Frida Guerrera, la cronista de los feminicidios en M¨¦xico
Ver¨®nica Villalvazo es una periodista y activista mexicana por la defensa de los derechos humanos. Desde 2016 denuncia e investiga asesinatos de mujeres y menores de edad: ¡°Todas me duelen, pero las ni?as me rompen¡±
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Vest¨ªa ¨²nicamente sudadera verde, playera lila con un hada de Disney, calcetas rojas. Se encontr¨® a un lado de dicho cuerpecito una cobija de algod¨®n de colores, entre tres y cinco a?os, detallaba la nota informativa que difundi¨® Frida Guerrera.
¡°Nada m¨¢s le dejaron unas calcetitas rojas¡±, le hab¨ªa comentado a un compa?ero de prensa cuando vio la foto borrosa. Al mes pregunt¨® por ella, no hab¨ªan identificado el cuerpo, nadie lo hab¨ªa reclamado. Se trata de una noticia falsa, recuerda que respondieron las autoridades. ¡°Pero sab¨ªa que no, e insist¨ª a la Fiscal¨ªa¡±, explica la periodista, a quien sus amigos le dec¨ªan que no iba a dar con la identidad de aquella peque?a.
Pero esa imagen desenfocada ya la acompa?aba a cada rato. Frida necesitaba perfilar la carita cuyos rasgos hab¨ªan desfigurado los moratones y la suciedad. Por eso pidi¨® un retrato, para ponerle rostro al peque?o cad¨¢ver que fue hallado una ma?ana de marzo de 2017 en un terreno bald¨ªo en Nezahualc¨®yotl, en el Estado de M¨¦xico; no m¨¢s de 93 cent¨ªmetros. Dos meses m¨¢s tarde lleg¨® la petici¨®n: un dibujo de c¨®mo era la ni?a con vida.
En los medios se difundi¨® como Calcetitas Rojas, pero se llamaba Lupita: Guadalupe Medina Pichardo. ¡°Una chiquilla que naci¨® para ser maltratada¡±, la evoca Frida. El ¨²ltimo golpe que le provoc¨® la muerte a la ni?a se lo asest¨® su padrastro, porque se hizo ¡°pip¨ª encima y no les hab¨ªa avisado¡±. Frida recuerda las miradas que intercambi¨® con aquel sujeto durante la audiencia, mientras escuchaba la sentencia. En palabras del juez, la ni?a ¡°fue moneda de cambio y cosificada¡±: 88 a?os para cada uno de los culpables. ¡°Tambi¨¦n se utiliz¨® el t¨¦rmino basurificada porque, tras ser la ni?a abandonada sin vida y envuelta en una mantita, un tercer agresor ¡ªse desconoce todav¨ªa el autor¡ª, la viol¨®¡±, explica la activista, que dice tener una cuenta pendiente con ese hombre que sigue libre: ¡°Es mi deuda con Lupita¡±.
Como Calcetitas Rojas, Frida Guerrera es un nombre inventado. El primero representa la brutalidad extrema producto de un tejido social podrido; el segundo naci¨® como rebeli¨®n. Ver¨®nica adquiri¨® el apodo cuando comenz¨® a colaborar en Radio AMLO. ¡°Me pidieron que empezara a utilizar un seud¨®nimo. Entonces yo me puse Frida, por Frida Kahlo¡±, confiesa. Originaria de Jalisco, pero crecida en la capital, la periodista se desplaz¨® en el 2006 a Oaxaca para ¡°dejar atr¨¢s su profesi¨®n de terapeuta y una relaci¨®n muy violenta. Era una mujer rota, destruida por mi maltratador¡±, cuenta. Tambi¨¦n dej¨® su nombre de pila. All¨ª se quedar¨ªa 11 a?os para dar seguimiento a distintos conflictos sociales. ¡°Me involucr¨¦ de lleno en la lucha de los pueblos triquis, que se torn¨® muy violenta. Los periodistas empezamos a recibir amenazas de los distintos grupos¡±, relata. Muchos medios callaron, pero ella segu¨ªa informando. ¡°Ya lleg¨® Frida, ?nuestra guerrera!¡±, grit¨® un d¨ªa una compa?era de micr¨®fono bautizando su activismo. Meses m¨¢s tarde naci¨® bajo el mismo nombre su blog, donde publica cada uno de los feminicidios que se cometen en el pa¨ªs. En M¨¦xico son asesinadas 10 mujeres al d¨ªa.
De acuerdo con los datos del Gobierno, desde enero hasta octubre del 2020 hubo 2.384 feminicidios. Pero es mucho m¨¢s alta la cifra registrada por asociaciones civiles. El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) denunciaba hasta 2.532 v¨ªctimas en agosto de 2020.
Desde 2016, Frida tira del hilo de las notas period¨ªsticas de muertes (notas rojas) para destapar cr¨ªmenes. ¡°Ahora algunos medios cubren los feminicidios, pero hasta hace bien poquito solo ten¨ªan espacio en los peri¨®dicos amarillistas¡±, sostiene. A trav¨¦s de titulares sensacionalistas comenz¨® a construir su base de datos. Entonces Frida buscaba a las familias, ahora son estas quienes la buscan a ella. ¡°Todas me duelen, pero las ni?as me rompen¡±, reconoce, y seguido menciona el nombre de la primera: Karina, una ni?a mixe de 13 a?os. Su madre, ind¨ªgena de la Sierra Norte de Oaxaca, hab¨ªa informado de su desaparici¨®n. Tard¨® m¨¢s de 20 d¨ªas en hacerlo porque no hablaba bien espa?ol y no sab¨ªa leer ni escribir. ¡°Tampoco sab¨ªa c¨®mo poner una denuncia o tomar el cami¨®n indicado para llegar a Ciudad Judicial a reportarla¡±, explica la activista.
A m¨¢s de 400 kil¨®metros de distancia del pueblo donde desapareci¨® la ni?a, encontraron un cad¨¢ver en la carretera M¨¦xico-Puebla. El peritaje determin¨® que ten¨ªa cerca de 28 a?os y que se trataba de una prostituta ¡ªincluso despojados, hay cuerpos que se olvidan antes que otros¡ª; cerraron la carpeta. Pero cuando Frida y un colaborador cotejaron la lista de mujeres desaparecidas con v¨ªctimas de feminicidios no identificadas, en seguida ligaron ambos casos: se trataba de Karina.
¡°A veces me cuesta creer todo lo que he visto. Hace muy poco me romp¨ª cuando me enter¨¦ de que una mam¨¢ estaba violando a su beba¡±, cuenta. Pero ella, que tambi¨¦n es madre, se derrumba y se levanta, a pesar de todo el horror que ha presenciado, a pesar de las amenazas, que le suman m¨¢s que todos los dedos de la mano; all¨¢ en Oaxaca torturaron a su gato y se lo dejaron degollado en la puerta de su casa; all¨¢ en Oaxaca sufri¨® tres levantamientos; en el ¨²ltimo le quemaron los senos. ¡°Frida es mucho m¨¢s fuerte que Ver¨®nica, por eso a ella la tengo guardadita¡±, a?ade y se r¨ªe.
¡°Si las madres de las muertas no gritan, la justicia no llega¡±, asegura. Para desplazar los detalles de las carpetas de investigaci¨®n, la tristeza de los ojos secos de tantos hu¨¦rfanos, Frida saca el trapo y se pone a limpiar
En el ¨²ltimo a?o, la activista se ha convertido en una figura pol¨¦mica: es m¨¢s que reconocida por su lucha contra la violencia machista, pero no se autoproclama feminista. ¡°No apoyo los niveles de violencia que manejan en algunas marchas, pero no las puedo descalificar¡±, responde para argumentar por qu¨¦ no acudi¨® a la ¨²ltima del 8 de marzo en el Z¨®calo, un evento hist¨®rico. ¡°La ¨²nica marcha que acompa?o y ayudo a organizar es la del D¨ªa de Muertas, que busca visibilizar a las mujeres asesinadas. No hace falta quemar la ciudad. Lo que hay que hacer es gritar bien alto. Si las madres de las muertas no gritan, la justicia no llega¡±, dice tajante.
Con esas madres, pero tambi¨¦n padres, hijos, abuelas de las que faltan, mantiene comunicaci¨®n diaria. ¡°De ellas he aprendido a dialogar con dolor¡±, dice. ¡°?C¨®mo era en vida? ?C¨®mo se enter¨® de que estaba embarazada? ?Cu¨¢l era su peluche favorito?¡±, les pregunta. Entonces se ponen a hablar, muestran la foto de aquel cumplea?os, se?alan un retrato sobre la mesilla de noche; desentierran an¨¦cdotas que parec¨ªan olvidadas. Le cuentan que ayer so?aron con la desaparecida.
?Y c¨®mo lucha ella contra tanta violencia? Para desplazar los detalles de las carpetas de investigaci¨®n, la tristeza de los ojos secos de tantos hu¨¦rfanos, saca el trapo y se pone a limpiar. ¡°Ordenar el hogar me distrae y me relaja. Tambi¨¦n cuidar mis plantas¡±, confiesa.
A Frida Guerrera le gusta atraer colibr¨ªes a su ventana. En el fugaz revoloteo de estas aves encuentra el descanso entre una historia de terror y la siguiente que le tocar¨¢ escribir. Su ¨²ltima obsesi¨®n es la Ni?a de Arag¨®n, cuyo cuerpo fue hallado en una maleta el 28 de junio del a?o pasado; no ten¨ªa m¨¢s de dos a?os. Todav¨ªa se desconoce d¨®nde est¨¢ su familia y qui¨¦n la asesin¨®. En honor a ella titul¨® su columna: ¡°?A alguien le falta una beba?¡±. Un parque de juegos debajo de un puente fue su tumba.
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