Garantizar la educaci¨®n a los ni?os gitanos

El primer registro documental de la llegada de los gitanos a Espa?a data de 1425, cuando el rey Alfonso V de Arag¨®n concedi¨® un salvoconducto al llamado conde Juan de Egipto Menor y a su comitiva camino de Santiago de Compostela. En conmemoraci¨®n del sexto centenario de la efem¨¦ride, el Gobierno ha calificado 2025 como el A?o del Pueblo Gitano.

Pero basta poner la mirada en la educaci¨®n de los ni?os gitanos y en la demoledora cifra de que un 62,8% de ellos deja sus estudios antes de superar la ESO (el llamado abandono escolar temprano) frente al 4% del conjunto de la poblaci¨®n para darse cuenta de que, de las muchas tareas que Espa?a tiene pendientes respecto a esa comunidad ¡ªm¨¢s de 700.000 espa?oles en la actualidad¡ª, la de la educaci¨®n es posiblemente la m¨¢s importante.

Lo dram¨¢tico de la cifra no solo es su escala, sino que muestra una evoluci¨®n opuesta al del conjunto de la sociedad. Si en 2023 la tasa de abandono escolar (el no terminar toda clase de estudios, obligatorios o no) entre la poblaci¨®n en general se hab¨ªa reducido pr¨¢cticamente a la mitad con respecto a 10 a?os antes ¡ªdel 23,6% al 13,6%, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica¡ª, entre la poblaci¨®n gitana hab¨ªa crecido casi 25 puntos porcentuales hasta llegar a un 86%.

El mismo estudio indica que hay aspectos en los que s¨ª ha habido un progreso: el porcentaje de la poblaci¨®n gitana sin ninguna clase de estudios se ha reducido a la mitad. Aun as¨ª, solo un 0,4% tiene alg¨²n nivel de educaci¨®n superior.

En la ra¨ªz del problema est¨¢ la exclusi¨®n social que vive la inmensa mayor¨ªa de la comunidad, muy superior a la media. Un 86% de los gitanos espa?oles son pobres. Esto no solo dificulta su acceso a la educaci¨®n infantil no obligatoria (base para familiarizarse con la escuela), sino que tambi¨¦n lleva al desconocimiento de las herramientas que podr¨ªan mitigar esta exclusi¨®n.

Igualmente problem¨¢tica es la concentraci¨®n del alumnado gitano en centros concretos: uno de cada tres estudiantes gitanos estudia en centros que la FSG denomina ¡°segregados¡± ¡ªaquellos en los que suponen m¨¢s de un 31% del total¡ª y, de los que van a clase en estos ¨²ltimos, la mayor¨ªa lo hace en centros de ¡°segregaci¨®n extrema¡± (m¨¢s de un 61%). El crecimiento de la escuela concertada y de la libertad de elecci¨®n de centro en la p¨²blica no ha hecho sino agravar la situaci¨®n. A esto hay que sumarle la convicci¨®n por parte de algunas familias gitanas ¡ªpor desconocimiento, estigma o malas experiencias¡ª de que la educaci¨®n reglada no tiene nada que ofrecerles.

Es responsabilidad de las autoridades espa?olas combatir la desigualdad, corregir la discriminaci¨®n y garantizar que se cumplen los derechos de sus ciudadanos. Y todos los caminos hacia ese objetivo empiezan en la educaci¨®n.