¡°Estamos hartas de sentir que la calle no nos pertenece¡±
El 64% del acoso callejero y sexual que sufren las adolescentes engloba miradas insistentes, silbidos, acercamientos y comentarios groseros. Y casi 4 de cada 10 situaciones de acoso incluyen contacto f¨ªsico, seg¨²n un mapeo de puntos inseguros en seis ciudades de Espa?a y B¨¦lgica
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Tener que esconderte en una tienda de ropa porque hay un pervertido que lleva varios minutos sigui¨¦ndote no halaga a ninguna mujer. No poder defenderte si alg¨²n hombre que pasea a tu lado decide agarrarte del brazo o tocarte el pelo no halaga a ninguna mujer. Que te persiga un se?or desconocido y te susurre lo que te har¨ªa ¡°si te cogiera¡± no halaga a ninguna mujer. Sentir que tu cuerpo est¨¢ a disposici¨®n de la opini¨®n de algunos varones no halaga a ninguna mujer. Llegar a casa llorando porque cuatro chicos que no conoces te zarandearon e insistieron en que te fueras con ellos no halaga a ninguna mujer. El acoso callejero no tiene muletilla; es acoso. ¡°Ni son aduladores ni es lo que queremos cuando salimos a dar un paseo¡±, zanja Marina Rodr¨ªguez, joven de 21 a?os y v¨ªctima de la mayor¨ªa de las situaciones anteriores. Las dem¨¢s escenas fueron presenciadas por sus amigas, sus primas y su hermana. El hartazgo es generalizado: ¡°Estamos hartas de sentir que la calle no nos pertenece¡±.
Aunque (obviamente) no todos los hombres acosan, la gran mayor¨ªa de las v¨ªctimas s¨ª son mujeres. Y son muchas. En Madrid, el 84% de las adolescentes han sufrido alguna vez acoso sexual en la calle; en B¨¦lgica, la cifra alcanza el 91%, seg¨²n los ¨²ltimos datos del proyecto Ciudades Seguras de Plan Internacional. En la capital espa?ola, la mitad de estas j¨®venes asegura que ¡°pasa tan a menudo que ya se han acostumbrado¡±. Cuatro de cada diez situaciones envuelven contacto f¨ªsico; el resto engloban miradas insistentes, silbidos, acercamientos y comentarios groseros. La organizaci¨®n est¨¢ trabajando en una encuesta que logre mapear los lugares inseguros de las seis principales ciudades de Espa?a y B¨¦lgica (Madrid, Barcelona, Sevilla, Bruselas, Amberes y Charleroi, respectivamente). Desde que se abri¨® la convocatoria en enero, ya hay marcados 4.000 puntos conflictivos. Plan Internacional seguir¨¢ recabando datos hasta septiembre.
En Madrid, el 49% de las adolescentes entrevistadas por Plan Internacional asegura que el acoso callejero ¡°pasa tan a menudo que ya se han acostumbrado¡±
Todo quedar¨¢ registrado: d¨®nde se produjo, a qu¨¦ hora, qui¨¦n les ayud¨®¡ Y la m¨¢s importante: ?qu¨¦ tiene que cambiar para que no se repita? ¡°Las propuestas se enviar¨¢n a los representantes de los ayuntamientos¡±, explica Julia L¨®pez, directora de Comunicaci¨®n e Incidencia Pol¨ªtica de Plan International, quien espera ¡°construir ciudades m¨¢s seguras e inclusivas¡±. Este programa, que ya estuvo activo en Lima, Kampala, Delhi y Sidney, aspira a escalar hasta 20 ciudades en todo el globo en los pr¨®ximos a?os.
Miedo y rabia. Esos son los sentimientos con los que Rodr¨ªguez vuelve a casa cuando ha vivido un episodio de violencia callejera. ¡°Me da mucha rabia porque siento que pierdo mi tiempo escondi¨¦ndome o distrayendo al hombre y porque no es justo que nos sintamos menos seguras que ellos en la calle. Pero tambi¨¦n me da mucho miedo, porque me puede pasar cualquier cosa¡±, explica por tel¨¦fono desde Italia, donde trabaja como au pair (cuidado de los ni?os de una familia). Ella y casi 500 j¨®venes m¨¢s participaron este martes en el encuentro virtual J¨®venes europeos por las ciudades seguras en la que los adolescentes han contado con un espacio para debatir sobre c¨®mo acabar con las diferentes formas de acoso. Las conclusiones del estudio, enmarcado en el proyecto Safer Cities for Girls, que cuenta con el apoyo de la Comisi¨®n Europea, ser¨¢n publicadas finalmente en abril. Y en noviembre se har¨¢ p¨²blica la gu¨ªa de recomendaciones para las ciudades
Si voy sola, llamo a mi madre o camino m¨¢s r¨¢pido, pero no le digo nada por si luego es peor¡±, explica la joven, ¡°Pero cuando voy con amigas, paso menos miedo. Y a veces les he gritado: ?Por qu¨¦ haces esto?¡±
El temor a que el piropo, las miradas y los acercamientos se conviertan en golpes o violaciones es lo que hace que Rodr¨ªguez normalmente opte por no reaccionar ante una situaci¨®n de acoso. ¡°Si voy sola, llamo a mi madre o camino m¨¢s r¨¢pido, pero no le digo nada por si luego es peor¡±, explica la joven. Pero cuando va con amigas se quita miedos y, en alguna ocasi¨®n, s¨ª se ha encarado con los perpetradores. ¡°A veces les he gritado: ?Por qu¨¦ haces esto?¡±. Rodr¨ªguez cuenta que cuando les ha chillado, se han extra?ado y han acabado por salir corriendo. ¡°Abren mucho los ojos porque est¨¢n acostumbrados a que no respondamos. Les sorprende que nos resulte insostenible¡±, se?ala.
Las cinco claves que proponen ellas
Al finalizar el encuentro virtual, se seleccionaron las cinco propuestas m¨¢s repetidas y estas ser¨¢n presentadas a las Administraciones locales. ¡°Son ellas quienes mejor pueden contar lo que hace falta en sus ciudades¡±, dice L¨®pez. La primera de las sugerencias consiste en crear una asignatura sobre igualdad de g¨¦nero que se incluya en el curr¨ªculo escolar a todos los niveles para hablar sobre discriminaci¨®n, privilegios, sexualidad y violencias. Adem¨¢s, proponen implementar puntos seguros en zonas de ocio, enfocados en prestar ayuda a la v¨ªctima y consejos de actuaci¨®n a los testigos. As¨ª como la presencia de psic¨®logos y educadores que aseguren el apoyo emocional de las j¨®venes en caso de acoso.
Las j¨®venes proponen implementar ¡®puntos seguros¡¯ en zonas de ocio, enfocado a la ayuda a la v¨ªctima y consejos de actuaci¨®n a los testigos. As¨ª como una mayor presencia de psic¨®logos y educadores que aseguren el apoyo emocional de las j¨®venes en caso de acoso
La clave para Rodr¨ªguez tambi¨¦n pasa por hacerlo visible. ¡°No se va a cambiar nada, si no se hace hincapi¨¦ en la educaci¨®n. Se tiene que entender que no est¨¢ bien. Yo he tenido la suerte de que mis padres son feministas y me crie con esta mentalidad desde peque?a, pero los dem¨¢s no van a aprender de igualdad por acci¨®n divina, necesitamos educaci¨®n activa¡±, narra. Sara Mora, de 19 a?os, coincide en que dar a conocer esta situaci¨®n es vital. Sobre todo, a ellos: ¡°Cuando comento esto con mis amigos, dicen que les da rabia y que les afecta, pero a la hora de la verdad no se lo toman en serio. Como no les toca a ellos directamente¡¡±
El 90% de las v¨ªctimas asegura que nadie les ayud¨®
Para Mora, la prioridad es su seguridad. Y las veces que ha sido atacada generalmente prefiere ¡°seguir e ignorarlo¡±. Pero cuando ve que hay gente en la calle y ¡°dependiendo de la situaci¨®n¡±, pide ayuda. El problema es que esta no siempre llega. Seg¨²n los primeros datos que revela la entidad internacional, el 90% de los j¨®venes encuestados aseguran que nadie les ayud¨®. De hecho, dos de cada cinco testigos de un acoso sexual no hizo nada. Rodr¨ªguez a?ade: ¡°Parece que cuando hablamos de ciudades europeas, nuestra seguridad est¨¢ garantizada, pero no es as¨ª. Y tenemos que cambiarlo ya¡±.
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