Taiw¨¢n y el dilema estrat¨¦gico
El rol de la isla en la geopol¨ªtica de la tecnolog¨ªa la sit¨²a en el centro de la agenda de Washington para proteger su propia vulnerabilidad frente a la fabricaci¨®n de chips
Taiw¨¢n se ha convertido en el mayor dilema estrat¨¦gico de Washington y Pek¨ªn en el juego de poder por dominar el tablero geopol¨ªtico global. Ya lo era antes de la visita de la presidenta de la C¨¢mara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, aunque su paso por la isla ha supuesto la actualizaci¨®n de las respectivas agendas estrat¨¦gicas.
En la nueva normalidad resultante, los intereses nacionales de ambas partes no cambian. Por parte de China, la intensificaci¨®n de las maniobras militares en el estrecho es una clara advertencia a Taiw¨¢n, y a su opini¨®n p¨²blica, de que en esta cuenta atr¨¢s acelerada hacia la reunificaci¨®n se podr¨ªan desplegar escenarios de bloqueo de la isla que impidan la llegada de asistencia por parte de Estados Unidos y Jap¨®n.
Pero el prisma del dilema estrat¨¦gico de Taiw¨¢n tambi¨¦n lo forman los semiconductores, pudiendo convertirse en la mayor amenaza de futuro para Estados Unidos ante la carrera por mantener la supremac¨ªa tecnol¨®gica frente a China. De ah¨ª, que el rol de Taiw¨¢n en la geopol¨ªtica de la tecnolog¨ªa haya convertido a la isla en el eje de decisi¨®n de la agenda estrat¨¦gica de Washington para proteger su propia vulnerabilidad frente a la fabricaci¨®n de chips.
Los acuerdos de inversi¨®n en plantas de fabricaci¨®n de chips cerrados por el presidente Joe Biden con la esfera tecnol¨®gica que forma Taiw¨¢n y Corea del Sur permitir¨¢n a Estados Unidos contrarrestar el ascenso de China, y devolverle a la escena de la producci¨®n mundial de semiconductores despu¨¦s de caer desde el 40% que representaba en 1990, hasta el 12% actual. Una estrategia tecnol¨®gica que contrasta por la emprendida por China, que genera el 15% de la producci¨®n mundial, desde el 1% que representaba hace dos d¨¦cadas.
Mientras la producci¨®n de las nuevas f¨¢bricas anunciadas por Taiw¨¢n y Corea del Sur en suelo americano tardar¨¢n un par de a?os en estar operativas, la nueva ley de pol¨ªtica industrial aprobada por la Administraci¨®n de Biden, conocida como Chips and Science Act, se suma a los esfuerzos por recuperar la vitalidad innovadora y mejorar las capacidades de Estados Unidos aportando 52.000 millones de d¨®lares en subsidios para estimular la fabricaci¨®n local de microchips. La ley tambi¨¦n incluye la advertencia de que estas empresas no podr¨¢n incrementar su producci¨®n de chips avanzados en China durante los pr¨®ximos diez a?os, da?ando de manera colateral los intereses y oportunidades de crecimiento de los grandes actores de la industria que, como Taiw¨¢n y Corea del Sur, ya disponen de f¨¢bricas en suelo chino sobre las que no podr¨ªan invertir a medida que avance la tecnolog¨ªa.
Como no hay dos sin tres, Fab4 o Chip 4, la alianza propuesta por Estados Unidos a Taiw¨¢n, Corea del Sur y Jap¨®n, completa la estrategia de Washington para asegurarse el suministro de los chips m¨¢s avanzados. Con la participaci¨®n de Taiw¨¢n ya asegurada, es el l¨ªder mundial en producci¨®n de semiconductores y fabrica hasta el 92% de los m¨¢s sofisticados, utilizados tanto para bienes de consumo tecnol¨®gicos como en misiles bal¨ªsticos, Washington se asegura el alineamiento de una parte crucial de la industria de los semiconductores. Por otra parte, Estados Unidos tambi¨¦n cuenta con Jap¨®n, con quien ha unido esfuerzos para competir en la fabricaci¨®n de chips de dos nan¨®metros (nm) para 2025, y reducir as¨ª su dependencia de Taiw¨¢n ante un posible conflicto sobre la isla.
En esta esfera tecnol¨®gica, la ¨¦lite en la fabricaci¨®n de chips de entre cuatro y cinco nm, los m¨¢s sofisticados hasta el momento, la forman Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), que dobla en n¨²mero de f¨¢bricas a la surcoreana Samsung. Conjuntamente, triplican la capacidad de China, aunque el gigante asi¨¢tico est¨¢ en una liga inferior, desarrollando chips de m¨¢s de 10 nm y a unos seis a?os por detr¨¢s de las capacidades de TSMC. A falta de sumarse Corea del Sur al Chip 4, el dilema estrat¨¦gico se mantiene sin avances.
Por tanto, en este juego de estrategia, la alianza Chip 4, propuesta por Washington en marzo, reducir¨ªa la vulnerabilidad de Estados Unidos frente al ascenso de China aportando, asimismo, resiliencia en la cadena de suministro de microprocesadores. Sin embargo, conociendo la intensidad de las represalias econ¨®micas que China podr¨ªa ejercer sobre Corea del Sur, el Gobierno surcoreano es el ¨²nico que todav¨ªa no ha confirmado su participaci¨®n en la alianza, que tiene prevista su primera reuni¨®n para finales de agosto.
Con f¨¢bricas surcoreanas operando en suelo chino, y siendo el gigante asi¨¢tico el destinatario del 60% de las exportaciones de chips de Corea del Sur en 2021, adem¨¢s de que China es el mayor socio comercial del pa¨ªs, con exportaciones que alcanzaron el 25,3% en 2021, superando en diez puntos porcentuales las destinadas a Estados Unidos, el dilema estrat¨¦gico no ser¨ªa exclusivo de Washington y Pek¨ªn, sino que tambi¨¦n afectar¨ªa a Se¨²l. Asimismo, a pesar de que la afinidad con China sea menor con el reci¨¦n nombrado Gobierno surcoreano, Yoon Sul-yeol ha sido el ¨²nico presidente que no se ha reunido con Nancy Pelosi en su gira asi¨¢tica, mostrando cautela para frenar la inestabilidad que podr¨ªa sufrir la regi¨®n, haciendo de Corea del Sur un pa¨ªs pivote.
Mientras el dilema estrat¨¦gico se mantiene, algunos aspectos parecen ir tomando forma. De una parte, el principio de Una sola China parece moverse difusamente bajo la Administraci¨®n de Biden, mientras informes recientes apuntan a que la empresa china Semiconductor Manufacturing International Corp (SMIC) ya habr¨ªa alcanzado la capacidad para fabricar chips de siete nm, aunque todav¨ªa sin producci¨®n en masa. Se acelera, por tanto, el ritmo al que se reduce la brecha tecnol¨®gica entre Estados Unidos y China mientras la visita de Nancy Pelosi ha avivado la presi¨®n sobre el dilema estrat¨¦gico sobre Taiw¨¢n.
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