Europa espera al canciller Merz
Los retos del l¨ªder conservador, claro vencedor de las elecciones, son urgentes y trascienden las fronteras de Alemania

Friedrich Merz, candidato de la CDU y claro vencedor en las elecciones alemanas de este domingo con cerca del 29% de los votos seg¨²n las primeras proyecciones ¡ªalgo menos de lo que pronosticaban las encuestas¡ª, no tiene tiempo que perder. El li?der democristiano, de 69 a?os, tiene un mandato claro de la ciudadan¨ªa para ser el canciller de la coalici¨®n de gobierno durante los pr¨®ximos cuatro a?os, en los que Alemania se enfrenta a decisiones trascendentales sobre su futuro y el de la UE. La opcio?n m¨¢s probable es una alianza con el Partido Socialdemo?crata (SPD), una coalici¨®n como las que sostuvieron tres de los cuatro gobiernos conservadores de Angela Merkel, aunque con un SPD muy disminuido tras el descalabro hist¨®rico de este domingo. Solo una mayori?a estable y duradera puede acometer las reformas que Alemania necesita desde hace an?os. La m¨¢s importante es flexibilizar el li?mite constitucional a la deuda, un freno a las inversiones y al dinamismo alem¨¢n. Adem¨¢s, la participaci¨®n del SPD, Los Verdes, o los dos en la nueva coalici¨®n incorporar¨ªa un factor de correcci¨®n social y medioambiental al canciller Merz.
Esa coalici¨®n es una garanti?a necesaria, pero no suficiente, para contener el ascenso de Alternativa para Alemania (AfD), que ha duplicado su apoyo hasta el 20% y sera? la primera fuerza de oposicio?n. Se trata del mejor resultado desde el fin de la II Guerra Mundial para un partido de extrema derecha en Alemania, con las profundas evocaciones que esto provoca. Alemania, hasta hace poco una excepci¨®n en Europa, ya es como los dem¨¢s. Derrotar al extremismo y evitar que siga creciendo debe ser una prioridad. Afortunadamente, cualquier acercamiento a AfD por parte de la derecha tradicional ha sido descartado de plano durante la campa?a y este domingo lo repiti¨® el futuro canciller.
La alta participaci¨®n (84%, la mayor desde la reunificaci¨®n) es el resultado de una campa?a intensa, porque lo que estaba en juego traspasaba las fronteras alemanas: desde el estancamiento econ¨®mico que lastra a Europa ante la competici¨®n global, hasta una crisis de confianza con Estados Unidos que pone en peligro los pilares de la estabilidad alemana y europea. En plena campa?a se ha producido el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, con un apoyo descarado a AfD de miembros de su Administraci¨®n y del magnate Elon Musk; y los contactos de Trump con Vlad¨ªmir Putin para negociar a solas la paz en Ucrania. Tambi¨¦n se ha producido una sucesi¨®n de cr¨ªmenes cometidos por demandantes de asilo. El ¨²ltimo, el viernes en Berl¨ªn, dejo? un turista espa?ol herido de gravedad. El debate sobre la inmigraci¨®n que impulsa a la extrema derecha se ha hecho ineludible, y ha disparado una carrera para endurecer las leyes que le favorece. De la respuesta a este desaf¨ªo depende en buena medida el futuro aislamiento de los ultras. Los resultados de las elecciones, que apenas se desvi?an de las encuestas iniciales pese al incremento de la participacio?n hasta cifras histo?ricas, constatan el nulo beneficio para AfD del apoyo de Musk y J. D. Vance en el ¨²ltimo mes de campa?a.
Europa no puede permitirse un periodo interino demasiado largo en Alemania y as¨ª lo reconoci¨® el propio Merz. La provisionalidad ya se ha prolongado demasiado desde que cay¨® el Gobierno del socialdemo?crata Olaf Scholz. El SPD sac¨® el peor resultado de su historia (16%) y ser¨¢ la tercera fuerza por detr¨¢s de los ultras. Es urgente abrir una reflexi¨®n sobre sus errores y titubeos, as¨ª como las dificultades de esta familia pol¨ªtica, en Alemania y en toda Europa, para responder al giro conservador, y a los motivos que llevan a una parte creciente de nuestras sociedades a elegir opciones de extrema derecha que amenazan las democracias liberales.
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