Lo nuestro es puro teatro
Los decretos ¨®mnibus son de dudosa calidad democr¨¢tica, salvo cuando los hacemos nosotros
El decreto ¨®mnibus no se pod¨ªa trocear, hasta que de repente s¨ª. Los decretos ¨®mnibus son de dudosa calidad democr¨¢tica, salvo cuando los hacemos nosotros. Las concesiones son m¨ªnimas, aunque la semana pasada eran inaceptables. La vicepresidenta D¨ªaz ped¨ªa al presidente del Gobierno que presentara el decreto tal cual estaba y la vicepresidenta D¨ªaz celebr¨® que la protecci¨®n social quedara garantizada aunque el decreto fuera distinto. El presidente del Gobierno declar¨® ¡°voy a buscar votos y apoyos hasta debajo de las piedras¡± y qu¨¦ suerte tuvo que los encontr¨® en la primera que levant¨® (y luego, parece, en la que no quiso levantar): ¡°Las dificultades son las que son. Este Gobierno suda la camiseta. No da un partido por perdido¡±, aclar¨® futbol¨ªstico. ¡°El decreto ley es un todo¡±, dijo el ministro Bola?os y m¨¢s tarde festejaba sinecd¨®quico ¡°el decreto ley de escudo social¡±, que inclu¨ªa solo una parte. El PP y el PSOE est¨¢n de acuerdo incluso o sobre todo en premisas discutibles: en vez de agilizar los tr¨¢mites para echar a los okupas y ofrecer vivienda digna a las familias vulnerables, la soluci¨®n es socializar las p¨¦rdidas; hay que actualizar las pensiones conforme al IPC o por encima y el que proteste no tiene abuela ni coraz¨®n; las ayudas temporales al transporte p¨²blico deben ser para siempre y para todos al margen de la renta.
Es cierto que la concesi¨®n a Junts del Gobierno tampoco es para tanto: poco m¨¢s que una humillaci¨®n, porque aceptamos el enga?o permanente y celebramos la astucia del que nos resulte m¨¢s cercano. En las pol¨ªticas hay m¨¢s consenso y menos margen del que parece, las negociaciones se solucionan porque el dinero p¨²blico no es de nadie y el europeo del que manda, y se discute con mucho ¨¦nfasis de lo simb¨®lico y los l¨ªmites constitucionales: de lo que m¨¢s polariza y de las reglas del juego. La moci¨®n de confianza es una atribuci¨®n del presidente del Gobierno, que plantear¨ªa la cuesti¨®n tras deliberar con el Consejo de Ministros, y, como explicaba Ana Carmona, es absurdo pretender que se someta a un tr¨¢mite parlamentario que, seg¨²n la Constituci¨®n, solo ¨¦l puede poner en marcha. Es tan inconstitucional como un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n en Catalu?a, declar¨® el ministro L¨®pez: todos nos quedamos m¨¢s tranquilos. Se trata de un juego de bromas que no se sabe bien c¨®mo termina, ha dicho el catedr¨¢tico de Derecho Constitucional Eloy Garc¨ªa. ?La cesi¨®n de competencias en inmigraci¨®n o el procedimiento de la moci¨®n de confianza no son constitucionales? Todav¨ªa no. Pero qui¨¦n sabe. Y, sobre todo, ?a qui¨¦n le importa?
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