Pol¨ªtica sin ruido
Resulta cansino que la apuesta que se subraya sea la palabra gruesa, la sobreactuaci¨®n, la indignaci¨®n y el efectismo sin medir la desafecci¨®n que genera
¡°Si algo no tenemos los enfermos de ELA es tiempo que perder¡±. Con esta claridad inapelable, el exfutbolista Juan Carlos Unzu¨¦ conminaba a los diputados y diputadas del Congreso a tramitar la ley para la atenci¨®n integral de personas con esclerosis lateral amiotr¨®fica. Fue en febrero de 2024. El exportero y exentrenador reproch¨® entonces a sus se?or¨ªas su incapacidad para ponerse de acuerdo. La primera propuesta de esta norma la hab¨ªa presentado Ciudadanos en 2021. Tres a?os despu¨¦s no solo no se hab¨ªa aprobado, sino que se tramitaban de manera paralela tres proyectos de ley diferentes. Unzu¨¦ les pidi¨® voluntad y empat¨ªa. Que rescatasen la iniciativa, se pusiesen de acuerdo y la aprobasen. O lo que es lo mismo: que las ayudas llegasen cuanto antes a las personas que padecen una enfermedad neurodegenerativa como esta y a las personas que las cuidan. Porque las buenas intenciones y las palabras bonitas est¨¢n muy bien, pero lo que cuentan son las acciones, dijo.
Despu¨¦s de meses de trabajo de los grupos parlamentarios, el PSOE, el PP, Sumar y Junts alcanzaron un acuerdo en septiembre. Las tres propuestas dieron paso a una nueva ley, consensuada por progresistas y conservadores. Por los partidos del Gobierno y el grupo que lidera la oposici¨®n. Por los nacionalistas de Puigdemont, los integrantes del Ejecutivo que depende de sus votos y los populares que sobreact¨²an criticando esa dependencia. La nueva versi¨®n acaba de ser aprobada en el Congreso por unanimidad.
En tiempos donde los juzgados son una extensi¨®n de la escena pol¨ªtica, las intervenciones parlamentarias aspiran a encajar en el minuto de oro del informativo y los portavoces repiten sin parpadear la frase sonora con rima escrita por equipos de comunicaci¨®n que se toman demasiado en serio el trabajo de redactar chascarrillos, no deber¨ªa pasar desapercibido que una ley se apruebe por unanimidad. En especial una ley como esta. Esta votaci¨®n ilumina de manera fugaz ese trabajo parlamentario que no queda tan bien en c¨¢mara, pero que es el importante: el de la hormiguita negociadora que aborda los problemas y construye. Y nos recuerda que la pol¨ªtica real no es la efectista, sino la del BOE. Debajo de la sobreactuaci¨®n y el ruido, hay espacio para resolver los problemas sociales.
Esa constataci¨®n resulta a la vez esperanzadora y amarga. Esperanzadora porque se?ala el camino y recuerda que es posible recorrerlo. ?Por qu¨¦ no encarar del mismo modo el problema de la vivienda? ?Por qu¨¦ no abordar la inmigraci¨®n desde un pacto de Estado que rechace la deshumanizaci¨®n y proteja a las personas? Esa visi¨®n pragm¨¢tica y constructiva debe ser la actitud ante los principales retos de nuestro presente.
Amarga porque, aunque sea posible actuar de ese modo, parece que ha de hacerse a hurtadillas. Resulta cansino que la apuesta que se subraya sea el ruido, la palabra gruesa, la en¨¦sima sobreactuaci¨®n, la indignaci¨®n y el efectismo sin medir la desafecci¨®n que genera este comportamiento. A estas alturas deber¨ªamos tener muy claro que mover el marco hacia el ramalazo populista calienta el terreno para quien tiene menos escr¨²pulos. Sobran ejemplos en la historia y en el pasado reciente. Que nuestras instituciones y nuestra democracia sean s¨®lidas no son argumentos para erosionarlas a cambio de un beneficio partidista a corto plazo.
No dar respuesta a los retos de nuestro tiempo no es una alternativa, pues no van a desaparecer sin m¨¢s. Abordar los problemas desde su complejidad exige el dise?o de pol¨ªticas tambi¨¦n complejas, que combinen los niveles de actuaci¨®n. Y para ello es necesario huir del ruido y tejer acuerdos. Gobernar con responsabilidad, pero tambi¨¦n ejercer una oposici¨®n responsable. Porque lo que cuenta son las acciones, si no las cuidamos seremos coleccionistas de tiempos perdidos.
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