Depresi¨®n, trastornos de sue?o y alimentarios entre los menores argentinos por el aislamiento

¡°Volvi¨® todo¡±, grit¨® un ni?o euf¨®rico al abrazar a su pap¨¢ tras el primer d¨ªa de escuela en Buenos Aires. Era 22 de febrero de 2021 y acababan de comenzar las clases presenciales despu¨¦s de haber permanecido interrumpidas durante casi un a?o por la pandemia de covid-19. Muchos padres argentinos coinciden en que nunca hab¨ªan visto a sus hijos tan felices de regresar al colegio y m¨¢s a¨²n al salir de ¨¦l con planes para prolongar el contacto con sus compa?eros en plazas y casas ajenas. Los m¨¢s de siete meses de aislamiento social preventivo decretado por el Gobierno de Alberto Fern¨¢ndez en la capital argentina y su ¨¢rea metropolitana, m¨¢s el reemplazo de las clases presenciales por las virtuales, han causado un grave impacto psicol¨®gico en miles de menores que ahora intentan recuperar parte de la normalidad.

Nueve de cada diez menores de edad argentinos extra?aron a alguien durante esta cuarentena. El 77% de ellos se mostr¨® enojado y el 68%, triste, seg¨²n un estudio de la Sociedad Argentina de Pediatr¨ªa (SAP) que encuest¨® a m¨¢s de 4.500 ni?os, ni?as y adolescentes de todo el pa¨ªs. ¡°La salud de los chicos no es solo enfermarse. Vimos un enfoque muy biologicista orientado a no contagiarse el virus y pr¨¢cticamente se anul¨® toda otra mirada m¨¢s hol¨ªstica y comprensiva de la complejidad del ser humano¡±, se?ala Jorge Cabana, expresidente de la SAP y uno de los autores de la investigaci¨®n. La salud mental qued¨® en segundo plano, pese a las advertencias de especialistas. ¡°Los cuadros severos de depresi¨®n, trastornos alimentarios y tendencias autodestructivas se incrementaron mucho, sin duda, pero a¨²n no hay estad¨ªsticas¡±, agrega.

Entre marzo, cuando se decret¨® el confinamiento, y noviembre, cuando se pas¨® a la fase de distanciamiento social, Santiago, de diez a?os, no vio a sus abuelos m¨¢s que a trav¨¦s de la pantalla del m¨®vil de su madre. Antes del confinamiento pasaba un d¨ªa a la semana con ellos. Tampoco mantuvo ning¨²n contacto f¨ªsico con sus amigos ni con sus t¨ªos. ¡°Solo sali¨® cuatro veces de casa durante toda la cuarentena. Al principio fue por m¨ª, que soy muy cagona [miedosa], pero despu¨¦s ¨¦l tampoco quer¨ªa¡±, relata su madre. El sobrepeso de ambos le hizo temer consecuencias graves en caso de contraer el virus SARS-CoV-2, as¨ª que se encerraron en casa. Aumentaron cinco kilos m¨¢s cada uno.

A Santiago (nombre ficticio, como el de los dem¨¢s menores que participan de este reportaje) le costaba dormir por la noche y lleg¨® a llorar porque no quer¨ªa levantarse por la ma?ana. ¡°Cada d¨ªa era igual, siempre aburrido¡±, recuerda ahora, mientras se saca el guardapolvo blanco de la escuela. Pas¨® de jugar tres o cuatro horas con la PlayStation a dedicarle el doble de tiempo. Solo ah¨ª y en las reuniones virtuales del colegio pod¨ªa chatear con algunos de sus amigos.

¡°Hubo un aumento muy grande del tiempo que ni?os y adolescentes pasan online¡±, confirma Luisa Brumana, representante de Unicef para Argentina. Brumana destaca que la comunicaci¨®n virtual ¡°compens¨® ciertas din¨¢micas presenciales de contacto con pares, pero esto tambi¨¦n los expuso a muchos riesgos si no estaban en ambientes cuidados, como el grooming [contacto de un adulto que se hace pasar por ni?o a otro menor de edad con fines de abuso sexual]¡±. El 15% de los adolescentes en Argentina sufri¨® alg¨²n episodio de acoso digital durante la pandemia, seg¨²n las encuestas realizadas por Unicef entre abril y octubre del a?o pasado.

El organismo internacional realiz¨® entrevistas en 2.678 hogares con ni?os, ni?as y adolescentes de Argentina para conocer los principales problemas y desaf¨ªos presentados con el confinamiento. En abril, cuando Argentina se encontraba en fase de aislamiento total, uno de cada cuatro adolescentes aseguraba tener miedo, el 16% estaba angustiado y un 6%, deprimido. ¡°Con el paso del tiempo, las problem¨¢ticas cambiaron. El miedo pas¨® del 25% al 14% en octubre y esto se debe a que la cuarentena fue muy extensa y se fueron acostumbrando y metabolizando la situaci¨®n. Pero los que estaban deprimidos pasaron del 6% al 12%¡±, subraya Brumana. ¡°Los datos reflejan su percepci¨®n, no es un diagn¨®stico cl¨ªnico. Algunos fueron a un especialista, pero creemos que la mayor parte no¡±, contin¨²a.

Los problemas de salud mental que ha provocado la pandemia en ni?os y adolescentes est¨¢n mucho m¨¢s silenciados que los de los adultos

Los psiquiatras advierten que los problemas de salud mental que ha provocado la pandemia en ni?os y adolescentes est¨¢n mucho m¨¢s silenciados que los de los adultos. ¡°Los ni?os no salen a avisar de que est¨¢n mal, cuando avisan ya es tarde porque ya se gest¨® una vulnerabilidad que los va a afectar¡±, advierte Ana Nuciforo, psiquiatra especializada en ni?os y jovenes. ¡°Un adulto, ante esta situaci¨®n, busca readaptarse con las herramientas que ya tiene, pero los ni?os y ni?as est¨¢n construyendo esas herramientas y en este contexto se interrumpi¨® su desarrollo¡±, se?ala.

Nuciforo pone como ejemplo el brusco cambio que supuso el confinamiento para los adolescentes: ¡°En la pubertad hay un trabajo de emancipaci¨®n de los padres y es muy importante el contacto y la empat¨ªa de sus pares. Lo necesitan como la comida. Pero se les dijo ¡®volv¨¦ para atr¨¢s¡±. Adem¨¢s de lidiar con la presencia casi permanente de sus progenitores en casa, el cierre de los espacios de encuentro, de recreaci¨®n y deportivos provoc¨® un bloqueo corporal y la aparici¨®n de ¡°s¨ªntomas del cuerpo: trastornos de alimentaci¨®n, del sue?o, ideas sobre hacerse da?o, quitarse la vida¡­¡±, prosigue esta psiquiatra.

La madre de Miguel, de 14 a?os, dice que busc¨® un psic¨®logo que atendiese por internet a su hijo porque dej¨® de reconocerlo. En 2019 viajaba cada d¨ªa en autob¨²s para ir al instituto y despu¨¦s volv¨ªa la mitad de la semana a su casa y la otra mitad a la de su padre. Casi todas las tardes quedaba con sus amigos. Cuando se decret¨® la cuarentena obligatoria se encerr¨® en casa, pero tampoco quiso salir una vez empezaron a flexibilizar las medidas de aislamiento. ¡°Pasa todo el d¨ªa en su habitaci¨®n con la computadora. Rompi¨® con la novia, no quiere quedar con ning¨²n amigo, no sale ni a comprar si no le obligo¡±, cuenta su madre. Las horas frente a la pantalla no las dedic¨® a estudiar, sino a jugar y chatear. ¡°No se conectaba a las [reuniones por] Zoom, dec¨ªa que no entend¨ªa nada. Desaprob¨® casi todas las materias¡±, se lamenta esta mujer de 39 a?os.

La madre de Miguel, de 14 a?os, dice que busc¨® un psic¨®logo que atendiese por internet a su hijo porque dej¨® de reconocerlo

Malena, en cambio, mantuvo las notas elevadas con las que siempre destac¨® en su instituto, uno de los m¨¢s prestigiosos de Buenos Aires pero, adem¨¢s de no ver a sus amigos, dej¨® de comer. La anorexia de esta adolescente de 15 a?os oblig¨® a la familia a recurrir a distintos especialistas, entre ellos una psic¨®loga. ¡°La pandemia lo agudiz¨® todo, lo bueno y lo malo, en su caso la sobreexigencia escolar y los problemas con la comida¡±, lamenta su padre. El trastorno alimentario dinamit¨® su confianza y la autonom¨ªa con la que se mov¨ªa a su aire por la capital argentina un a?o atr¨¢s.

¡°Hay j¨®venes que tienen capacidad de resiliencia, pero los que ven¨ªan con una base de vulnerabilidad no la pueden remontar tan f¨¢cil¡±, describe Nuciforo. ¡°Fue un problema para todos, excepto para los f¨®bicos, la pandemia fue el para¨ªso de los f¨®bicos, pero tambi¨¦n a ellos, ahora, va a requerir un gran trabajo sacarlos de ah¨ª¡±, augura.

Nota a los lectores: EL PA?S ofrece en abierto todo el contenido de la secci¨®n Planeta Futuro por su aportaci¨®n informativa diaria y global sobre la Agenda 2030. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscr¨ªbete aqu¨ª. Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.