Starmer corteja a los inversores internacionales con la promesa de menos regulaci¨®n
El Gobierno laborista convoca en Londres su primera Cumbre Internacional de Investigaci¨®n e intenta pasar p¨¢gina despu¨¦s de unos problem¨¢ticos 100 primeros d¨ªas en Downing Street
Cualquier admirador del Reino Unido sabe de la pasi¨®n que muchos brit¨¢nicos tienen con sus trenes, fundamentales en el impulso y desarrollo hist¨®rico de la revoluci¨®n industrial. Por eso resulta inexplicable para el profano que la alta velocidad, a diferencia de otros pa¨ªses europeos, sea casi inexistente en la isla. Basta una cifra para entender este misterio: cada kil¨®metro del proyecto HS2 (High Speed Rail 2) que conect¨® Londres con Birmingham cost¨® 212 millones de euros, frente a los 119 millones que ha costado, por ejemplo, el trazado Lyon-Tur¨ªn que han emprendido los gobiernos franc¨¦s e italiano.
¡°Vamos a deshacernos de toda esa burocracia que bloquea la inversi¨®n, y vamos a asegurarnos de que todos los organismos reguladores de este pa¨ªs, especialmente los reguladores econ¨®micos y de la competencia, se tomen en serio el crecimiento tanto como nos lo tomamos todos los que estamos en esta sala¡±, ha dicho el primer ministro brit¨¢nico, Keir Starmer, a los representantes de bancos, fondos de inversi¨®n y gigantes multinacionales ¡ªm¨¢s de 200¡ª congregados este lunes en la Cumbre de Inversores Internacionales celebrada en Guildhall, el palacio que suele acoger las ceremonias principales de la City de Londres, el coraz¨®n financiero y legal de la ciudad.
El Partido Laborista de Starmer se ha esforzado desde un primer momento ¡ªa lo largo de varios a?os en la oposici¨®n¡ª por presentarse como una formaci¨®n de izquierdas aliada de los trabajadores pero dispuesta a trabajar con los empresarios.
A la incertidumbre y nerviosismo que trajo consigo el Brexit se ha sumado un marco regulador, a la hora de planificar viviendas, infraestructuras o instalaciones energ¨¦ticas, que favorece los intereses locales frente a las estrategias nacionales. Un plan de construcci¨®n, por ejemplo, de una central e¨®lica, puede suponer la entrega a la Administraci¨®n de hasta 1.000 formularios legales. Cada nuevo proyecto, metro a metro, se enfrenta a un aluvi¨®n de demandas por parte de los que la jerga brit¨¢nica bautiz¨® hace tiempo como NIMBYs (acr¨®nimo de Not In My Backyard, No en mi patio trasero), ciudadanos a favor del progreso, siempre que no altere su barrio o su paisaje.
Starmer, cuyos 100 primeros d¨ªas al frente del Gobierno (se cumplieron el pasado s¨¢bado) se han centrado en sofocar el incendio por el esc¨¢ndalo de los trajes y entradas de f¨²tbol gratuitos y la irritaci¨®n de los sindicatos por los recortes sociales, busca desesperadamente el espaldarazo de la comunidad empresarial a sus promesas de estabilidad y crecimiento.
De momento, ha empezado con buen pie. Los principales responsables de 14 mastodontes financieros ¡ªJP Morgan, Goldman Sachs, Blackstone o Bank of America, entre otros¡ª han enviado una carta conjunta al diario The Times, horas antes del comienzo de la cumbre, en la que afirman que se ha abierto ¡°una oportunidad real para que la econom¨ªa del Reino Unido crezca, con la atracci¨®n de inversi¨®n internacional¡±.
Derechos laborales y boicot
Las promesas de una regulaci¨®n m¨¢s ligera e inteligente, menos burocr¨¢tica, se han juntado en el tiempo con el inicio de la tramitaci¨®n parlamentaria de la nueva Ley de Derechos de los Trabajadores, que pretende dificultar los despidos improcedentes desde el primer d¨ªa del contrato o ampliar las ayudas econ¨®micas en las bajas por enfermedad o maternidad/paternidad.
¡°S¨¦ que algunos de vosotros est¨¢is preocupados por la normativa laboral que comenzamos a tramitar la pasada semana¡±, ha dicho Starmer a los asistentes a la cumbre. ¡°Quiero que quede claro, ser¨¢n normas que favorezcan el crecimiento. Porque unos trabajadores con m¨¢s estabilidad laboral y mejores salarios contribuyen a un mejor modelo de crecimiento econ¨®mico para este pa¨ªs¡±, aseguraba.
Sin embargo, algunos sectores del Partido Laborista m¨¢s a la izquierda han expresado su frustraci¨®n, al ver c¨®mo Starmer afeaba a su secretaria de Estado de Transporte, Louise Haigh, para intentar salvar la imagen de la cumbre de este lunes.
En la presentaci¨®n de los nuevos derechos laborales, Haigh record¨® el episodio de 2019, cuando la compa?¨ªa naviera de ferris, P&O, parte la multinacional DP World del Gobierno de Dubai, despidi¨® de la noche a la ma?ana a 800 trabajadores. El Gobierno conservador de Boris Johnson lleg¨® a sugerir entonces un posible boicot de la empresa que qued¨® en nada, pero la ministra laborista, cinco a?os despu¨¦s, recogi¨® el guante, defini¨® a la naviera como una ¡°empresa gamberra¡± y exigi¨® tambi¨¦n un boicot a sus actividades.
Nadie hab¨ªa advertido a Haigh que DP World hab¨ªa comprometido su asistencia a la cumbre para anunciar m¨¢s de 1.000 millones de euros en inversiones. La amenaza de la compa?¨ªa de echarse atr¨¢s bast¨® para que Starmer desautorizara p¨²blicamente a su ministra. No solamente era la primera vez en que Downing Street dejaba en la estacada a un ministro desde que los laboristas llegaron al poder. El propio Starmer hab¨ªa reclamado en su d¨ªa al entonces primer ministro Boris Johnson que rompiera toda relaci¨®n con la compa?¨ªa hasta que readmitiera a sus 800 empleados, cosa que nunca hizo.
El pragmatismo de Starmer, ante la promesa de cerca de 60.000 millones de inversi¨®n privada en infraestructuras, renovables o proyectos de inteligencia artificial, ha llevado al primer ministro a aparcar a un lado esa batalla, para decepci¨®n de muchos de sus aliados.
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