El proverbio chino sobre la pesca y los peces que se hace realidad
Una alianza p¨²blico-privada entre instituciones y empresas de Espa?a y Mozambique busca mejorar la formaci¨®n y el empleo en uno de los sectores con m¨¢s potencial para el desarrollo del pa¨ªs africano
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¡°Dale un pez a un hombre y comer¨¢ hoy. Ens¨¦?ale a pescar y comer¨¢ el resto de su vida¡±. Este proverbio chino es bien conocido en el mundo de la cooperaci¨®n al desarrollo. Aunque su significado amplio representa una defensa de la educaci¨®n como herramienta contra la pobreza frente a la ayuda asistencialista, en Mozambique se lleva a cabo literalmente. Un programa de formaci¨®n de pescadores involucra a instituciones p¨²blicas y privadas del pa¨ªs africano y Espa?a para incrementar las oportunidades de empleo y prosperidad de la poblaci¨®n local en un sector econ¨®mico que ahora representa el 2% del PIB, pero con el potencial de convertirse en un motor de progreso para las comunidades y las industrias involucradas, seg¨²n el Banco Mundial. Y poner gambas de sus ricos caladeros sobre nuestras mesas.
Mozambique es uno de los 10 pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo, en la posici¨®n 181 de 189 del ?ndice de Desarrollo Humano de la ONU. ¡°Pero tenemos un mar grande¡±, anota Francisco Jandario Machiane, capit¨¢n de barco en Pescamar, la filial de Grupo Nueva Pescanova en aquel pa¨ªs. Con 30 a?os de experiencia en el sector de la pesca, sabe bien que los 2.700 kil¨®metros de costa son una fuente de riqueza para la poblaci¨®n. ?l es un ejemplo: estudi¨® en la Escuela Matola de Pescas (en la capital, Maputo) y comenz¨® su andadura profesional con unas pr¨¢cticas. ¡°Cuando yo empec¨¦ nos gui¨¢bamos con mapas¡±, rememora aquellos tiempos.
Esta es la historia que le cuenta a los nuevos alumnos del centro que realizan pr¨¢cticas en la compa?¨ªa. ¡°Les digo que se esfuercen, que pueden llegar lejos¡±. Para que haya muchos m¨¢s como Machiane, que prosperen y cumplan sus sue?os, Pescamar, la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo (Aecid), la Conseller¨ªa do Mar de la Xunta de Galicia y la Escuela Matola de Pescas de Mozambique, han forjado este diciembre una alianza p¨²blico-privada para el desarrollo, la primera de esta naturaleza en el pa¨ªs. El objetivo: actualizar los planes de estudio, capacitar a los maestros y facilitar becas para que los aprendices adquieran experiencia y completen su formaci¨®n, que exige un 30% de teor¨ªa y un 70% de pr¨¢ctica.
En marzo de 2020, poco antes de comenzar la campa?a del camar¨®n ¨Dentre abril y octubre¨D que se ha desarrollado con normalidad siguiendo las recomendaciones sanitarias para evitar contagios por el nuevo coronavirus, Augusto Gregorio Gumendi y Jaime Elario Nomaio, de 24 a?os ambos, est¨¢n a punto de embarcar en uno de los nav¨ªos amarrados en Beira, ciudad en la costa central en la que opera Pescamar. ¡°Llegu¨¦ aqu¨ª en 2018¡±, relata el primero. ¡°Siempre quise ser maquinista. Ten¨ªa un amigo que era capit¨¢n y me hablaba de la n¨¢utica. Me interes¨¦ y empec¨¦ a buscar informaci¨®n¡±. Tras sus tres a?os de estudios, hizo pr¨¢cticas en la empresa. ¡°Pas¨¦ mal la primera semana por el balanceo del barco¡±, reconoce. Hoy, es tercer oficial de m¨¢quinas.
Su compa?ero tambi¨¦n estudi¨® en Matola y entr¨® en la compa?¨ªa en 2019, primero como becario y despu¨¦s, como trabajador. ¡°Mi padre era un gran maquinista y yo quer¨ªa continuar ese trabajo; por eso me mand¨® a la Escuela de Pesca¡±. ?l es quien le da ¨¢nimos para seguir. ¡°Me dice que valore esta oportunidad¡±.
Como Machiane y los j¨®venes Gumendi y Nomaio, m¨¢s del 95% de la plantilla de Pescamar ¨Dunos 1.000 trabajadores¨D es mozambique?a. ¡°Esto ha sido gracias a la pol¨ªtica de desarrollo formativo que hemos llevado a cabo durante 40 a?os¡±, afirma Lucas Lorenzo, responsable de la filial de Nueva Pescanova en Mozambique. Al principio, dice, cuando recalaron en el pa¨ªs africano en 1980, desplazaban hasta 300 espa?oles, principalmente de Galicia. Pero hoy ya no es necesario. ¡°Podemos contar con personal local formado que ocupa las posiciones de mayor responsabilidad en un barco como es capit¨¢n o jefe de m¨¢quinas¡±, explica.
La alianza p¨²blico-privada entre estas instituciones y con la Cooperaci¨®n Espa?ola es reciente, pero la relaci¨®n no es nueva. Durante d¨¦cadas, Pescamar ha enviado a empleados a Matola a formarse para poder prosperar y ha acogido a estudiantes de esta y otras escuelas en pr¨¢cticas. Y desde 2018 mantienen una colaboraci¨®n formal con el centro. ¡°Para nosotros es fundamental porque es lo que va a garantizar el relevo generacional de las tripulaciones actuales que se est¨¢n acercando a la edad de jubilaci¨®n¡±, sostiene Lorenzo. Por eso, contin¨²a, han incluido un camarote para alumnos en sus embarcaciones modelos. ¡°No es algo habitual porque representa una p¨¦rdida de espacio para darles cabida, puedan formarse y el d¨ªa de ma?ana tener capitales y jefes de m¨¢quina de la escuela de pesca de Matola¡±.
El 80% de los estudiantes en pr¨¢cticas acaban empleados en Pescamar, asegura Lorenzo. Y no solo a bordo. En el astillero tienen a 200 trabajadores, pues todos los a?os varan los nav¨ªos para mantenimiento. Todav¨ªa siguen reparando, de hecho, algunos que quedaron da?ados por el cicl¨®n Idai en abril de 2019. Ah¨ª trabaja Jacinta Antonio Boinquire, de 26 a?os. La ¨²nica mujer. ¡°Soy uno m¨¢s, hago lo mismo que un hombre¡±. Es soldadora, trabajadora del metal, desde septiembre de 2015. ¡°Estudi¨¦ tres meses en una escuela t¨¦cnica y luego hice unas pr¨¢cticas de otros tres meses aqu¨ª¡±, recuerda. Despu¨¦s, la contrataron. ¡°Este era mi sue?o; cuando arreglaban las ca?er¨ªas en casa me interesaba saber c¨®mo era y preguntaba para qu¨¦ serv¨ªa cada pieza¡±, cuenta. Hoy, sus padres se sienten orgullos de ver hasta d¨®nde ha llegado, dice.
En las oficinas, otras dos mujeres tambi¨¦n han alcanzado puestos de responsabilidad. Marcia Alfeu, de 29 a?os, es directora de control y planeamiento de gesti¨®n. ¡°Como mujer es complicado ascender en Mozambique, pero de un tiempo a esta parte hemos demostrado que no solo valemos para llevar la casa y los hijos¡±, afirma. Carmen Isa¨ªas, de 32 a?os, es jefa de recursos humanos del grupo desde 2019. ¡°No solo necesitamos pescadores, sino trabajadores que tengan conocimientos. Es importante que hayan tenido un entrenamiento en una escuela estructurada; por eso tenemos una acuerdo con la Escuela de Pesca, para que la parte pr¨¢ctica la hagan aqu¨ª¡±. Cada a?o, acogen a una media de 12 alumnos de Matola, explica.
Las historias de estas empleadas han llegado a o¨ªdos de Elsica Agostinho Atabel, de 19 a?os. ¡°Quiero hacer las pr¨¢cticas en Pescamar porque me han dicho que tratan bien a las mujeres¡±, admite. Ella es de las pocas chicas, de 98 que hay en Matola, que estudia navegaci¨®n y pesca; la mayor¨ªa opta por acuicultura y biolog¨ªa. ¡°Siempre ve¨ªa barcos atracar en la playa y me acab¨¦ apasionando por los nav¨ªos¡±, rememora. Su plan es llegar a contramaestre. ¡°No me asusta pasar varios meses en el mar. Ya me he preparado psicol¨®gicamente para ellos y los barcos ya est¨¢n preparados para que haya mujeres¡±, afirma convencida.
La Escuela de Pesca de Matola comienza un nuevo plan de estudios por m¨®dulos en el que la teor¨ªa representa el 30% y el 70% es pr¨¢ctica
De momento, practica el manejo de las embarcaciones y las artes de pesca en uno de los cuatro barcos de distintas longitudes de los que dispone la Escuela de Pesca para que los alumnos adquieran experiencia. En uno de ellos est¨¢ tambi¨¦n, una ma?ana de marzo, Abacar Eusebio, de 27 a?os. Cursa 3? de navegaci¨®n y pesca. ¡°Me gustar¨ªa ir a una empresa como Pescamar. Mis padres son pescadores artesanales. Yo quiero algo m¨¢s, ser pescador industrial. Como el mar es grande, s¨ª hay trabajo¡±, dice. Su objetivo es llegar a ser contramaestre en un barco ¡°y vivir en el mar¡±. Mientras sus compa?eros lanzan redes, ¨¦l asegura que pesca mucho durante los ejercicios. ¡°Galopa, que es lo que m¨¢s me gusta comer¡±, revela. Sus progenitores, contin¨²a, est¨¢n muy orgullosos de que contin¨²e con el oficio familiar.
Pero no todos los estudiantes desean acabar en la compa?¨ªa de matriz espa?ola; y hay otras opciones posibles. Bernardo Airton, de 22 a?os, cursa 3? de m¨¢quinas mar¨ªtimas y sue?a con fundar su propia empresa de reparaci¨®n de motores, que siempre le han gustado. ¡°Quiero embarcar, pero despu¨¦s montar un taller¡±, afirma. Su compa?ero Oldemiro Jacinto Basquete, de 23, no tiene una preferencia definida. En enero podr¨¢ empezar sus pr¨¢cticas y obtener un empleo. Esa es su ambici¨®n. ¡°Decid¨ª estudiar esto por influencia de un primo que hab¨ªa hecho el b¨¢sico. No est¨¢ f¨¢cil encontrar trabajo, pero con esfuerzo y dedicaci¨®n, lo conseguir¨¦¡±.
El apoyo de la Cooperaci¨®n Espa?ola ¨D242.000 euros para un programa de dos a?os, ampliable otros dos¨D facilita que la formaci¨®n que reciben los alumnos, sean cuales sean sus proyectos y aspiraciones, est¨¦ adaptada a las necesidades del siglo XXI. Celestino Altesora, director del departamento pedag¨®gico de la Escuela de Pesca de Matola, se remonta a 1975 ¨D¡°cuando los portugueses se fueron¡±¨D para explicar que el pa¨ªs se qued¨® con pocos profesores de pesca para nav¨ªo. Desde 1977, este centro ha ido evolucionando desde impartir formaci¨®n elemental en la materia hasta la de grado medio en la actualidad. A los cursos de navegaci¨®n y pesca, y m¨¢quinas mar¨ªtimas, se sumaron adem¨¢s el de acuicultura y biolog¨ªa del mar.
Este curso comienza un nuevo plan de estudios por m¨®dulos en el que la teor¨ªa representa el 30% y el 70% es pr¨¢ctica, tal como exige una ley de 2014. Para ambos apartados cuentan con la colaboraci¨®n espa?ola fruto de la alianza p¨²blico-privada. As¨ª, la Escuela de Pesca de Galicia apoya la elaboraci¨®n del curr¨ªculo escolar y la formaci¨®n de maestros con financiaci¨®n de la Aecid. Pescamar oferta las plazas para que los estudiantes puedan realizar sus pr¨¢cticas remuneradas en la empresa, desde trabajo en el muelle hasta en los barcos. Los beneficiados, los 229 alumnos de la Escuela de Matola en 2020 y todos los que vendr¨¢n despu¨¦s.
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