Un presupuesto laborista en Londres
Aumentar la recaudaci¨®n por v¨ªa de las empresas es una propuesta realista pero arriesgada pol¨ªticamente
El Gobierno laborista de Keir Starmer acab¨® el mi¨¦rcoles con casi tres lustros de pol¨ªtica econ¨®mica conservadora y, de alguna manera, dio carpetazo a una era de econom¨ªa thatcherista. Starmer recibi¨® de Rishi Sunak una econom¨ªa empachada de deuda, con un crecimiento desesperadamente lento y unos servicios p¨²blicos con enormes problemas. Su ministra de Econom¨ªa, Rachel Reeves ¡ªla primera mujer en ese puesto en la historia del pa¨ªs¡ª combate esa herencia con un presupuesto ambicioso, genuinamente laborista, y con algunos riesgos no menores asociados. Reeves anunci¨® que subir¨¢ los impuestos en 48.000 millones de euros ¡ªb¨¢sicamente, a las empresas¡ª, la mayor subida desde la posguerra. Flexibilizar¨¢ las reglas fiscales para tratar de mejorar los servicios p¨²blicos, en particular el muy deteriorado servicio nacional de salud. Y elevar¨¢ tanto el gasto p¨²blico como la inversi¨®n, y por tanto la deuda, en una apuesta decidida por tratar de elevar el an¨¦mico crecimiento del PIB.
Atr¨¢s quedan 14 a?os de austeridad de los tories. El proyecto pretende revertir a largo plazo la situaci¨®n del pa¨ªs, pero a la corta debe lidiar con la reacci¨®n de los mercados, que ha sido negativa. Londres ha perdido credibilidad en los ¨²ltimos a?os de vaivenes del partido conservador. Tiene que persuadir a los mercados de que ese plan es s¨®lido y a la vez ofrecer resultados a los ciudadanos brit¨¢nicos: eficacia en los servicios p¨²blicos y un crecimiento m¨¢s r¨¢pido a cambio de ese apret¨®n fiscal.
El grueso de la subida impositiva llega a trav¨¦s de las cotizaciones a la Seguridad Social que pagan las empresas, lo contrario de lo que dec¨ªa Starmer en campa?a electoral. Esa alza de las cotizaciones se traducir¨¢ en menores subidas salariales o menos contrataciones, reconoci¨® la propia Reeves, que adem¨¢s ha subido el salario m¨ªnimo, el impuesto a las herencias y la tributaci¨®n sobre las plusval¨ªas.
M¨¢s all¨¢ de la irritaci¨®n de los empresarios, o del nerviosismo de los mercados, solo con el tiempo se ver¨¢ si estos presupuestos genuinamente laboristas, casi socialdem¨®cratas, se convierten en el catalizador de la necesaria reconstrucci¨®n de un pa¨ªs devastado por la austeridad y por el Brexit, y si el laborismo consigue lo prometido: m¨¢s crecimiento y poner las cuentas en orden. De momento, apuesta por m¨¢s Estado y mejores servicios p¨²blicos. Incluso la presi¨®n fiscal, uno de los anatemas de Thatcher, sube hasta cotas parecidas a las de la UE. Paradojas del Brexit.
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