¨¢ socavando a Europa? ?Qu¨¦ puedo hacer contra el oportunismo de Xi Jinping? Tal vez la pregunta no deber¨ªa hacerse en estos t¨¦rminos y en lugar de apuntar a lo que est¨¢ m¨¢s all¨¢ de mi alcance, deber¨ªa estar m¨¢s cerca del objetivo y preguntarme: ¡®?En qu¨¦ soy capaz de actuar?¡±. La respuesta de Mouawad a esa ¨²ltima pregunta es m¨¢s humana que pol¨ªtica, pero seguramente es m¨¢s transformadora porque invita a tomar conciencia de los odios que heredamos al asumir la identidad del clan al que pertenecemos. No es f¨¢cil tomar conciencia de ese odio nos acompa?a asediando nuestra relaci¨®n con los otros. No es agradable saber que estar¨¢ siempre all¨ª y que la esperanza es trabajar para evitar que esa flor negra reavive. Las bombas que caen sobre Beirut van a perpetuar el odio. Contra esa espiral clama la obra maestra de Mouwad, Incendios, en la que una madre muerta, despose¨ªda por la guerra en el L¨ªbano, se dirige a sus hijos con fe en el futuro: ¡°Yo digo que vuestra historia comienza con una promesa. La de romper el hilo de la ira¡±.
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