El fr¨¢gil futuro de los palestinos
La tregua en Gaza debe conducir a un escenario en el que la poblaci¨®n recupere una existencia digna con derechos y seguridad
La tregua en tres fases que debe empezar hoy en la franja de Gaza ha llegado 10.000 palestinos muertos despu¨¦s de que el presidente Joe Biden la propusiera la pasada primavera, y al menos 100 m¨¢s desde que se anunci¨® el acuerdo el pasado mi¨¦rcoles. Todo es fr¨¢gil y precario para la vida y el futuro de los palestinos, los de Gaza especialmente. No gozan de derechos de ning¨²n tipo, ni individuales ni colectivos. Tampoco del derecho a la vida, a disposici¨®n de quienes les niegan el derecho elemental a tener derechos, ya sea la ocupaci¨®n y el expolio israel¨ªes o la dictadura teocr¨¢tica de Ham¨¢s. Es una tragedia insoportable que el camino para la seguridad de Israel pase por el desprecio por la vida de los palestinos y el camino para la libertad de los palestinos, por el terrorismo que atenta contra la vida de los israel¨ªes.
De ah¨ª que el silencio de las armas sea motivo de esperanza, puesto que supone el primer y previo paso para que se reconozca el derecho a tener derechos de los palestinos. Pero nada debe ocultar la fragilidad de la tregua desde la primera fase, susceptible de interrupci¨®n por cualquiera de las dos partes. Ni la dificultad de entrar en la segunda, cuando deben ser liberados todos los rehenes y retirarse las fuerzas israel¨ªes. Muchos temen que sea el momento propicio para reanudar la guerra con el empe?o de no dejar ni rastro de Ham¨¢s y proclamar la victoria total que ahora le ha faltado a Netanyahu. El primer ministro israel¨ª lo hizo expl¨ªcito este s¨¢bado al afirmar que se reserva el derecho a reanudar la guerra con ¡°formas nuevas y mucha fuerza¡±. La tregua supondr¨ªa una mera pausa para contentar a Trump en su toma de posesi¨®n como presidente.
La ultraderecha israel¨ª ha votado en contra del acuerdo, pero sigue apoyando al Gobierno, demostrando que comparte el tacticismo de Netanyahu. Espera a los resultados de la primera fase para ver si avanza en sus prop¨®sitos anexionistas en el norte de Gaza como lo est¨¢ haciendo ya en Cisjordania. Reanudar la guerra, ya sin las trabas impuestas por Biden, puede convenir tanto al expansionismo ultra como a los intereses de Netanyahu para mantener su Gobierno y rehuir los tribunales que le investigan por corrupci¨®n.
Algunos interrogantes hacen temer tambi¨¦n por la segunda fase de la tregua. Los rehenes son el ¨²ltimo seguro de vida de Ham¨¢s, de lo que se deduce que la organizaci¨®n terrorista tiene pocos est¨ªmulos para culminarla. Gaza debe contar para entonces con un horizonte de futuro administrado por los palestinos con auxilio internacional, especialmente ¨¢rabe. Debe ser sin Ham¨¢s seg¨²n exigencia israel¨ª, pero dif¨ªcilmente podr¨¢ prescindir de los cuadros y bases civiles del islamismo pol¨ªtico. De ah¨ª la plausible amenaza ultraderechista de mantener alg¨²n tipo de ocupaci¨®n, e incluso colonizaci¨®n del norte de Gaza.
El paso a la tercera fase de la tregua pactada, la reconstrucci¨®n y la paz definitiva, exige, por tanto, el acuerdo m¨¢s dif¨ªcil, que es sobre el futuro de la Franja, y en el fondo, sobre el de los palestinos. Gaza no puede ser gobernada por Ham¨¢s ni ser una plataforma terrorista. Debe unirse de nuevo a Cisjordania bajo la Autoridad Palestina, cesar los bloqueos y la ocupaci¨®n militar. La recuperaci¨®n y la reconstrucci¨®n deben conducir a la seguridad, la libertad y la dignidad para todos, israel¨ªes y palestinos. Este es el programa de Antony Blinken, quien ha descartado que ¡°los palestinos puedan aceptar ser un no-pueblo sin derechos nacionales¡± pese a que su Gobierno se despide habiendo suministrado armas hasta el ¨²ltimo minuto a Israel. Son principios democr¨¢ticos no respetados hasta ahora y que f¨¢cilmente caer¨¢n en el saco roto del autoritarismo trumpista.
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