Migraci¨®n y trata: emigrar siendo mujer
Nos enfrentamos a una naturalizaci¨®n sociocultural de la violencia contra las mujeres que provoca que el tr¨¢fico con fines de explotaci¨®n sexual sea uno de los delitos m¨¢s tab¨²es de nuestro tiempo
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Es innegable que la desigualdad de g¨¦nero sufrida por mujeres y ni?as, tanto a nivel social como econ¨®mico y pol¨ªtico es generalizada y evidente en todo el mundo. Aunque en situaciones mucho m¨¢s extremas, como es el caso de las migraciones forzosas, esta desigualdad se multiplica por cien, y provoca que la mayor parte de mujeres acaben siendo v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero y/o trata con fines de explotaci¨®n sexual. Esta violencia no termina con el fin del trayecto, sino que puede incluso agravarse en el pa¨ªs de destino o en el contexto de refugio. Por lo tanto, las cuestiones de g¨¦nero, en cualquier debate sobre las causas y consecuencias de la migraci¨®n regular e irregular y el desplazamiento forzado, son cruciales.
El g¨¦nero no solo condiciona los motivos por los cuales se migra, sino que tiene un papel realmente importante en las experiencias que se vivir¨¢n durante el trayecto migratorio y, posteriormente, en la integraci¨®n e inserci¨®n sociolaboral en el pa¨ªs de destino. Seg¨²n ONU Mujeres, las mujeres representan casi la mitad de los 244 millones de migrantes y la mitad de los 19,6 millones de personas refugiadas del mundo. Este es un dato ante el cual no podemos permanecer impasibles, ya que, tal y como asegura el ¨²ltimo Informe Mundial de la Trata de Personas de 2020, la representaci¨®n femenina se ha ido incrementando de modo que de cada diez v¨ªctimas detectadas a nivel mundial, unas cinco son mujeres adultas y dos son ni?as. En Espa?a, a d¨ªa de hoy, no hay datos exhaustivos sobre el porcentaje de migrantes en cuanto a edad y g¨¦nero, pero se sabe que el porcentaje de ni?as puede ser llamativo. Se encuentran totalmente invisibilizadas, ya que la imagen que se han encargado de vender algunos medios y partidos pol¨ªticos anti-inmigraci¨®n en cuanto al menor extranjero es la del adolescente marroqu¨ª var¨®n.
Nos encontramos ante una grave falta de visibilidad del colectivo femenino en estas circunstancias y nos enfrentamos a una naturalizaci¨®n sociocultural de la violencia contra las mujeres que provoca que la trata con fines de explotaci¨®n sexual sea uno de los delitos m¨¢s tab¨²es de nuestro tiempo, debido al desconocimiento y a la ocultaci¨®n de sus mecanismos y funcionamiento reales, provocando que las mafias e instituciones se lucren de ello a niveles mucho m¨¢s altos.
Se deben crear nuevas leyes que valoren el grado de vulnerabilidad en el que se ven inmersas las mujeres
?A cu¨¢ntas mujeres o ni?as hemos visto en las im¨¢genes de los informativos saltando la valla? Debemos tener en cuenta las alternativas a las que las migrantes tienen que recurrir, o las situaciones de violencia forzosa en las que pueden llegar a encontrarse solo por el hecho de ser mujeres, lo que a?ade una mayor vulnerabilidad. Debemos analizar estos hechos a tiempo de revisar la legislaci¨®n europea en materia migratoria y de cooperaci¨®n desde una perspectiva de g¨¦nero e incluyendo el delito de trata en el ¨¢mbito de los derechos humanos, ya que existe una impunidad ante las actuales pol¨ªticas de gesti¨®n migratoria europeas que permiten y aceptan que se den este tipo de situaciones. Se deben crear, al mismo tiempo, nuevas leyes que no deshumanicen a las personas migrantes y, de manera primordial, valorar el grado de vulnerabilidad en el que se ven inmersas las mujeres desde el mismo momento en el que abandonan su lugar de origen.
La excusa del control migratorio
Seg¨²n los ¨²ltimos datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), cada a?o las mafias de trata y tr¨¢fico de personas generan unos 400 millones de euros de beneficios tan solo en el Mediterr¨¢neo. Debemos tener en cuenta que uno de los argumentos m¨¢s caracter¨ªsticos con respecto al endurecimiento de las leyes y pol¨ªticas de control fronterizo es justamente la necesidad de luchar contra las mafias de trata de personas, pero son estas mismas leyes las que, seg¨²n Naciones Unidas, suponen m¨¢s ganancias para los tratantes, incluso en tiempos de pandemia por la covid-19 y el cierre de fronteras. Adem¨¢s, muchas mujeres y ni?as llegan a trav¨¦s de aerol¨ªneas al pa¨ªs donde posteriormente les espera la prostituci¨®n y la explotaci¨®n sexual, una imagen muy lejana a la que normalmente es divulgada. Por lo tanto, ?c¨®mo es posible que, para muchas mujeres a d¨ªa de hoy, su integraci¨®n en una red de trata les asegure un trayecto m¨¢s seguro?
Se ha aceptado e interiorizado que un derecho tan b¨¢sico y universal como es la libertad de movimiento est¨¦ castigado, y, por lo tanto, aparezcan alternativas de cruce de fronteras que incluyen la violaci¨®n de los derechos humanos. Actualmente, las migraciones son criminalizadas, y dos de los factores clave de esta criminalizaci¨®n son la aporofobia y xenofobia. Estas, junto con un sistema patriarcal y capitalista, provocan que la ¨²nica opci¨®n muchas mujeres para salir del pa¨ªs de sea su integraci¨®n en estas redes. Realizar un viaje a trav¨¦s del mar en una embarcaci¨®n ruinosa o sobrecargada, con un beb¨¦ en brazos y sin saber nadar en m¨²ltiples casos, claramente aumenta la probabilidad de morir ahogadas. Mientras, realizar el trayecto migratorio con una red de trata supone, en la mayor parte de ocasiones, llegar viva al pa¨ªs de destino. En el pasado Congreso Internacional de Trata con Fines de explotaci¨®n sexual celebrado desde Murcia, pudimos escuchar a Helena Maleno citar las siguientes palabras de una superviviente: ¡°Soy tan pobre que si no me mov¨ªa en una red de trata no pod¨ªa moverme nunca, y tampoco pod¨ªa quedarme¡±. Su ponencia record¨® de qu¨¦ manera la necropol¨ªtica se ha instalado en nuestro tiempo.
Las mafias de trata y tr¨¢fico de personas generan unos 400 millones de euros de beneficios anuales tan solo en el Mediterr¨¢neo
La feminizaci¨®n de la pobreza, el racismo institucional, la xenofobia y preocupante aporofobia, en un mundo donde la econom¨ªa y el mercado preponderan, hace que no podamos juzgar las decisiones de tantas mujeres y mucho menos realizar una doble victimizaci¨®n. La situaci¨®n en el pa¨ªs de destino tampoco es f¨¢cil. En primer lugar, no solo por la situaci¨®n de explotaci¨®n, sino que unida a esta misma est¨¢ el pago de la deuda que tienen con la mafia. Debido a su estatus de irregularidad, quedan desamparadas ante el sistema de protecci¨®n social en muchas ocasiones.
El uso de la trata de personas y el tr¨¢fico de seres humanos como excusa para endurecer el control migratorio, cuando es este mismo hecho el que provoca su aumento, est¨¢ demasiado interiorizado en nuestra sociedad. Pero cada vez m¨¢s, aparecen informaciones nuevas acerca de qu¨¦ manera se lucran grupos como Frontex de este negocio il¨ªcito gracias a investigaciones como las de PorCausa y otras. ¡°Todos contra la trata, pero sin las mujeres tratadas¡±, dec¨ªa Patricia Sim¨®n en uno de sus ¨²ltimos art¨ªculos, en el que habla claramente sobre c¨®mo hay intereses por parte de administraciones e instituciones, junto con empresas privadas, en mantener esta lacra a trav¨¦s del endurecimiento del control migratorio: ¡°Las Administraciones est¨¢n mucho m¨¢s volcadas en generar discurso contra la trata y la prostituci¨®n que en combatir sus causas: la desigualdad, el racismo, el colonialismo y las fronteras¡±.
Por si fuera poco, debido al auge de las tecnolog¨ªas y con la llegada de la pandemia, nos enfrentamos a una adaptaci¨®n de las mafias y redes de trata a la creciente globalizaci¨®n, lo que provoca nuevas formas de captaci¨®n m¨¢s r¨¢pidas. O cambiamos el discurso y hacemos ver la base real del problema, o este negocio que deshumaniza y denigra seguir¨¢ increment¨¢ndose a la velocidad de la luz.
Beatriz Garc¨ªa de la Torre es coordinadora en la Fundaci¨®n Serra-Sch?nthal.
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